Personalizar el tratamiento de esclerosis múltiple con biomarcadores

Los profesionales destacan que los fármacos han cambiado la historia natural de la enfermedad. Lo han analizado en una reunión sobre los progresos en torno al conocimiento de la patología.

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“Los fármacos cambian la historia natural de la esclerosis múltiple”. Explica el doctor Óscar Fernández, director del Instituto de Neurociencias del Hospital Regional Carlos Haya de Málaga y coordinador de la IX Reunión Post Congreso Internacional del Comité Europeo para el Tratamiento e Investigación en Esclerosis Múltiple (Post-ECTRIMS) junto con el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, jefe de Servicio de Neurología del Hospital de Basurto de Bilbao.

Fernández ha recordado que en el desarrollo de la esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR) pueden distinguirse dos fases. La inicial es principalmente inflamatoria y dura unos 10-15 años; y en la segunda se produce una degeneración progresiva. “En la actualidad, tenemos tratamientos eficaces para la fase inicial, podemos decir que hemos conquistado la fase inflamatoria de la enfermedad, y estamos empezando a entrar en la fase neurodegenerativa”, reconoce el especialista.

La valoración global de los avances en la enfermedad también es positiva para Alfredo Rodríguez-Antigüedad, quien analiza las cuestiones pendientes para el futuro: “Ahora mismo estamos en la curva de aprendizaje para utilizar todos los recursos diagnósticos y terapéuticos que tenemos, como la resonancia, las pruebas complementarias para el diagnóstico y para el seguimiento, etcétera. Es el momento de los clínicos, y tenemos mucho que aprender”. Entre esas asignaturas pendientes está “disponer de biomarcadores, que es un reto imprescindible para valorar el resultado de los medicamentos y para practicar una medicina personalizada. En la actualidad, los biomarcadores suponen una carencia importantísima y probablemente será lo que más se investigue en los próximos años”, asegura este especialista.

Además, se ha avanzado en la investigación de los factores ambientales que, junto con la predisposición genética, pudieran influir en el desarrollo de la enfermedad. Por ejemplo, se ha observado con frecuencia un déficit de vitamina D en la población en general, y de manera especial en los pacientes con esclerosis múltiple.

En la IX Reunión Post-ECTRIMS también se han repasado las principales novedades en torno a dos sectores de la población especialmente vulnerables: la pediátrica y las mujeres en edad fértil. Así, el doctor Óscar Fernández ha destacado que el diagnóstico en niños cada vez es mejor. “Hasta ahora, el diagnóstico de la esclerosis múltiple pediátrica estaba poco desarrollado, pero a día de hoy ya se puede diferenciar de otras patologías. Además, cada vez hay más datos respecto al tratamiento de estos pacientes, aunque todavía no dispongamos de ensayos clínicos. Se están presentando series de casos de pacientes tratados en distintos países donde se ha visto que los fármacos empleados en los adultos también funcionan en los niños”.

Fuente: ConSalud