Nicolás Copérnico, el padre de la astronomía moderna, nació en la actual Polonia, el 19 de febrero de 1473, en el seno de una rica familia de comerciantes. Estudió en la Universidad de Cracovia (1491-1494)
Copérnico estudió los escritos de los filósofos griegos buscando referencias al problema del movimiento terrestre, especialmente los pitagóricos y Heráclides Póntico, quienes creían en dicha teoría.
La importancia de la obra de Copérnico es ser una obra revolucionaria, precursora de grandes cambios científicos. Dicho carácter revolucionario no está sólo en sus escritos sino en poner en marcha unos caminos que romperán las barreras del pensamiento. No debemos olvidar que la obra de Copérnico sigue ligada al Mundo Antiguo, ya que ciertas premisas platónicas siguen vigentes en su pensamiento como los dos grandes principios de uniformidad y circularidad. Con su obra se afianza otra gran idea propia de la modernidad: el hombre deja de ser el centro físico del Universo para convertirse en el centro racional del Universo.