Hasta ahora, se asumía que los niveles del virus en la sangre de las personas asintomáticas eran demasiado bajos para que pudieran infectar a los mosquitos.
Philippe Buchy, investigador del Instituto Pasteur de París, y su equipo quisieron poner a prueba esa asunción con un experimento en el que inyectaron a mosquitos de laboratorio sangre de 181 personas con niveles detectables del virus.
Los científicos descubrieron que los individuos asintomáticos transmitieron el dengue a pesar de tener menor nivel del virus en la sangre. Con estos datos, el estudio concluye que las infecciones de dengue a través de personas asintomáticas pueden contribuir a la trasmisión del virus más de lo que se pensaba hasta el momento, sobre todo porque estos individuos están más expuestos a los mosquitos que los que ya saben que están enfermos y se encuentran recluidos en su casa o en un hospital.
Un 75% de las infecciones de dengue anuales se detecta a través de un análisis de sangre pero sin síntomas clínicos previos evidentes. Más de una tercera parte de la población mundial vive en áreas con riesgo de infección y este virus es una causa principal de enfermedad y muerte en los trópicos y subtrópicos, según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Más de 400 millones de personas contraen al año esta enfermedad, que está causada por uno de los cuatro virus relacionados y que son trasmitidos por los mosquitos Aedes aegypti y, en menor grado, Ae. albopictus.
Todavía no hay vacunas para prevenir la infección por el virus del dengue y las medidas de protección más eficaces son las que evitan las picaduras de mosquitos.
Cuando ocurre la infección, la identificación temprana y el tratamiento de asistencia oportuna pueden disminuir de manera significativa el riesgo de complicaciones médicas y de muerte.
El dengue emergió como un problema global tan solo desde la década de 1950.
Es un estudio interesante que resalta el papel de las infecciones subclínicas –o portadores asintomáticos– en su papel de reservorios de las enfermedades transmisibles en general y del dengue en particular. De allí enfatizar más la importancia de las medidas de prevención, tratándose de una enfermedad contra la cual no hay vacunas ni tratamiento etiológico. Se acerca el verano en el Hemisferio Sur con un fenómeno de El Niño que tendrá una intensidad moderada a severa, con lluvias e inundaciones en muchos lugares; en otras palabras, favoreciendo las condiciones de reproducción del vector. Es de esperar que ya se estén tomando las medidas preventivas en forma seria.
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Fuente: REC