“La solidaridad y las acciones de civismo colectivo son el motor para contener el avance del COVID-19”

Para Andrea Gamarnik, viróloga molecular de la Fundación Instituto Leloir, y los infectólogos Tomás Orduna y Antonio Montero respetar las medidas de aislamiento y distanciamiento social son críticos en esta fase de la expansión de la pandemia en el país.

0
1910
Tomás Orduna (izq.), jefe del Servicio de Patologías Regionales y Medicina Tropical del Hospital Muñiz, de Buenos Aires; Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir e investigadora del CONICET; y Antonio Montero

Frente a una enfermedad cuya dinámica epidémica se caracteriza por la duplicación de casos cada 5 a 7 días, los especialistas instan a la población a respetar las medidas orientadas al distanciamiento social como estrategia para aplanar la curva de casos y no desbordar los hospitales. “En Argentina se declaró la cuarentena obligatoria. Si vemos la experiencia de otros países, lo más efectivo para frenar la propagación del virus ha sido el aislamiento de las personas. Esta es una herramienta que Argentina aún tiene. Pero es indispensable que respetemos las medidas de aislamiento. Tenemos una gran responsabilidad como individuos y como sociedad”, señaló la Dra. Andrea Vanesa Gamarnik, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto ‘Dr. Luis Federico Leloir’. Por su parte, el infectólogo Tomás Agustín Orduna, jefe del Servicio de Patologías Regionales y Medicina Tropical del Hospital de Infecciosas ‘Dr. Francisco Javier Muñiz’, de Buenos Aires, señaló: “Surge con mucha claridad la necesidad de colocar a la solidaridad y las acciones de civismo colectivo como motor fundamental para lograr, entre todos, contener el avance de la COVID-19 y evitar así su peor resultado, que es la muerte de muchas personas por la propia enfermedad y por el colapso de los sistemas de salud.” Los números actuales de casos confirmados de la COVID-19 en Argentina son bajas, pero esa cifra es “engañosa y conduce a una falsa sensación de seguridad, puesto que la enfermedad tiene un período de incubación de hasta 14 días”, advirtió el especialista en infectología y medicina interna Antonio Montero, director científico del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. “El número real de infectados recién se podrá conocer dentro de dos semanas, cuando todos los infectados –o al menos la mayoría de ellos– hayan desarrollado la enfermedad clínicamente”, añadió Montero, quien también es investigador adjunto del CONICET. Para Montero resulta imperioso entonces que el gran público comprenda que se deben respetar las medidas dictadas por el gobierno nacional para el distanciamiento social. “No se trata de vacaciones, es necesario recluirse en el domicilio. El gobierno en sus tres niveles, nacional, provincial y municipal, debe extremar las medidas para sacar a la gente de la calle o repetiremos la experiencia de España o Italia. En este sentido las medidas de cuarentena obligatoria dictadas por el gobierno de la Nación están en el buen camino: al disminuir el contacto interpersonal drásticamente se disminuyen las oportunidades de contagio”, dijo.

¿Cuál es el nivel de transmisión de la COVID-19?

Para evaluar qué tan contagioso es un patógeno se utiliza el índice llamado el número reproductivo básico o R0, que orienta sobre cuántas personas susceptibles puede contagiar cada infectado por un microorganismo determinado. Montero explicó que, en el caso del sarampión, oscila entre 17 y 18; y en el resfrío común, ronda 7, 5, en cambio, el R0 de la COVID-19 parece estar entre 2 y 3, aunque hay personas superpropagadoras y, por otra parte, la cifra puede subir o bajar según la capacidad infectante del patógeno y de cuántas oportunidades de contagio existan. “Factores como la detección tardía de la enfermedad o tener mucha gente deambulando en sitios públicos claramente favorecen la enfermedad”, dijo Montero, para quien se requiere limitar al extremo el contacto social de modo tal de “aplanar la curva de nuevos casos, reduciendo el R0 a valores cercanos o menores a 1, lo cual terminará la epidemia”. “Es vital, para cada uno y para el conjunto de la población, respetar las medidas de aislamiento, distanciamiento social, higiene de manos, etiqueta de tos y estornudo y limpieza de superficies con el objetivo de detener la transmisión viral”, insistió Orduna, quien también integra la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (SLAMVI). “La cuarentena universal y obligatoria es la única medida capaz de bajar el R0 por debajo de 1, logrando que ya no todos los infectados puedan contagiar la enfermedad y por tanto, extinguiendo la epidemia”, puntualizó Montero. “Considerando que un número importante de infectados son asintomáticos o están todavía en la etapa de incubación, en los próximos días veremos que el número de casos continuará subiendo, hasta que al cabo de aproximadamente 14 días su número debería comenzar a descender”, indicó Montero. Y agregó: “En este sentido, es posible que sea necesario extender el límite del 31 de marzo para erradicar completamente la epidemia”. “Al terminar con la transmisión de esta enfermedad, China está demostrando que la COVID-19 no es una enfermedad invencible. Tenemos el conocimiento –y las autoridades tienen el poder necesario– para controlar esta pandemia”, continuó Montero. “Seamos solidarios, pensemos en el otro, en los más frágiles y en quienes tienen la mayor posibilidad de presentar cuadros graves o mortales, como lo son los adultos mayores”, concluyó Orduna.

En términos prácticos, la declaración es una orden del Ministerio de Salud para que todos los gestores nacionales tomen medidas para promover el distanciamiento social y evitar aglomeraciones, conocidas como medidas no farmacológicas, es decir, que no involucren el uso de medicamentos o vacunas. Cuando una persona presente los síntomas de la enfermedad, el médico prescribirá el aislamiento y emitirá el certificado al paciente y a todas las personas que viven en el mismo hogar durante 14 días. De ahora en adelante, los familiares de las personas que están enfermas, incluso si no tienen síntomas, también deben permanecer aislados durante 14 días. Recibirán un certificado médico en las unidades de salud. Esta ordenanza refuerza la necesidad de proteger a las personas mayores de 60 años, que son las más vulnerables, restringiendo sus desplazamientos para realizar actividades estrictamente necesarias, evitando el transporte público, los viajes y eventos o cualquier otra actividad con concentración de personas. El 23 de marzo comenzará la campaña de vacunación contra la influenza. Esta vacuna no es efectiva contra el coronavirus; sin embargo, en este momento, ayudará a los profesionales de la salud a excluir el diagnóstico de coronavirus, ya que los síntomas son similares. Los gobiernos estatales y municipales están preparando una serie de medidas para evitar las multitudes en los puestos de salud. En varios lugares, se utilizarán farmacias y plazas para proporcionar un mayor acceso al público en la primera etapa, que incluye a las personas de 60 años o más y profesionales de la salud.

Fuente: Instituto Leloir