Analizan el impacto de la coinfección por VIH sobre la evolución y la transmisión de la tuberculosis resistente

Si bien las personas infectadas con el VIH son más propensas a contraer tuberculosis debido al deterioro de su sistema inmunitario, no transmiten más que otras la tuberculosis, como hasta ahora se creía, ni tampoco son responsables de que la bacteria Mycobacterium tuberculosis se vuelva resistente al tratamiento con diferentes fármacos.

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“Quienes tienen VIH representan sólo un grupo de población muy vulnerable a la tuberculosis; son víctimas, no victimarios”, dice Viviana Ritacco, del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas/Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud ‘Dr. Carlos Gregorio Malbrán’ (INEI-ANLIS).

Investigadores de Argentina, Noruega y Gran Bretaña, analizaron el genoma de la bacteria M. tuberculosis aislada de pacientes con y sin infección por VIH de uno de los más extensos brotes de tuberculosis multirresistente ocurrido en el mundo, registrado en Argentina a partir de 1992.

“El VIH destruye el sistema inmunológico y deteriora la capacidad del organismo de combatir otras infecciones; aunque aumenta la susceptibilidad a la infección por tuberculosis, no hemos podido demostrar que la pandemia sea responsable del desarrollo de multirresistencia en pacientes con VIH”, explica Vegard Eldholm, del Instituto Noruego de Salud Pública.

Encontraron que la cepa responsable del brote de tuberculosis ya era resistente a seis drogas, 20 años antes de su explosiva expansión en pacientes con VIH, un hallazgo que otros autores replicaron en un brote similar ocurrido en Sudáfrica. Ritacco dice que esa condición resultó ser la mayor limitación del estudio porque sólo pudieron analizar la evolución de nuevas resistencias a un par de antibióticos de segunda línea, en un puñado de aislamientos.

“Lo ideal hubiera sido poder rastrear mucha más atrás en el tiempo, a la generación de resistencia a todas las drogas, o a la mayoría. Pero antes del brote en pacientes VIH no había ninguna evidencia de la circulación de esta cepa, ni tampoco herramientas genéticas para investigar su transmisión”, explica la especialista.

“Extrapolar estos resultados puede ser arriesgado; sin embargo, la influencia de las nuevas mutaciones de resistencia sobre la aptitud biológica de las cepas deberían ser similares independientemente de la droga en cuestión”, dice Ritacco, quien planea repetir el análisis en otros brotes o epidemias de distintas partes del mundo.

Para Jorge Benetucci, director de la especialización en Infectología de la Universidad de Buenos Aires en el Hospital de Infecciosas ‘Dr. Francisco Javier Muñiz’, los datos son muy valorables a pesar de que el estudio está centrado en un solo brote. “El VIH determina una mayor posibilidad de contraer tuberculosis, aumentando el número de casos, pero sin que ello signifique una mayor tasa de transmisibilidad”, dice el especialista.

Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC