Antología de Enfermedades de Biovigilancia

El trabajo de detectar, rastrear e investigar enfermedades que afectan a la salud humana, animal y vegetal se conoce como biovigilancia.

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Durante el siglo XIV, la peste negra devastó Europa. Esta enfermedad bacteriana mató a alrededor de 200 millones de personas, casi dos terceras partes de los europeos de la época. Impedir que la enfermedad se propagara se convirtió en un tema de salud pública
urgente, especialmente en ciudades portuarias como Venecia (Italia).

Así que la República de Venecia decidió tomar medidas radicales. El Gobierno nombró tres guardianes de salud pública cuyo papel consistía en identificar embarcaciones con individuos infectados e impedir su entrada al puerto. Este ejercicio fue la primera medida de salud pública jamás emprendida por un gobierno europeo. Y después fue incluso más
lejos con la detención de viajeros procedentes de zonas infectadas por la peste durante 40 días para impedir la propagación de la enfermedad.

Hoy, el trabajo de detectar, rastrear e investigar enfermedades que afectan a la salud humana, animal y vegetal se conoce como biovigilancia. Y es un campo que crece rápidamente.

Pero hay un problema. A pesar de los antiguos orígenes de la biovigilancia, existe poco consenso sobre sus mejores prácticas. Esto provoca que el campo esté plagado de dificultades sobre cómo definir las enfermedades, los síntomas, los agentes infecciosos, los portadores y así sucesivamente. Eso ha generado una importante confusión. Los epidemiólogos han descubierto que resulta difícil rastrear una enfermedad si nadie se pone de acuerdo a la hora de describir sus características.

Esto podría cambiar gracias al trabajo de la investigadora del Laboratorio Nacional Los Álamos en New México (Estados Unidos) Ashlynn Daughton y varios compañeros. El equipo elaboró un nuevo método para describir las enfermedades, diseñado para volver a unir este campo dispar y ganar impulso internacional. Su nuevo sistema de clasificación se llama Antología de Enfermedades de Biovigilancia, y han establecido una base de datos en línea para respaldarlo.

Esta base de datos puede solucionar algunos problemas muy obvios. Uno de ellos nace de la confusión que pueden generar los sinónimos de las enfermedades. Por ejemplo, en inglés german measles (lo que se traduciría como “sarampión alemán”) es un sinónimo común para la rubéola, no para el sarampión. Y rubeola en inglés es un sinónimo no de la rubeola sino del sarampión. Daughton explica: “Asegurarnos de que nuestra ontología capta estos
sinónimos, y otros parecidos, sin confusión, ha sido vital”.

Otro aspecto de la biovigilancia consiste en llevar un registro preciso de cómo se propaga una enfermedad. Así que el nuevo sistema permite describir de forma detallada los vectores de transmisión involucrados. Por ejemplo, puede registrar que el dengue es transmitido por el mosquito Aedes aegypti, mientras la fiebre chikungunya es transmitido por el mosquito Aedes albopictus y la viruela aviar por los mosquitos en general.

Algunos trastornos a menudo se describen o buscan en función de sus síntomas, así que esto también debe ser considerado. Y cuando las enfermedades son de notificación obligatoria, debe ser posible alertar rápidamente a los organismos de salud pública.

El equipo de Daughton ha desarrollado una base de datos que puede ser consultada fácilmente por interfaces de programación de aplicaciones (API) e integrada con las herramientas de biovigilancia actuales. Varias de ellas carecen de las prestaciones que el equipo de Daughton considera tan útiles.

Existen retos, por supuesto. Uno es que la base de datos completa ha sido compilada por un equipo de expertos humanos, una tarea que ha resultado tanto complicada como laboriosa. Y es probable que se vuelva incluso más difícil a medida que se añadan más enfermedades a la base de datos para cubrir no sólo humanos sino animales y plantas también.

Por tanto, cabe preguntarse cómo se podría mejorar el proceso para poder mantenerla actualizada. Daughton detalla: “Nos interesan las ideas sobre cómo se podrían automatizar algunas partes del proceso”. Está claro que aquí hay un reto para los expertos en aprendizaje de máquinas con algo de tiempo libre.

Puede consultar el artículo A Globally Applicable Disease Ontology For Biosurveillance; Anthology Of Biosurveillance Diseases (ABD) haciendo clic aquí. Además, el equipo ha puesto su base de datos a disposición del público haciendo clic aquí.

Fuente: REC