Residuos de Pesticidas en sangre: una revisión de casos en el mundo

En la actualidad en el mundo se emplean diariamente grandes cantidades de plaguicidas con el propósito de combatir diversas plagas y enfermedades, asegurando así la productividad del campo y la inversión económica, ya que los daños causados por las plagas pueden originar reducciones de hasta un 40% de la producción.

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El empleo creciente de plaguicidas se debe a que tienen una influencia fundamental en la producción agrícola y en la calidad de la cosecha. Sin embargo, debido a deficiencias operativas en las prácticas agrícolas, como la recolección de cosecha antes del intervalo de seguridad después de la última aplicación, o aplicaciones adicionales, el empleo de plaguicidas inadecuados o de uso restringido por su daño a la salud humana y al ambiente, trae como consecuencia que los residuos de plaguicidas se acumulen en los alimentos en niveles que superan el límite máximo permitido y al ser consumidos, pasen al torrente sanguíneo y se almacenen en nuestro organismo.

En todo el mundo se han encontrado residuos de pesticidas en sangre, orina, leche materna, semen, tejido adiposo, fluido amniótico, meconio infantil y células del cordón umbilical. La exposición acumulativa a los pesticidas puede provenir del alimento, el agua, el aire, polvo, suelo, etc. Los pesticidas pueden ser absorbidos a través del contacto con la piel, la inhalación o la ingestión accidental. Los trabajadores agrícolas toman contacto directo con los pesticidas en su trabajo y están expuestos ocupacionalmente a ellos.

Cuando una persona es expuesta a estos agroquímicos se activan inmediatamente los mecanismos de detoxificación del cuerpo. Algunos de ellos son metabolizados en diferentes compuestos químicos, son excretados y otros son almacenados en los tejidos grasos. El análisis de pesticidas en sangre nos da evidencia de los químicos acumulados en nuestro cuerpo. Existen varios trabajos, nacionales e internacionales acerca de los residuos de pesticidas encontrados en muestras de sangre (Mathur et al 2005).

Una investigación llevada a cabo en Ontario (Canadá) en 1975 comparó muestras de tejido adiposo y sangre obtenidas de autopsias de víctimas de accidentes residentes en el condado de Norolk y 52 muestras de sangre de personas relacionadas con la aplicación de DDT. El valor promedio de DDT en tejido adiposos y en sangre fue de 5.83 y 0.032 ppm respectivamente y se encontró una correlación estadísticamente significativa entre el DDT en grasas y sangre (Brown and Chow, 1975).

Otro estudio realizado en Bélgica, entre los años 1996-1998 recolectó muestras de tejido adiposo de mujeres infértiles que se atendían en centros de medicina reproductiva también encontró una fuerte correlación entre los residuos en tejido adiposo y en sangre. Se encontró en tejido adiposo y en sangre PCB-138, 153, 180 y pp´-DDE. Los PCB´s 153 y 180 se encontraron en cantidades casi iguales en ambos, grasas y sangre (Pauwels et al, 2000).

En Estados Unidos se recolectó sangre de recién nacidos y sus respectivas madres entre 1998 y 2001 y se les analizó la presencia de 29 pesticidas. Siete pesticidas fueron detectados en el 48-83% de las muestras (en un rango de 1-270 ng/kg): los organofosforados clorpirifós y diazinon, los carbamatos bendiocarb y 2-isopropoxilfenol (metabolito del propoxur) y los fungicidas dicloran, phtalimida (metabolito del folpet y captan) y tetrahidrophtalimida (metabolito del captan y captafol). Los niveles de estos agroquímicos encontrados en sangre de las madres y sangre del cordón umbilical fueron similares a los encontrados en los recién nacidos, excepto por la phtalimida (Whyatt et al, 2003).

Un reporte realizado por la Red de Acción para los Pesticidas de Norte América (PANNA) y grupos asociados establece que, los residentes de Estados Unidos tienen pesticidas tóxicos en su cuerpo que están por encima de lo considerado “aceptable” por el gobierno de este país. El análisis de la información colectada por el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), de este país los niveles de químicos encontrados en 9282 personas a lo largo de toda la nación revelan que el gobierno falló en asegurar la salud pública ante la exposición a los pesticidas. Por otro lado el CDC encontró que el 100% de las personas a las que se le analizó la sangre y orina tenían residuos de pesticidas. Dos insecticidas, el clorpirifós y el metil paratión, fueron encontrados en niveles 4.5 veces mayores a los aceptados por el gobierno. Las mujeres, los niños y los inmigrantes mexicanos fueron los que tenían la mayor carga de pesticidas (Schafer et al, 2004).

En Argentina se realizó un estudio muy interesante en la Universidad de Córdoba. Se determinó la concentración de plaguicidas organoclorados en 167 muestras de sangre entera de habitantes de dos barrios (Sitio Nº 1 y Sitio Nº 2) de la provincia de Córdoba ubicados en los alrededores de depósitos de plaguicidas obsoletos. La presencia de plaguicidas se determinó por cromatografía gaseosa con detector de captura electrónica utilizando columnas capilares de distinta polaridad. Los plaguicidas más frecuentemente encontrados fueron p,p’-DDE, b-HCH y HCB. La máxima concentración detectada fue 7,31 μg/l y correspondió a p,p’-DDE. El b-HCH mostró valores más altos que los otros isómeros en la familia de los hexaclorociclohexanos (HCH). Se observó buena correlación entre la concentración de p,p’-DDE y la edad tal como se esperaba para un contaminante persistente y bioacumulable. El trabajo aporta información sobre los niveles de plaguicidas organoclorados en sangre en una población con exposición ambiental estudiada frente a denuncias periodísticas y de los mismos habitantes del lugar (Lucero et al, 2008).

De acuerdo al reporte de la World Wildlife Fund for Nature (WWF), en 2004 se analizaron muestras de sangre de 14 ministros de 13 países de Europa. Se buscaron 103 diferentes compuestos químicos de origen sintéticos (hechos por el hombre) de 7 familias químicas: pesticidas organoclorados, PCB´s, aromatizantes sintéticos, compuestos perflurinados, retardantes de llama brominados, phtalatos y antibacteriales. Cabe destacar que de los compuestos buscados solo los pesticidas organoclorados son considerados agroquímicos. Los resultados mostraron que 53 de los 103 químicos analizados fueron encontrados en las muestras. Veinticinco de estos químicos fueron detectados en cada muestra, incluyendo pp´DDE y HCB. El compuesto encontrado en mayor concentración en sangre entera fue el Dietil hexil phtalato (disruptor endócrino) a concentraciones de 160 µg/kg y en suero fue el pp´-DDE (metabolito del DDT) a una concentración de 3.3 µg/kg (WWF report, 2004).

La importancia del Laboratorio

Un estudio similar se realizó en la ciudad de Mar del Plata en el mes de Noviembre de 2013 por iniciativa de la ONG BIOS y se encontraron hasta 13 compuestos químicos organoclorados, organofosforados, piretroides y PBC´s en las muestras analizadas.

A partir de la información proporcionada aquí se puede concluir que los residuos de pesticidas en humanos pueden ser un indicador biológico de la exposición a estos compuestos y que los estudios en sangre pueden ser utilizados para determinar la carga total de estos compuestos en el organismo tanto en personas expuestas ocupacionalmente como en la población no expuesta.

Fares Taie Biotecnología cuenta con equipamiento adecuado para resolver estas determinaciones, un grupo de profesionales calificados que participaron en su puesta a punto y validación, y un sistema de gestión de calidad que asegura la veracidad de los resultados. Actualmente cuenta con tres paneles de pesticidas organoclorados, organofosforados y piretroides que incluyen:

  • Pesticidas Organoclorados: alfa BHC, beta BHC, gamma BHC, delta BHC, Aldrin, Clordano (cis), Clordano (trans), DDD, DDE, DDT, Dieldrin, Endosulfan I, Endosulfan II, Endosulfan Sulfato, Endrin, Heptaclor, Heptaclor Epoxi, Hexaclorobenceno, Endrin cetona, Methoxiclor, Nonaclor (cis), Nonaclor (trans)
  • Pesticidas Organofosforados: Acefato, Aspon, Azinfos etil, Azinfos metil, Clorpirifos etil, Clorpirifos metil, Diazinon, Diclofention, Diclorvos, Dimetoato, Disulfoton, Fenitrotion, Fonofos, Malation, Metamidofos, Metidation, Monocrotofos, Paration etil, Paratión metil, Pirimifos Metil, Tionazin
  • Pesticidas Piretroides: Permetrina, Cipermetrina, Deltametrina, Fenvalerato, Lambdacialotrin

Autores:

Dra. Sandra Medici – Directora Técnica Centro de Alimentos y Medio Ambiente Fares Taie Biotecnología

Lic. Silvina Garrammone – Área Toxicología – División Análisis Clínicos Fares Taie Biotecnología

Contacto: alimentos@farestaie.com.ar

Fuente: Fares Taie Biotecnología