- Tuberculosis. A pesar de que se asocie a países pobres, España es el segundo estado de Europa Occidental con mayor prevalencia de tuberculosis, por detrás de Portugal, de una patología que ha ocupado el primer puesto en el ranking de las infecciosas más mortales del mundo hasta la llegada de la COVID-19. El infra diagnóstico y la falta de acceso a tratamientos por el impacto de la pandemia dejaron a otros cientos de miles sin saber que están contagiados y que, por tanto, no se medican, no se curan y, peor aún, pueden contagiar a su alrededor.
- VPH. Todos han estado y están atentos a la COVID-19, aunque hay otras pandemias en curso cuya percepción social y sanitaria es muy diferente, como la del virus del papiloma humano (VPH). Y eso pese a que globalmente se estima el número de casos de cáncer generados por las infecciones por el VPH en unos 600.000 por año y el número de fallecimientos en unos 300.000 por año.
- Dengue. Ciertas áreas de Brasil que antes estaban protegidas por barreras geográficas para la transmisión del dengue –como lugares remotos en la Amazonía Occidental, puntos de gran altitud en el Sureste y regiones del Sur–, hoy tienen un mayor riesgo, según un estudio sobre la propagación de los brotes de la enfermedad en el país para comprender qué la está acelerando.