Reporte epidemiológico. Emisión 498.

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  • Influenza B: Existen dos tipos de virus de la influenza que afectan al ser humano, el tipo A y el tipo B. El primero de ellos, el tipo A, se divide a su vez en varios subtipos según las proteínas presentes en la superficie del virus, siendo las conocidas H1N1 y H3N2 las dos principales cepas circulantes. Por otro lado, el tipo B se subdivide en dos linajes que se conocen como influenza B-Victoria y B-Yamagata. Este último linaje del virus de la influenza, el B-Yamagata, apareció a fines de la década de 1980 y desde entonces ha conseguido extenderse a nivel mundial, convirtiéndose además en la principal cepa circulante en muchas partes del planeta. En los últimos años, el linaje B-Yamagata ya estaba experimentando un ligero declive en comparación con los otros tipos y cepas circulantes, pero según un reciente estudio la llegada de la pandemia de COVID-19 podría haber contribuido a su desaparición. Solo el tiempo podrá dilucidar si estamos ante una extinción o si el virus simplemente está dormido a la espera de mejores condiciones de contagio.
  • Hepatits C: La prevalencia de infecciones virémicas por el virus de la hepatitis C (VHC) se redujo de 63,7 millones a principios de 2015 a 56,9 millones a principios de 2020. Se han diagnosticado menos de 25% de las infecciones virémicas por el VHC en todo el mundo y menos de 10% de las personas con hepatitis C activa han iniciado el tratamiento con antivirales de acción directa (AAD). En la actualidad, se estima que 71 millones de personas en todo el mundo están infectadas por hepatitis C, una enfermedad curable que puede provocar cirrosis y muerte relacionada con  problemas hepáticos. En 2016, la Organización Mundial de la Salud  fijó los objetivos de eliminación mundial de las hepatitis virales (VHC y VHB) para 2030, que pretendían acelerar el proceso hacia su eliminación como amenaza para la salud pública. La irrupción de la pandemia de la COVID-19 interrumpió esos progresos.
  • Vacunas. Un reciente investigación muestra que en los  países con renta baja,  casi 10 millones no han sido nunca vacunados, hecho que les convierte en susceptibles a enfermedades mortales como poliomielitis, sarampión y neumonía. Dos tercios de estos menores con cero dosis viven por debajo del umbral internacional de pobreza y sus familias subsisten con menos de 2,35 dólares al día en pueblos pobres, barrios marginales urbanos o zonas de conflicto. El trabajo reveló que India ha hecho un enorme progreso: la proporción de niños sin dosis se redujo a menos de un tercio en un cuarto de siglo, de 33% en 1992 a 10% en 2016. Sin embargo, incluso en 2016 la población infantil con dosis cero (2,9 millones) seguía concentrándose en los grupos más desfavorecidos. En comparación con los niños vacunados, aquellos que no cuentan con ninguna dosis tienen más probabilidades de sufrir malnutrición.