Aunque la prevalencia de la obesidad sigue aumentando de manera espectacular en todo el mundo, todavía hace falta una clara comprensión de los mecanismos moleculares subyacentes implicados en la progresión de trastornos asociados; estos mecanismos han comenzado a ser investigados recientemente.
Un equipo internacional de científicos, dirigidos por los del Instituto de Tecnología KTH-Real (Estocolmo, Suecia) utilizaron un método basado en la biología de sistemas y redes integradas de células específicas para los tejidos hepáticos, adiposo y musculares. Los investigadores generaron redes integradas específicas de células (IN), mediante redes de interacción de fusión metabólica a escala del genoma, y transcripcional reguladoras y de proteína-proteína. Realizaron análisis transcriptómico de todo el genoma para determinar los cambios globales de expresión genética en el hígado y los tejidos adiposos de tres individuos obesos, sometidos a cirugía bariátrica e integraron estos datos en los INs, específicos de las células.
Se secuenciaron un total de 48 muestras de los cuatro tipos de tejidos de los sujetos obesos utilizando los sistemas HiSeq 2000 y 2500 HiSeq (Illumina, San Diego, CA, EUA). Se realizó la medición de los niveles plasmáticos de glucosa, mannosa, fructosa, aminoácidos, y a-hidroxibutirato (AHB) utilizando una plataforma de cromatografía líquida-espectrometría de masas en tándem (LC-MS/MS), basada en un sistema de cromatografía líquida, ACQUITY de ultra alta resolución (UPLC, Waters Corporation, Milford, MA, EUA) y un espectrómetro de masas, Thermo Finnigan LTQ-(Thermo Fisher Scientific, Waltham, MA, EUA), operados a una resolución nominal de la masa, que estaba equipado con una fuente de ionización por electrodispersión (ESI) y un analizador de masas de trampa lineal de iones (LIT).
Los científicos encontraron correlaciones, significativamente altas, entre la glucosa y la manosa y observaron una correlación positiva significativa entre los niveles plasmáticos de manosa y el índice de masa corporal (IMC) y una correlación negativa significativa entre los niveles de manosa en plasma y la sensibilidad a la insulina. También encontraron que los individuos con niveles altos de manosa tienen un mayor riesgo para la diabetes tipo 2 (T2D) y que la manosa se puede usar como un biomarcador, ya que los niveles de manosa en sangre son bastante estables y no están influenciados por la ingesta reciente de alimentos, a diferencia de los niveles de glucosa.
Adil Mardinoglu, PhD, autor principal del estudio, dijo: “Podemos medir la manosa en la sangre de las personas delgadas u obesas e identificar si tienen un mayor riesgo de diabetes tipo 2, con base a sus niveles de manosa”. El estudio fue publicado en junio 23 de 2016, en la revista Cell Metabolism.
Fuente: LabMedica