Nuevas directrices de vacunación contra el VPH de personas con el VIH

La Sociedad Clínica Europea del Sida (EACS) recomendó que todas las personas con el VIH de menos de 26 años se vacunen contra el virus del papiloma humano (VPH). En el caso de los hombres que practican sexo con hombres (HSH) con el VIH, esta recomendación se hace extensible hasta los 40 años.

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El VPH es un virus de transmisión sexual responsable, por ejemplo, de la aparición de verrugas genitales. Determinadas cepas de este virus están implicadas en la aparición de cáncer cervical (referido a la cérvix o cuello del útero), de ano u orofaríngeo. El cáncer anal, cuya frecuencia es baja entre la población general, está volviéndose más frecuente entre las personas con el VIH (sobre todo entre los HSH con el VIH).

Un estudio austríaco de cohorte del VIH, reveló que en el año 2015 el 0,8% de los HSH menores de 50 años habían sido diagnosticados de cáncer anal, porcentaje que ascendió a 2,6% en el caso de HSH mayores de 50 años.

En la redacción de las directrices sobre vacunación contra el VPH, la EACS tuvo en cuenta diversas cuestiones que afectan de forma específica a las personas con el VIH, como por ejemplo si la vacunación brindaba protección a personas mayores infectadas por el VIH (que tienen muchas posibilidades de haberse expuesto ya al VPH), si la vacunación proporcionaba protección a las personas ya expuestas al VPH o qué programa de vacunaciones debería seguirse y qué vacuna era preferible.

La vacunación contra el VPH antes de iniciarse en el sexo constituye una estrategia efectiva para prevenir el cáncer anal y cervical. Sin embargo, se considera que la efectividad preventiva decae con rapidez una vez ya se ha empezado la vida sexual. No obstante, algunos estudios han sugerido que la vacunación de los HSH contra el VPH podría ofrecer cierto papel preventivo. La vacuna nonavalente contra el VPH (activa para 9 cepas de este virus especialmente implicadas en el desarrollo de cáncer) podría llegar a proteger a tres cuartas partes de los hombres con el VIH e infección anal por el VPH. Este efecto protector también se podría producir en alrededor de un tercio de los hombres con infección por el VPH en la cavidad oral.

Un equipo de investigadores belga presentó una revisión de los datos que respaldarían la estrategia de vacunación contra el VPH de las personas que viven con el VIH.

El cribado de los cánceres relacionados con el VPH no se realiza de forma exhaustiva y, en el caso del cáncer anal, la opción de la técnica de cribado sigue siendo materia de debate. En el caso de los cánceres orofaríngeos provocados por el VPH, todavía no están claras las directrices sobre dicho cribado.

El estudio ACTG 5298 examinó el efecto protector de la vacunación contra el VPH en adultos con el VIH. Este estudio concluyó que, en una población predominantemente masculina con una mediana de 47 años de edad, la vacunación no redujo la infección persistente por el VPH.

Este hallazgo llevó a la EACS a recomendar que se ofrezca la vacunación a personas con el VIH que tuvieran 26 años de edad o menos. La Sociedad Clínica Europea del Sida, asimismo, siguió a la Asociación Británica del VIH en la recomendación de que todos los HSH con el VIH hasta los 40 años deberían vacunarse contra el VPH. Las directrices previas –de 2015– recomendaban que los médicos se ajustasen a las directrices nacionales respecto a la vacunación contra el VPH.

Aunque la EACS afirma que la eficacia de la vacuna es cuestionable en el caso de personas que ya se han visto expuestas al VPH, también indicó que seguía siendo plausible que la vacunación pudiera mejorar la protección frente a la enfermedad asociada al VPH.

El estudio ACTG A5240 evidenció que, en el caso de las mujeres que ya se habían expuesto a algunos de los subtipos del VPH incluidos en la vacuna cuatrivalente, la vacunación trajo consigo un aumento sustancial de los niveles de anticuerpos contra el VPH.

Por otra parte, existen pruebas de otros estudios con personas sin el VIH (mujeres y HSH) en que la vacunación tras el tratamiento de lesiones cervicales o anales asociadas al VPH se relacionó con reducciones en la tasa de recurrencia de las lesiones. Es posible que dos estudios ya en marcha ofrezcan más información relativa al papel de la vacunación de personas con el VIH en la prevención de la recurrencia de las lesiones relacionadas con el VPH.

La vacunación genera unas respuestas de anticuerpos más potentes en mujeres que viven con el VIH y que ya tenían una carga viral indetectable de este virus en el momento de la primera vacunación, probablemente debido a que el control de la viremia permite que se produzca una restauración inmunitaria.

La EACS recomienda el uso de la vacuna nonavalente contra el VPH, en caso de que esté disponible. Respecto al número de inoculaciones necesario, se indicó que, aunque no existen pruebas que avalen ningún régimen que emplee menos de tres dosis en personas con el VIH, es cierto que varios estudios con mujeres jóvenes han revelado que una única inoculación resulta igual de inmunogénica que una tanda de varias.

Fuente: REC