Las ratas pueden no haber sido las culpables de la “Peste Negra”

Hace mucho tiempo que se señala a la rata negra (Rattus rattus) como el vector de los brotes de peste que acabaron con la vida de millones de personas en Europa y Asia en el Medioevo y que siguieron ocurriendo hasta el siglo XIX.

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Rata negra (Rattus rattus

En la década de 1340, uno de esos brotes mató a veinticinco millones de personas solo en Europa. La causa de la peste no se descubrió hasta su epidemia mundial más reciente, que se desató en China en 1855 y no se declaró erradicada oficialmente hasta 1959.

Ahora, un nuevo estudio ha modelado estos brotes ocurridos hace tanto tiempo y sugiere que los difamados roedores pueden no ser los culpables, después de todo.

El estudio, en cambio, apunta hacia los parásitos humanos, como las pulgas y los piojos del cuerpo, como los principales propagadores de las bacterias de la peste durante la Segunda Pandemia, una serie de brotes devastadores que abarcaron desde el siglo XIV hasta principios del siglo XIX.

Estos brotes incluyen la infame “Peste Negra”, que aniquiló a un tercio de la población de Europa a mediados del siglo XIV, acumulando un recuento de cadáveres de decenas de millones.

La peste realmente transformó la historia humana, por lo que es realmente importante comprender cómo se propagaba y por qué lo hacía tan rápido.

Picadura mortal

Cuando las pulgas infectadas con la bacteria Yersinia pestis pican a los humanos, las bacterias pueden pasar al torrente sanguíneo y congregarse en los ganglios linfáticos, que se encuentran en todo el cuerpo. La infección hace que estos ganglios se inflamen en espantosos “bubones”, lo que dio nombre a la peste bubónica.

En 1986, arqueólogos descubrieron una fosa común en East Smithfield, Londres, usada para enterrar a las víctimas de la Peste Negra en la década de 1340. En esa época, un observador dijo que cada día se enterra-ban unas 200 víctimas de la enfermedad.

En los casos de peste desde fines del siglo XIX –incluyendo el brote de Madagascar de 20171–, las ratas y otros roedores ayudaron a propagar la enfermedad. Si Y. pestis infecta a las ratas, la bacteria puede pasar a las pulgas que se alimentan de la sangre de los roedores. Cuando la rata muere, sus parásitos abandonan el cadáver y pueden picar a los humanos.

Debido al papel de las ratas en la peste moderna, así como a la evidencia genética de que las víctimas de la peste medieval murieron a causa de Y. pestis, muchos expertos creen que las ratas también propagaron la peste durante la Segunda Pandemia.

Pero algunos historiadores argumentan que la Peste Negra se pudo haber propagado de manera diferente. Por un lado, la pandemia recorrió Europa mucho más rápido que cualquier brote moderno de peste. Además, las muertes masivas de ratas preceden a algunos brotes modernos, lo que no se menciona en las epidemias de peste medieval.
Al parecer, los genetistas y los historiadores modernos estaban culpando a las ratas de la propagación de la peste, y estaban dejando de lado ciertas evidencias.

Pandemia virtual

Algunos científicos llevan tiempo jugando con la idea de que los parásitos humanos fueron quienes propagaron la Peste Negra. Si una pulga o un piojo se infectan con Y. pestis al picar a un humano, podrían pasar a otras personas en lugares reducidos y transmitir la enfermedad.

Matemáticamente, los patrones de transmisión de la enfermedad a través de una población son diferentes según lo transmita la pulga de la rata o los parásitos humanos. Para ponerlos a prueba, el equipo modeló cada uno con ecuaciones que simulaban el ascenso y la caída de un brote de peste. En cada simulación se consideraron como vectores las ratas, la transmisión por el aire y las pulgas y los piojos de los humanos, respectivamente.

Después de ejecutar los modelos varias veces, se evaluó estadísticamente cuales coincidían mejor con los patrones de mortalidad de nueve diferentes brotes europeos de peste de la Segunda Pandemia. En siete de las nueve ciudades examinadas, el modelo de parásito humano se ajustaba más a los registros de mortalidad que el modelo de pulga de rata. La conclusión no deja lugar a dudas: es improbable que la pandemia se extendiese tan rápidamente si la hubieran transmitido las ratas. Habría tenido que cumplir un ciclo adicional dentro de estos roedores, lo que no sucede si el contagio es entre personas.
Estos modelos pueden ser mejorados con más datos experimentales. El estudio probablemente suscitará controversia entre los especialistas en la peste, algunos de los cuales sostienen apasionadamente que las ratas causaron los brotes medievales.

Aunque el estudio reviste interés principalmente desde la perspectiva histórica, saber qué provocó una de las pandemias más devastadoras de la historia del ser humano puede ser de utilidad de cara a gestionar otros brotes pandémicos. Así, esta investigación podría ayudar a reducir la mortalidad en situaciones futuras. La peste sigue siendo endémica en algunos países de Asia, África y América; de hecho, la Organización Mundial de la Salud informa que entre 2010 y 2015 se registraron en todo el mundo 3.248 casos, 584 de los cuales fueron mortales.

En definitiva, aunque actualmente se asocie la Peste Negra a imágenes medievales como carros de despojos, mascarillas médicas, bailes de esqueletos y también a diversos personajes malvados de ficción con cara de rata, lo cierto es que esta enfermedad no desapareció en un pasado lejano y que tal vez las ratas no tengan la culpa.2

  1. Ver ‘Madagascar: Actualización sobre el brote de peste’ en Reporte Epidemiológico de Córdoba N° 1.995, de fecha 29 de noviembre de 2017, haciendo clic aquí.
  2. Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC