La fase preanalítica es la principal causa de errores en el laboratorio clínico

Resulta necesario estandarizar al máximo todos los procesos y lograr que todo el personal del laboratorio entienda y controle la forma en que se obtienen y manipulan las muestras

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El buen funcionamiento de fase preanalítica resulta fundamental para el laboratorio clínico, pues es la principal causa de errores en el laboratorio. Muchos de ellos llegan al paciente en forma de repetición innecesaria de procedimientos, falta de actuación adecuada o incluso actuaciones iatrogénicas basadas en pruebas de laboratorio erróneas.

Por ello, “resulta necesario estandarizar al máximo todos los procesos y lograr que todo el personal del laboratorio entienda y controle la forma en que se obtienen y manipulan las muestras”, asegura el Dr. Rubén Gómez, jefe de sección de Análisis Clínicos del Hospital Universitario La Paz y miembro de la Comisión de Calidad Extraanalítica de la SEQC.

Bajo este objetivo, las Comisiones de Gestión y Calidad Extraanalitica de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), con el patrocinio de Beckton Dickinson, celebran, desde el año 2007, el “Curso Innovación en la fase preanalítica y experiencias de acreditación”, que en la edición de este año espera 180 asistentes.

Además, durante esta jornada se revisarán las innovaciones más recientes de las fases preanalítica, tal y como apunta la Dra. Nuria Barba, miembro de la Comisión de Calidad Extraanalítica de la SEQC. Así, el curso tiene dos mesas de discusión: en la primera de ellas se presentará un modelo de separador mecánico de plasma para muestras de heparina que pretende sustituir a los actuales sistemas de separación por gel. “Es una excelente ocasión para conocer esta innovación de la mano de los responsables de desarrollo del producto y de grupos independientes que han colaborado en su validación”, señala.

“Se presentarán los datos de estudios de evaluación de este producto que sugieren que este sistema puede producir muestras de plasma con un bajo contenido celular, lo que mejoraría su estabilidad y por otro lado evitaría los problemas de absorción de sustancias al gel o las interferencias producidas por este en algunos métodos analíticos”, revela el Dr. Gómez. “Una innovación así – continúa la Dra. Barba – supone una mejora en la rapidez de la respuesta, ya que la centrifugación es más corta”. Por su parte, en la segunda mesa se abordará la problemática de la acreditación mediante la norma ISO 15189 en los aspectos concretos de la preanalítica.

Según indica la Dra. Barba “debemos hacer un trabajo importante para estandarizar y armonizar los procesos de la fase preanalítica para poder compararnos entre los laboratorios. Es decir, definir indicadores de esta fase que nos ayudaran en esta intercomparación”.

“En la fase  preanalítica se  está empezando en los últimos años a hacer esfuerzos por armonizar los procesos y establecer especificaciones, aunque todavía estamos lejos de conseguirlo”, afirma el Dr. Gómez. “Es el caso de la norma ISO 15189:2013, que es la que mejor garantiza la competencia técnica,  estableciendo claramente los requisitos mínimos de cada uno de los subprocesos de la fase preanalítica, desde la información previa al paciente y peticionario, la solicitud de estudio, la obtención, transporte y recepción en el laboratorio”.

La Dra. Barba coincide con ello y afirma que “esta norma, además de establecer distintos requisitos básicos, recomienda la participación en programas externos de Garantía de la Calidad Preanalítica”.

En este sentido, la Dra. Barba afirma que “actualmente cada laboratorio define sus circuitos”, y afirma que “la parte más difícil es la que tiene lugar fuera del laboratorio en los centros de extracción externos, ya sean de Atención Primaria o de Consultas Externas (en el caso de que el laboratorio esté externalizado), pues este personal no depende directamente del laboratorio, por lo que se tendrían que establecer criterios comunes tanto en la aceptación de muestras, como en el transporte de las mismas.”

“Por ello, aspectos como la homogenización de los criterios de aceptación y rechazo de las muestras, basados en la estabilidad definida para cada magnitud deberían ser comunes en todos los laboratorios que reciben muestras extraídas en centros lejanos”, recalca el Dr. Gómez.

Fuente: www.immedicohospitalario.es

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