Más de 17 millones de personas mueren cada año como resultado de las enfermedades cardiovasculares, aproximadamente un tercio de las muertes globales. La combinación de hábitos de vida y algunas variables analizadas en los análisis de sangre convencionales, como los niveles de colesterol o de triglicéridos, permiten estimar el riesgo a desarrollar algunas de estas enfermedades. No obstante, sigue siendo necesario desarrollar biomarcadores que permitan establecer de forma más precisa el riesgo de una persona a tener un suceso cardiovascular adverso.
En el estudio, publicado en el Journal of Molecular and Cellular Cardiology, los investigadores evaluaron la utilidad de los microARNs circulantes en sangre para predecir un futuro infarto de miocardio en pacientes sanos en el momento de iniciar el proyecto.
Para ello analizaron 179 microARNs en el plasma obtenido de 112 personas sanas en 1996 que participaban en el estudio de salud Nord-Trøndelag (denominado HUNT). Diez años después del inicio del estudio, 56 de los participantes habían sufrido un infarto de miocardio letal, mientras que los otros 56 permanecían sanos. Al comparar la expresión de los microARNs en ambos grupos, los investigadores encontraron que algunos de ellos contribuían al riesgo a sufrir un infarto de miocardio. Además, encontraron que la combinación de 5 de ellos: miR-106a-5p, miR-424-5p, let-7g-5p, miR-144-3p y miR-660-5p, unida a la información proporcionada por otros factores de riesgo tradicionales, permitía distinguir con bastante precisión qué personas iban a desarrollar un infarto de miocardio.
Los investigadores proponen que el análisis de los 5 microARNs identificados podría constituir una aportación importante a la hora de evaluar el riesgo de una persona sana a tener un episodio cardiovascular fatal en un periodo de 10 años. De momento, con el objetivo de confirmar los resultados obtenidos y para evaluar su utilización en un contexto clínico el equipo ha iniciado un nuevo estudio en colaboración con el Instituto Karolinska de Suecia para analizar los microARNs en otros participantes del estudio HUNT.
Fuente: Diagnostics News