Inicio Blog Página 309

Entrevista con la Dra. Virginia Pasquinelli (Argentina): Tuberculosis

0

Virginia Pasquinelli es Licenciada en Genética y Licenciada y Doctora en Ciencias Biológicas, por la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Es Profesor del Centro de Investigación y Transferencia Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires e Investigador de la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico del CONICET,

Ha sido dos veces Premio “Leonardo Satz” al mejor Trabajo de Investigación en Inmunología Clínica, Sociedad Argentina de Inmunología y Premio “Profesor Dr. Enrique Rossi”. Dirige tesis doctorales y Becas de estudio y es evaluadora.

Coordina el Programa de Laboratorios y es miembro del Consejo Directivo de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales de la Universidad Nacional del Noroeste. Es Socio Adherente de la Sociedad Argentina de Inmunología y de la Sociedad Americana de Inmunología.

La Dra. Virginia Pasquinelli nos habla sobre Tuberculosis y el rol del laboratorio.

Más información:

Listado de emisiones anteriores

Entrevista con el Lic. Edgar Huezo (El Salvador): 1º Diplomado de Buenas Prácticas en Laboratorio Clínico

0

El Licenciado Edgar Huezo es experto en Laboratorio Clínico, Magíster en Salud Pública, Jefe de Sección en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social.

Secretario de la Junta de Vigilancia de la Profesión en Laboratorio Clínico y Coordinador del 1º Diplomado de Buenas Prácticas en Laboratorio Clínico, de El Salvador.

Más información:

Diplomado en Buenas Prácticas de Laboratorio Clínico en El Salvador

Entrevista con el Prof. Thair Pillay (Sudáfrica): IFCC WorldLab 2017 en Durban

0

El Profesor Thair Pillay es Director de la División de Patología Clínica en la Universidad de Pretoria y ha sido elegido miembro de la Academia de Ciencia de Sudáfrica. Es el editor de noticias del comité de publicaciones y comunicaciones de la IFCC. Es el presidente del comité científico del congreso mundial de la IFCC 2017 en Durban, Sudáfrica.

El Profesor Thair Pillay nos habla de la próxima reunión mundial de la IFCC.

Interacciones gen-microbiota contribuyen a la patogénesis de la enfermedad inflamatoria del intestino

0

La enfermedad inflamatoria intestinal incluye diferentes condiciones, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, caracterizadas por la inflamación crónica del tracto digestivo. Diferentes estudios han revelado que la microbiota intestinal interviene en el desarrollo de enfermedad inflamatoria intestinal a través de su influencia sobre el sistema inmune, y que su composición está alterada en éstas enfermedades. Igualmente, se han identificado diversas variantes genéticas que confieren susceptibilidad a la enfermedad inflamatoria intestinal, entre ellas varias relacionadas con la regulación de la autofagia. No obstante, hasta el momento, no se había identificado ningún mecanismo o proceso biológico que conectara ambas observaciones.

Los investigadores centraron su trabajo en la especie Bacteroides fragilis, la cual libera moléculas que modulan la acción de las células inmunes del intestino a través de vesículas formadas a partir de su membrana celular externa. En modelos en ratón, estas moléculas pueden proteger de la colitis inducida. A través de diferentes experimentos el equipo encontró que la variación genética en los genes ATG16L1 y NOD2, que participan en la ruta de autofagia y en la detección de peptidoglicano bacteriano en la célula respectivamente, interacciona con el microbioma para promover una respuesta inmune beneficiosa en la mucosa intestinal.  Los investigadores proponen que las vesículas liberadas por las bacterias de la especie Bacteroides fragilis activan una ruta de autofagia mediada por ATG16L1 y NOD2 en las células dendríticas de la mucosa intestinal  y esto lleva a que los linfocitos T del intestino protejan frente a la colitis.

“En este estudio teníamos curiosidad por ver si algunos de los genes importantes para detectar bacterias patogénicas podrían ser importantes en la detección de bacterias beneficiosas para promover la salud inmune,” indica Hiutung Chu, primera autora del trabajo. “Típicamente las señales de estos microbios beneficiosos promueven respuestas antiinflamatorias que disminuyen la inflamación en el intestino.”

Los investigadores señalan que las mutaciones en los genes como ATG16L1NOD2 que participan en la detección de bacterias patogénicas, también alteran la respuesta frente a las bacterias beneficiosas como Bacteroides fragilis. El equipo plantea que la presencia de mutaciones o variantes de riesgo en ambos genes, altera las rutas de procesado de antígenos y la señalización entre las células dendríticas y los linfocitos T, lo que lleva a una respuesta hiperinflamatoria.

Los resultados del trabajo muestran que algunas bacterias beneficiosas del intestino humano utilizan rutas moleculares utilizadas normalmente por las células humanas para detectar y detener bacterias para enviar señales beneficiosas y promover la salud del sistema inmune. Además, plantean que la relación entre genoma y microbioma podría ser utilizada para diseñar y mejorar los productos probióticos. “Nuestro trabajo previo sugiere la utilización de Bacteroides Fragilis como tratamiento probiótico para ciertos desórdenes,” comenta Mazmanian. “Lo que este nuevo estudio sugiere es que hay ciertas poblaciones que no se beneficiarían de este tratamiento porque tienen una predisposición genética. “

Referencia: Chu H, et al. Gene-microbiota interactions contribute to the pathogenesis of inflammatory bowel disease. Science. 2016 May 27;352(6289):1116-20. doi: 10.1126/science.aad9948.

Fuente: Genética Médica News

Criterios científicos para la regulación de disruptores endócrinos

0

Se pueden esconder en el plástico de las botellas de agua y de los tuppers. También en ciertos pesticidas, perfumes y cremas cosméticas. Ollas, sartenes y paellas son otros de sus refugios. Son sospechosos de dañar la salud humana, pero hasta hoy la Comisión Europea (CE) no había publicado los criterios científicos para regular los disruptores endocrinos, considerados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una amenaza global a la salud pública.

Algunos productos químicos industriales contienen sustancias que pueden interferir con la producción de hormonas y el metabolismo humano. Son los disruptores endocrinos y, para ser considerados como tales, deben cumplir tres características, según la OMS: una función hormonal, un efecto adverso y una relación de causalidad entre ambos.

Alrededor de unos 800 compuestos químicos son sospechosos de alterar el sistema endocrino, según un informe de 2012 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo solo se han podido observar los efectos de una pequeña parte de ellos y todavía hay muchos interrogantes, como si afectan o no a la pubertad adelantada. Diversos estudios apuntan a que podrían contribuir al aumento de ciertos tipos de cáncer, sobre todo a aquellos tumores que conciernen a las hormonas: pecho, ovario, próstata, testículos y tiroides.

La lista de posibles patologías relacionadas es extensa, e incluye la obesidad, la diabetes, los problemas tiroideos, el asma infantil, la pérdida de fertilidad, complicaciones en el desarrollo de los niños y daños en el sistema inmunitario y neuronal.

Un reciente análisis publicado en la revista Andrology estima en 163.000 millones de euros el coste del impacto de estos alteradores en la salud de la Unión Europea (UE), lo que supone el 1,28% del Producto Interior Bruto de la UE.

Pero por ahora la asociación entre los perturbadores hormonales y los problemas de salud solo se ha demostrado en animales. Encontrar evidencias parecidas en humanos es más complejo porque numerosos factores ambientales influyen en nuestra salud.

Por fin, la Comisión Europea ha presentado el 15 de junio de 2016 en la reunión del Colegio de Comisarios una propuesta para la regulación de los disruptores endocrinos. A partir de aquí el Parlamento y el Consejo europeos deberán aprobar los textos y, más tarde, los Estados miembros y las instituciones de la UE tendrán que adoptarlos. En concreto, la Comisión ha aprobado dos proyectos de medidas con los criterios científicos para identificar los alteradores endocrinos en los productos biocidas y fitosanitarios, y la manera en que debe llevarse a cabo su identificación; junto con un informe de evaluación del impacto.

Según informa la CE en un comunicado, los criterios científicos más exactos se aplicarán inmediatamente. Además, la Comisión pedirá a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y a la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) que comience a examinar las sustancias sospechosas para aplicar los criterios en cuanto se adopten. La Comisión afirma que este será el primer sistema mundial que defina criterios científicos para los alteradores endocrinos en la legislación. Sin embargo, las críticas y la polémica le preceden.

Años de espera y controversia

Los europarlamentarios condenaron el retraso de la Comisión en la publicación de los criterios científicos para identificar y reducir la exposición a estos productos químicos sospechosos de alterar las hormonas, tanto de los humanos como de la vida silvestre. El parlamento recordó que los criterios científicos llevan listos desde 2013, pero la CE, en lugar de difundirlos, decidió iniciar una evaluación de impacto “no requerida por la legislación de la UE ni apropiada para decidir sobre una cuestión científica”. Ahora, la historia sobre los disruptores en Europa escribe su siguiente capítulo.

La periodista francesa Stéphane Horel lleva tres años investigando el retraso de la UE en la regulación de los disruptores endocrinos y denunciando la presión de los lobbies sobre las decisiones políticas. Según su trabajo, premiado internacionalmente, la Comisión Europea incumple el Reglamento de productos biocidas al no definir los criterios de identificación de los contaminantes hormonales, que son imprescindibles para que se desarrolle y se aplique una normativa.

Suecia, uno de los países más escandalizados por esta demora, denunció en 2014 a la Comisión Europea. El Tribunal General de la UE le dio la razón y concluyó que el órgano ejecutivo había incumplido con sus obligaciones.

Horel denuncia que “los lobbies han capturado la decisión pública” mediante el chantaje económico de la industria y de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP). Después de presiones por parte de los científicos y la sociedad, Vytenis Andriukaitis, comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, se comprometió en febrero del 2016 a presentar un estudio de impacto con criterios de identificación antes del verano.

“No solo los políticos pueden dar una respuesta, como ciudadanos nosotros también tenemos mucho que decir”, aseguraba Carme Valls-Llobet, responsable del programa ‘Mujer, salud y calidad de vida’ de la asociación científica sin ánimo de lucro Centro de Análisis y Programas Sanitarios, en la presentación del informe de Horel el pasado mes de febrero en Barcelona. El éxito más claro de la presión social en la regulación de las falsas hormonas es el caso de los parabenos.

Los consumidores expulsaron a los parabenos

Los parabenos son unos compuestos que se utilizan como aditivos conservantes en numerosos productos de origen cosmético, farmacéutico y alimentario. La literatura científica ha descrito la presencia de estas sustancias en muchos productos que usamos a diario. Por eso la preocupación de los investigadores se focaliza en detectar estos químicos en los tejidos humanos y los fluidos corporales.

El descubrimiento de parabenos en los tumores de mama ha planteado en los últimos años “la preocupación pública sobre su uso”, explicaba Mark G. Kirchhof, investigador de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), en un artículo publicado en Skin Therapy Letter.

Una revisión de estudios científicos, publicada hace dos años en el Journal of Applied Toxicology, recopiló pruebas de la presencia de parabenos en tumores de cáncer de mama. Los investigadores sospechan que influyen en la proliferación de células cancerígenas de mama sensibles a los estrógenos, las principales hormonas femeninas, y que afectan a la incidencia y tratamiento de la enfermedad. Philippa Darbe, autora de este trabajo en la Universidad de Reading (Reino Unido), demostró en células in vitro que la exposición a estas sustancias químicas aumenta la actividad migratoria e invasiva de las células cancerígenas. “La mama está muy contaminada, no solo con un químico sino con centenares de ellos”, comenta Darbe. Ella insiste en la necesidad de estudiar la contaminación de la acción de muchos disruptores endocrinos en los humanos, y no de uno solo. “Eso no quiere decir que una sustancia por sí sola sea menos significativa sino que no aporta una visión global de la realidad”, añade.

Los científicos desconocen los mecanismos moleculares que hay detrás de estos disruptores endocrinos. Los fenoles y los ftalatos se encuentran en productos cosméticos, se absorben a través de la piel y se acumulan en glándulas y componentes grasos de los tejidos corporales. Algunos disruptores son persistentes y su efecto dura en el organismo desde meses a años. Se tratan de compuestos que se acoplan a lípidos y proteínas. Hay otros perturbadores no persistentes que se eliminan mediante la orina y otros fluidos. Son más difíciles de investigar porque tienen una vida corta en el organismo, desde pocos minutos a días.

Muchas mujeres, alertadas por estos hallazgos, dejaron de comprar cosméticos con parabenos, recuerda Valls-Llobet. La reacción popular hizo que algunas marcas retirasen del mercado estos productos para satisfacer a las consumidoras. Pero la preocupación se amplía cuando hombres o mujeres deciden tener un hijo. Los niños son la población más vulnerable al entorno ya desde el vientre materno.

Desde antes de nacer

HELIX es un proyecto europeo que tiene como objetivo definir el ‘exposoma’: todos aquellos factores ambientales internos y externos a los que se expone una persona a través de la dieta, el estilo de vida, la contaminación y otras circunstancias desde el vientre materno hasta la vida adulta. El proyecto HELIX analiza un total de 32.000 pares de madres e hijos de seis países europeos para observar el impacto de estos factores sobre la salud, el crecimiento y el desarrollo de los niños. Entre los factores ambientales externos se encuentran los disruptores endocrinos que pueden contener los juguetes (aftalatos) y los productos de higiene (fenoles), entre otros.

En España, Maribel Casas, investigadora del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), analiza los efectos de los disruptores endocrinos sobre la salud infantil a través de HELIX y el proyecto nacional INMA. La experta señala que no estamos expuestos a una única sustancia que altera nuestro organismo sino a un “cóctel químico” de diferentes disruptores endocrinos que pueden afectar de manera distinta a cada persona.

“Los niños son más vulnerables porque no pueden detoxificar al mismo nivel que los adultos y sus órganos están en desarrollo –contextualiza–. Además, tienen más tiempo para desarrollar una enfermedad”.

Entre 2004 y 2007 el estudio INMA reclutó a 657 embarazadas de la ciudad de Sabadell en las que se analizó la exposición a estos compuestos. El equipo científico concluyó que la exposición del feto a los disruptores endocrinos puede aumentar el riesgo de padecer obesidad y asma en la edad infantil. Los efectos en el neurodesarrollo también se han estudiado pero los resultados no son tan concluyentes, especifica Casas.

Este año, un equipo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CSIC), con la colaboración del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, observó compuestos de filtros solares y parabenos, presentes en los productos de cuidado e higiene personal, en la placenta de embarazadas.

Los resultados, publicados en la revista Environmental International, demuestran que las mujeres gestantes acumulan estos compuestos y pueden transmitirlos a sus fetos, aunque se desconocen sus efectos.

Ante la alerta de las primeras evidencias científicas que relacionan los disruptores endocrinos con problemas de salud, Casas recomienda no obsesionarse. Mientras tanto, los científicos y la sociedad seguirán presionando para que las administraciones públicas velen por la salud de sus ciudadanos.

Fuente: Agencia Sinc

Ateneo Conjunto Ferritina elevada ¿Qué hacemos?

0

Fecha: Jueves, 30 de junio de 2016

Sede: Auditorio Fundación OSDE – Leandro N. Alem 1050 piso 6 Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Organizan: Fundación OSDE, Facultad de Medicina de las Universidades: Nacional de Tucumán, Católica de Córdoba, Maimónides, Nacional de Córdoba, Nacional de Cuyo, Nacional de La Plata, Universidad de Buenos Aires

Transmisión simultánea por teleconferencia a las Filiales OSDE de todo el país.

Temario

  • Hemocromatosis en la atención ambulatoria de la salud. Conferencista: Dr. Estaban González Ballerga
  • Ferritina elevada ¿qué hacemos? Conferencista: Dr. Juan Antonio Sordá

Descargue el afiche del ateneo haciendo click aquí.

Coordinador

  • Dr. Claudio Yaryour. Médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Jefe División Urgencias y Director de la carrera Especialista en Emergentología del Hospital de Clínicas “José de San Martín” de la Universidad de Buenos Aires. Director del Curso Interuniversitario Posgrado en clínica Médica Ambulatoria de la Unidad Académica Universidad de Buenos Aires.

Disertantes

  • Dr. Estaban González Ballerga. Médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Especialista en Gastroenterología, otorgado por la Universidad de Buenos Aires. Docente Curso Superior Universitario de Patología de la Universidad de Buenos Aires. Jefe Consultorio Externo de Gastroenterología del Hospital de Clínicas “José de San Martín” de la Universidad de Buenos Aires.
  • Dr. Juan Antonio Sordá. Médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Especialista en Gastroenterología y Hepatología, otorgado por la Universidad de Buenos Aires. Profesor Titular de Gastroenterología y Director del Curso Superior Universitario de Gastroenterología y Hepatología de la Universidad de Buenos Aires. Jefe Servicio Gastroenterología del Hospital de Clínicas “José de San Martín” de la Universidad de Buenos Aires.

Período de inscripción: hasta el 30/06/2016

Actividad no arancelada – Entrega de certificado de participación

Informes e Inscripción

Infobioquimica.org no dispone más datos que los aquí publicados.
Por favor, si necesita más información envíe una consulta directa a los organizadores del evento.

Fisiopatología y diagnóstico de la hiperinsulinemia

0

La alteración de la homeostasis de la insulina abarca tanto a la hiperinsulinemia como a la hipoinsulinemia. Aunque esta última está bien reconocida como diabetes tipo 1, hay poca literatura sobre la primera, a pesar de ser la que primero recibió una hipótesis a principios de la década de 1920. Actualmente, una aproximación cercana a la investigación que se llevó a cabo sobre la hiperinsulinemia es la resistencia a la insulina. Está bien establecido que la resistencia a la insulina subyace en muchas condiciones de salud crónicas importantes como:

  • diabetes tipo 2
  • síndrome metabólico
  • enfermedades cardiovasculares
  • algunos tipos de cáncer
  • enfermedad de Alzheimer.

Esta resistencia a la insulina se acompaña invariablemente de una mayor demanda de insulina para que el cuerpo pueda mantener la euglucemia. En este trabajo los autores sostienen que la hiperinsulinemia junto con la resistencia a la insulina debe ser considerada como un riesgo de salud independiente importante. Se excluyó a la hiperinsulinemia aislada, como la causada por un insulinoma.

La hiperinsulinemia precede a la hiperglucemia hasta en 24 años

Es bien sabido que la detección precoz de cualquier estado de la enfermedad permite obtener los mejores resultados posibles. Se acuerda que la hiperinsulinemia precede a la hiperglucemia hasta en 24 años. Hay un argumento fuerte a favor de que la hiperglucemia indica el agotamiento de las células β del páncreas; esencialmente en la etapa final del órgano.

Los autores sostienen que la falta de reconocimiento de la hiperinsulinemia es un problema clínico importante porque no hay valores de referencia estándar para su diagnóstico. Se diagnostica con mayor precisión midiendo la glucemia y haciendo la prueba dinámica a la insulina; tiene pocas opciones de tratamiento (farmacológico).

La primera vez que se teorizó sobre la hiperinsulinemia fue en 1924, pero no fue hasta la década de 1960 que las mediciones directas de la insulina fueron posibles. Desde entonces ha habido una gran cantidad de investigación en el campo de la resistencia a la insulina, pero poca sobre la hiperinsulinemia. Por lo tanto, se destacan los estados de enfermedad que se asocian directamente y/o indirectamente con la hiperinsulinemia. En este trabajo también se discute la disponibilidad y las limitaciones de los métodos de  diagnóstico actuales para la hiperinsulinemia y por qué se necesitan más investigaciones.

Definición de hiperinsulinemia

No existe una definición precisa de la hiperinsulinemia. A menudo se describe como “más insulina de lo normal para lograr la euglucemia”; esencialmente es la misma que la de la resistencia a la insulina. Cuando se dispone de un rango de referencia, normalmente se basa en los niveles en ayunas: 5-13 µU/ml, ≤ 30 µU/ml y 18 a 173 pmol/l (3-28 µU/ ml).

Sin embargo, hay muy pocos estudios en los que un “nivel normal de insulina” se define como muchos estudios definen a la hiperinsulinemia, basada en cuartiles. Algunos estudios han sido más específicos. Se han propuesto 2 valores: insulinemia en ayunas ≥12,2 µU/ml en presencia de euglucemia y, un rango de 8-11 µU/ml  “entre las comidas,” y hasta 60 µU/ml “posprandial”. También hay cuestiones de la práctica metodológica en cuanto a la determinación de la resistencia a la insulina según las condiciones de la OMS.

Etiología

Hasta el momento, la etiología de la hiperinsulinemia no ha quedado establecida por completo. Aunque existen varias teorías, es probable que las investigaciones muestren una patología multimodal. Lo que se puede deducir de los principios fisiológicos es:

  1. Las células sanas son sometidas a la hiperglucemia aguda
  2. Aunque muchas células pueden absorber la glucosa sin necesidad de utilizar la insulina (transporte GLUT1), la hiperglucemia provoca la liberación de insulina de las células pancreáticas para facilitar esa absorción, especialmente en las células musculares y adiposas (transporte GLUT 4)
  3. La insulina se une a los receptores celulares de insulina y facilita la translocación de GLUT4 a la superficie celular. Durante este proceso, la insulina y su receptor son absorbidos por la célula para ser reemplazados por el conjunto de receptores de insulina internos.
  4. Esta resistencia aguda a la insulina no tiene ninguna consecuencia, siempre y cuando la célula tenga GLUT4 viable en la superficie celular. Sin embargo, GLUT4 tiene una vida media relativamente corta.
  5. Si la hiperglucemia persiste, el páncreas mantiene la secreción de insulina. Esto puede agotar los receptores de insulina más rápido de lo que pueden ser reemplazados.
  6. Durante este período, en el cual los receptores celulares de insulina son reemplazados, la hiperglucemia moderada (como la que se halla inmediatamente después de una comida normal) puede necesitar niveles de insulina ligeramente superiores a los normales para retornar la glucemia a su valor normal. Esta hiperinsulinemia moderada puede retrasar el restablecimiento de la función normal del receptor de insulina (resistencia a la insulina aguda).
  7. Este estado de resistencia a la insulina debido a la regulación a la baja de los receptores de insulina es reversible si la persona no se somete a nuevos episodios de hiperglucemia. No importa si esto es a través de las elevaciones marcadas pero agudas de la glucemia o a las elevaciones moderadamente elevadas durante lapso prolongado. La alteración prolongada de la señalización de la insulina impide la translocación de GLUT4 a la superficie celular alterando la absorción de la glucosa y prolongando la hiperglucemia, dando lugar a un ciclo de retroalimentación positivo. Esto tanto agrava como prolonga la resistencia a la insulina, lo que podría convertir al mencionado estado transitorio en estado persistente o crónico.

La complejidad de la regulación del receptor de insulina combinado con la disponibilidad de los transportadores de glucosa (GLUT) y los factores que influyen en la secreción de insulina significa que es imposible generalizar si la resistencia a la insulina precede o sigue a la hiperinsulinemia. Es más admisible que diferentes personas tengan diferentes factores desencadenantes en el ciclo. Estos desencadenantes pueden ser factores genéticos, exceso de carbohidratos, corticosteroides (endógenos o exógenos), ácidos grasos libres, leptina o ciertos medicamentos.

Fructosa: La fructosa se metaboliza en el hígado en ATP y/o triglicéridos, en un proceso competitivo, preferentemente con la glucosa. Si se consume fructosa en exceso, la glucosa no se metaboliza causando hiperglucemia y la posterior hiperinsulinemia. La fructosa excesiva también resulta en hiperuricemia que se asocia con la reducción del óxido nítrico endotelial, provocando vasoconstricción, disfunción endotelial y resistencia a la insulina.

insulin-resistance1

Hiperglucemia: la hiperglucemia por sí sola también puede agravar aún más la resistencia a la insulina. Junto con la ingesta excesiva de hidratos de carbono, intervienen otros mecanismos de resistencia a la insulina hepática. El aumento de la insulina plasmática disminuye la gluconeogénesis hepática, pero este proceso puede verse afectado por la resistencia a la insulina hepática que conduce a la hiperglucemia periférica y a más secreción de insulina.

Corticosteroides: se sabe que los corticosteroides, especialmente el cortisol endógeno, causan una regulación a la baja de los receptores de GLUT4, evitando así la absorción de glucosa y provocando hiperinsulinemia en presencia de hiperglucemia. Los cursos prolongados de corticosteroides exógenos, como la prednisona, provocan la diabetes tipo 2 ‘inducida por fármacos, que puede resolverse al suspender el medicamento. No todos los pacientes tratados con corticosteroides a largo plazo desarrollan diabetes inducida por el fármaco. Por lo tanto, es posible que el grado de resistencia inicial a la insulina influya en el desarrollo y la progresión de la enfermedad. Dado que el estrés aumenta el nivel de cortisol, también es posible que el estrés prolongado sea otra causa de hiperinsulinemia.

Leptina: El control del apetito está mediado por el hipotálamo en respuesta al equilibrio entre la leptina y la expresión del neuropéptido Y que controla la insulina. Se cree que este equilibrio es importante para el manejo de la ingesta calórica durante lapsos más prolongados, cuando las comidas pueden variar en cantidad, frecuencia y composición. La secreción de leptina cambia lentamente, ya sea por la influencia de la masa total de grasa corporal o la ingesta calórica total, mientras que la secreción de insulina es muy sensible al consumo de alimentos y cambia rápidamente con cada comida. La leptina también está muy influenciada por la insulina, ya que se libera de las reservas de grasa, a través de mecanismos que parecen depender del flujo de glucosa: La evidencia experimental muestra que la reducción de la secreción de insulina reduce la resistencia a la leptina, lo que sugiere una relación entre la hiperinsulinemia y la hiperleptinemia. Aún no está claro si la hiperleptinemia causa hiperinsulinemia, aparte de su asociación con la obesidad y el aumento en los ácidos grasos libres.

Inducida por medicamentos: Hay una serie de medicamentos que son conocidos o sospechosos de causar hiperinsulinemia y/o que contribuyen a la resistencia a la insulina. Se han examinado los mecanismos de acción de los corticosteroides exógenos (prednisona), la insulina exógena y los secretagogos de insulina (sulfonilureas), así como los antipsicóticos (por ej., la clozapina) y las estatinas. Actualmente, se desconocen los mecanismos por los que estos medicamentos causan hiperinsulinemia.

Debido a la naturaleza de la regulación del receptor de insulina, también es plausible que se pueda restaurar la sensibilidad celular a la insulina. Esto requeriría la ausencia tanto de hiperinsulinemia como de hiperglucemia.

Los estudios de casos indican que una dieta restringida en carbohidratos puede facilitar este efecto. En general, se debe reconocer que la hiperinsulinemia es independiente de la resistencia a la insulina: la hiperinsulinemia es la secreción excesiva de insulina, mientras que la resistencia a la insulina es la absorción alterada de la glucosa.

Esta revisión investiga la evidencia de causas físicas y biológicas y la evidencia epidemiológica que relaciona la hiperinsulinemia con las enfermedades metabólicas. Aunque hay investigaciones de buena calidad que relacionan las causas físicas y biológicas de la hiperinsulinemia con las patologías posteriores, la evidencia epidemiológica es escasa y de baja calidad. Dada la naturaleza entrelazada entre la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia, se puede suponer que la mayoría de las personas con resistencia a la insulina también tienen hiperinsulinemia. Por lo tanto, al no haber datos epidemiológicos disponibles, esta revisión utilizó la investigación epidemiológica de la resistencia a la insulina como una aproximación para la hiperinsulinemia.

Efectos directos de la hiperinsulinemia

La hiperinsulinemia puede estar relacionada epidemiolólgicamente y por sus causas físicas y biológicas con el síndrome metabólico, la diabetes gestacional y la diabetes 2 y, por lo tanto, con las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades con mayor prevalencia en los pacientes con síndrome metabólico. Este también es un factor de riesgo independiente de una serie de condiciones como la obesidad inducida por la dieta, la artrosis, ciertos tipos de cáncer, especialmente de mama y de colon y recto y, la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Otras condiciones que pueden estar asociadas a la hiperinsulinemia son la gota, el tinnitus, la esquizofrenia, y el autismo. Se necesita más investigación para confirmar estas asociaciones.

Mecanismos fisiopatológicos

La hiperinsulinemia afecta al cuerpo a través de 5 mecanismos principales:

  1. aumento de las especies oxidativas reactivas y productos finales de la glicación avanzada
  2. aumento del factor de crecimiento símil insulina 1 (IGF-1)
  3. hiperglucemia
  4. aumento de la /producción de ácidos grasos y triglicéridos
  5. afectación de diferentes hormonas y citocinas.

Especies oxidativas reactivas

Especies reactivas de oxígeno es un término colectivo que incluye tanto a los radicales oxígeno como a los agentes oxidantes no radicales como el peróxido de hidrógeno. Las especies oxidativas reactivas también se producen y participan en muchos procesos metabólicos, como las reacciones enzimáticas, la expresión génica y la señal de transducción. Generalmente, las acciones de los agentes reductores intracelulares como los antioxidantes previenen el daño mediado por las especies oxidativas reactivas. Sin embargo, una serie de factores puede contribuir a la producción excesiva de especies oxidativas reactivas incluyendo el consumo excesivo de calorías y la presencia de diversos mediadores proinflamatorios, como el factor de necrosis tumoral α.

Una vez producidas, las especies oxidativas reactivas pueden interactuar con numerosos componentes celulares como el ADN, los lípidos y los aminoácidos. Es probable que el daño al ADN sea el mecanismo subyacente para que las especies oxidativas reactivas se asocien con el cáncer y el envejecimiento precoz.

Los ácidos grasos poliinsaturados se consideran muy susceptibles al daño de las especies oxidativas reactivas, lo que provoca la peroxidación lipídica, que puede afectar la fluidez y la integridad de la membrana celular, siendo el mecanismo potencial del daño endotelial. Los aminoácidos como la cisteína y la metionina son muy susceptibles al daño de las especies oxidativas reactivas. Los cambios en estos aminoácidos intervienen en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

La hiperinsulinemia se asocia con un aumento de las especies oxidativas reactivas, aunque el mecanismo exacto todavía está en discusión. La hiperinsulinemia está vinculada a la hiperglucemia y a los ácidos grasos libres. Cualquier sustrato puede causar un aumento de la producción de especies oxidativas reactivas. También se ha demostrado que la insulina tiene algunos efectos inhibidores sobre la producción de especies oxidativas reactivas, que pueden ser independientes de sus efectos sobre la glucosa en sangre. Sin embargo, también se cree que la reducción de la absorción de nutrientes estimulada por la insulina en la célula disminuiría la producción de especies oxidativas reactivas. Se requiere más investigación para entender mejor estos mecanismos.

También se cree que el exceso de nutrición es responsable de la formación de productos finales de la glicación avanzada a través de la glicación no enzimática y del proceso de glucooxidación. La excreción renal defectuosa de los productos finales de la glicación avanzada, como sucede en la nefropatía diabética, y el consumo de productos finales exógenos de la glicación avanzada aumentan el nivel de los productos plasmáticos finales de la glicación avanzada. Se cree que los productos finales de la glicación avanzada favorecen los cambios en los sistemas microvasculares y promueven alteraciones inflamatorios, oxidativas, y otros procesos degenerativos de varias enfermedades crónicas, incluyendo las neuropatías.

Factores de crecimiento (IGF, factor de crecimiento endotelial vascular)

La insulina, el IGF-1 y otras sustancias como el factor de crecimiento endotelial vascular pueden estimular el crecimiento y la división de muchas células. La insulina puede mediar la división celular, pero también puede estimular la proliferación de células cancerosas y metástasis. Más importante es que la insulina aumenta la biodisponibilidad del IGF-1, por lo que la insulina está implicada indirectamente en todos los procesos mediados por el IGF-1. Estos procesos incluyen alteraciones en las estructuras vasculares, aumento de la división celular y prevención de la apoptosis.

Hiperglucemia

La hiperglucemia comúnmente sigue a la hiperinsulinemia pero hay poca información que indique si la glucosa en ayunas, los picos de glucosa o el área bajo la curva (AUC) tienen un impacto más perjudicial para la salud. Las células cancerosas tienen una absorción elevada de la glucosa en forma continua, lo que favorece el crecimiento y la proliferación celular; la hiperglucemia aumenta este proceso. La hiperglucemia permite que el IGF-1 estimule la proliferación del músculo liso vascular, un sello distintivo del cáncer y la aterosclerosis. La coagulabilidad de la sangre también se incrementa con la hiperglucemia, independientemente del nivel de insulina.

Aumento de los ácidos grasos y los triglicéridos

La hiperinsulinemia influye en la producción de los ácidos grasos libres y los triglicéridos. Si bien los procesos que ocurren durante la lipogénesis hepática de novo no están en disputa, existe debate acerca de si preceden a la hiperinsulinemia o son una consecuencia del hígado graso. Sin embargo, los niveles elevados de triglicéridos son un componente clave del síndrome metabólico mientras que el hígado graso puede ser considerado una manifestación hepática del mismo síndrome, pudiendo progresar a la cirrosis o el cáncer. Los niveles elevados de triglicéridos hepatocelulares también pueden deteriorar aún más la resistencia a la leptina.

Producción de hormonas y citocinas (hormonas sexuales, inflamación, obesidad)

La hiperinsulinemia está involucrada en la adiposidad a través de aumento del apetito y la producción de triglicéridos, aumentando así la adiposidad. En la actualidad, está bien establecido que el tejido adiposo es un órgano endócrino y produce las hormonas y citocinas que se utilizan para la comunicación celular. Los tejidos adiposos hipertróficos activan las vías inflamatorias y el estrés, y disminuyen la respuesta a la insulina. Esto se traduce en un aumento de la producción de citocinas incluyendo el TNF-α, el factor de crecimiento endotelial vascular y la leptina, mientras que la expresión de adiponectina está disminuida. Estas acciones favorecen la disminución de la glucosa y la captación de lípidos, lo que lleva a una mayor reducción de la secreción de adiponectina y a la adipogénesis; también se produce una mayor resistencia a la insulina. La disminución de la absorción de glucosa significa que hay menos glicerol dentro del adipocito para esterificar los ácidos grasos libres, lo que les permite infiltrase y acumularse en otros tejidos.

La adiponectina disminuye la proliferación de tipos de células como los adipocitos, las células endoteliales y las células cancerosas. El papel de la leptina aún no se conoce por completo, pero se acepta que la hiperinsulinemia y la hiperleptinemia dan lugar a la resistencia a la leptina central, y al consiguiente impedimento de la supresión del apetito, con la promoción de más obesidad. También está relacionada con el aumento de las citocinas inflamatorias, los cambios en el óxido nítrico y otras lesiones endoteliales.

Asimismo se cree que la hiperinsulinemia eleva los niveles del inhibidor del activador del plasminógeno tipo 1, con el consiguiente aumento de la fibrinólisis y el mayor riesgo de trombosis. Combinada con la hipercoagulabilidad de la hiperglucemia podría explicarse por qué más del 80% de las personas con diabetes tipo 2 muere por episodios trombóticos.

Diagnóstico

Se recomienda que si se solicita la insulinemia en ayunas se utilice la media de 3 muestras tomadas con intervalos de 5 minutos. El diagnóstico de hiperinsulinemia es muy difícil, en parte debido a los efectos combinados de la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia sobre la salud. Al interpretar la literatura disponible surgen otros desafíos.

Como se mencionó anteriormente, los niveles de insulina en ayunas se han evaluado como medio de diagnóstico de la hiperinsulinemia con diferentes resultados. Pero lo problemático es evaluar el nivel de insulina. Cómo y cuándo se efectúa el muestreo también hará que los resultados varíen. Los niveles de insulina son más elevados en el suero que en el plasma lo que significa que los estudios que informaron a la insulina en el suero no pueden ser comparados directamente con los estudios que utilizaron la insulinemia plasmática.

La secreción de insulina es pulsátil y genera niveles importantes de insulina plasmática en un corto lapso. Se recomienda que si se solicita la insulinemia en ayunas se utilice la media de 3 muestras tomadas con intervalos de 5 minutos. Sin embargo, ésto rara vez se hace en la práctica. Las muestras individuales de insulina en ayunas pueden tener un coeficiente de variación del 25 al 50%. Esta variación disminuye la sensibilidad de las pruebas y quizás por esono se recomienda medir la insulinemia en ayunas en la práctica clínica.

Se desconoce si las pruebas de resistencia a la insulina pueden ser utilizadas para diagnosticar la hiperinsulinemia. El estándar de oro para medir la resistencia a la insulina es la prueba de la pinza hiperinsulinémica euglucémica.

El cuartil más bajo de la tasa de captación de glucosa define la resistencia a la insulina para la población en estudio. Las cifras de este cuartil inferior han oscilado entre <4,7 mg/kg/minuto para ≤ 6,3M mU-1 L-1, sin embargo las diferencias en los tipos de insulina para infusión, los cálculos de la tasa de eliminación de la glucosa y los antecedentes de las poblaciones bajo investigación son limitaciones que impiden generalizar estos resultados.

Por otra parte, dada la complejidad del procedimiento, la prueba de la pinza hiperinsulinémica euglucémica tiene poca o ninguna aplicación clínica. Una complicación adicional del uso de la prueba de la pinza para evaluar la hiperinsulinemia es que la infusión de dosis elevadas de insulina confunde cualquier efecto de la secreción de insulina endógena. Como se teorizó antes, el daño asociado a la hiperinsulinemia se debería a la acción continua de la insulina en los tejidos. La cantidad de insulina normalmente presente en los tejidos no se puede medir durante el proceso de fijación. Se desconoce si las tasas de captación de glucosa se correlacionan con la secreción de insulina.

Se han desarrollado una serie de pruebas que se validan con la pinza hiperinsulinémica euglucémica, que tienen una aplicabilidad más clínica.

Las basadas en la insulina en ayunas incluyen un modelo de evaluación homeostásico (HOMA u HOMA2), el Índice McAuley y el índice cuantitativo de sensibilidad a la insulina (QUICKI). Aunque HOMA se ha perfeccionado hasta llegar al modelo HOMA2, ambos son modelos que combinan la insulinemia en ayunas con la glucemia en ayunas. La prueba HOMA original tiene una especificidad del 89% y una sensibilidad del 67% comparada con el test de la pinza hiperinsulinémica euglucémica. El índice McAuley se calcula a partir de la insulinemia en ayunas y los niveles de triglicéridos en ayunas, con 61% de sensibilidad y 85% de especificidad.

Otra prueba de resistencia a la insulina, el índice de sensibilidad a la glucosa oral (ISGO), se calcula sobre los resultados derivados del test de tolerancia a la glucosa oral (TTGO). El ISGO utiliza tanto los niveles de insulina en sangre como los de glucosa, al inicio del estudio, a los 120 min y a los 180 min. El  ISGO se valida mediante las evaluaciones de la pinza hiperinsulinémica euglucémica para la resistencia a la insulina, pero como se dijo antes, la generalización de esa prueba es limitada.

Tanto el ISGO como las pruebas basadas en los niveles de insulina en ayunas tienen más aplicación clínica para evaluar la resistencia a la insulina que la prueba de la pinza hiperinsulinémica euglucémica. Sin embargo, las pruebas de resistencia a la insulina no se ha traducido en mejoras en los cálculos del riesgo de enfermedades.

La definición de la OMS para la resistencia a la insulina resulta en que 1 de cada 4 personas podría recibir el diagnóstico de resistencia a la insulina; una cifra que puede no estar relacionada con los riesgos de salud actuales. El análisis de Women´s Health Initiative Biomarkers mostró que a pesar de que HOMA-IR se asoció positivamente con el riesgo cardiovascular, pasó a ser no significativa luego del ajuste por otros factores de riesgo como el colesterol HDL. Se sostiene que para evaluar la resistencia a la insulina se debe usar el HOMA-IR combinado con el HOMA-%B.

Nuevas investigaciones indican que los patrones de respuesta a la insulina después de unacarga oral de glucosa pueden determinar el estado de hiperinsulinemia. Kraft demostró la variabilidad de la respuesta de la insulina a una carga de 100 g de glucosa en 3-5 horas, especialmente con respecto al tiempo y la magnitud del pico de insulina y la tasa de disminución de la respuesta. Se han identificado claramente 5 patrones principales de respuesta a la insulina, correspondiendo el patrón I a la tolerancia a la insulina normal.

En su investigación, Kraft concluyó que el modo más preciso para evaluar la hiperinsulinemia es una prueba de TTGO de 3 horas, evaluando los niveles de insulina al comienzo y como mínimo, a los 30, 60, 120 y 180 minutos, pero también podría considerarse la insulinemia a los 240 y los 300 minutos. Este estudio fue transversal y no hay resultados a largo plazo.

Hayashi y col. han demostrado que el patrón insulinémico establecido a partir de las muestras tomadas cada 30 minutos durante la TTGO de 2 horas puede predecir el desarrollo de diabetes tipo 2. Tanto en el patrón de Kraft como en el de Hayashi, es común la asociación de un pico de insulina retardado más allá de los 60 minutos acompañando a un estado de salud más deteriorado. Se necesita más investigación para entender cómo aplicar estas pautas a la práctica clínica.

En conjunto, estos estudios muestran que hay escasez de investigación para el diagnóstico de hiperinsulinemia. La mayoría de los estudios se centra en las pruebas de resistencia a la insulina, pero se desconoce si la resistencia a la insulina se correlaciona con la secreción de insulina.

Observaciones finales

Esta revisión demuestra claramente que no solo la hiperinsulinemia está involucrada en la etiología de todos los síntomas del síndrome metabólico sino que también está implicada en muchas otras condiciones, algunas de las cuales han sido previamente consideradas como idiopáticas, como el tinnitus. Esto plantea muchas preguntas con implicancias clínicas y de investigación.

En primer lugar, ¿cuál es la prevalencia de la hiperinsulinemia? Dada su asociación con el síndrome metabólico y la esteatosis hepática se justifica su investigación. ¿Podría la detección precoz y el manejo cuidadoso de la hiperinsulinemia disminuir la necesidad de intervenciones médicas más tarde en la vida? ¿Podría el manejo de la hiperinsulinemia mejorar la cantidad y la calidad de vida?

Sin embargo, en la actualidad hay muchas preguntas con respecto al diagnóstico. Esperar un resultado fiable y repetible cuando se muestrea la insulina todavía sigue siendo una tarea difícil. No existe acuerdo sobre el rango de referencia y no solo respecto de las asociaciones entre los cuartiles y el riesgo de enfermedad en curso.

El patrón de respuesta a la insulina puede responder algunas de estas preguntas, pero establecer ese patrón requiere más recursos que el nivel de insulina en ayunas. Dadas las preocupaciones mundiales acerca de la “epidemia” de enfermedades metabólicas, este tema necesita una urgente investigación.

Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti

Fuente: IntraMed

Las personas hipotiroideas con mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2

0

Como explicaron los investigadores holandeses, las hormonas tiroides son esenciales para la regulación del metabolismo, que es la conversión de la comida en energía o grasa. Pero una glándula tiroides hipoactiva ralentiza el metabolismo, y eso puede conducir al aumento de peso, señalaron los científicos.

Estudios anteriores han sugerido que el hipotiroidismo se vincula con una sensibilidad más baja a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2.

En el nuevo estudio de ocho años de duración, un equipo dirigido por el Dr. Layal Chaker, del Centro Médico Erasmus, en Róterdam, siguió a casi 8,500 personas con una edad promedio de 65 años.

Todos los participantes recibieron un análisis de sangre para medir sus niveles de azúcar en sangre, además de su función tiroidea. Se les volvía a evaluar cada unos pocos años para revisar el inicio de la diabetes tipo 2. También se revisaron los expedientes médicos de los participantes.

Tras casi ocho años, 1,100 de los participantes desarrollaron prediabetes, unos niveles de azúcar en sangre ligeramente elevados, y 798 desarrollaron diabetes en toda regla.

El equipo de Chaker encontró que una función tiroidea baja aumentaba el riesgo de diabetes tipo 2 en un 13 por ciento. Las personas que tenían una tiroides hipoactiva y prediabetes estaban en un riesgo incluso más alto de avanzar a la diabetes tipo 2: el riesgo de diabetes tipo 2 fue un 40 por ciento más alto en ese grupo.

El estudio solo pudo apuntar a una asociación entre el hipotiroidismo y la diabetes, no pudo probar causalidad. Pero “estos hallazgos sugieren que debemos considerar evaluar una función tiroidea baja en las personas con prediabetes“, planteó Chaker en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina.

Los hallazgos se presentaron el domingo en la reunión anual de la sociedad, en Boston.

“Encontramos sorprendente que incluso las personas cuya función tiroidea estaba en el rango normal bajo tenían un mayor riesgo de diabetes”, dijo Chaker. “Los estudios futuros deben investigar si evaluar y tratar el hipotiroidismo subclínico [una función tiroidea levemente baja] es beneficioso en los sujetos en riesgo de desarrollar diabetes”

Una experta dijo que el hallazgo no fue inesperado. “Hay ciertas evidencias que muestran que una función tiroidea baja puede aumentar la resistencia a la insulina”, afirmó la Dra. Minisha Sood, directora de pacientes diabéticos internos del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. “La mayoría de endocrinólogos evalúan la enfermedad de la tiroides en los pacientes con prediabetes y diabetes, porque se sabe que la enfermedad de la tiroides es más prevalente en esas poblaciones”.

Los expertos anotan que los hallazgos presentados en reuniones médicas por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.

Fuente: IntraMed

Se estima que un millón de trabajadores de la salud sufren al menos una herida por aguja al año, en Europa

0

Una exposición accidental con sangre como consecuencia de una herida por punción es probablemente uno de los accidentes ocupacionales más habituales entre los profesionales de la salud. La medida individual más importante para prevenir una herida por punción es evitar poner nuevamente la aguja usada en su funda o capuchón original, en su lugar debe depositarse en contenedores especialmente diseñados para agujas, que sean rígidos y a prueba de perforaciones.

En algunas situaciones de la práctica diaria, como una extracción a domicilio o en una sala de internación, la correcta eliminación de las agujas no se puede realizar adecuadamente y el resultado puede ser una herida con una aguja. En estos casos se requieren tomar ciertas medidas: una profilaxis post exposición, la investigación epidemiológica, identificación y seguimiento del paciente a quien se le realizó la punción y un seguimiento al trabajador de la salud que sufrió la herida.

La Profesora Gabriella De Carli es miembro del Instituto Nacional para Enfermedades Infecciosas ‘Lazzaro Spallanzani’ (INMI), Departamento de Epidemiología e Investigación Pre-clínica de Roma, Italia. Trabaja en la legislación para las nuevas directivas de la Unión Europea para la Fase Pre Analítica. En esta entrevista aborda la importancia de la prevención de lesiones con agujas, que dispositivos existen para evitar lesiones y el impacto de las nuevas directivas europeas.

Radio El Microscopio: ¿Cuál es la situación actual de las Directivas de la Unión Europea con respecto a la prevención de lesiones por punción de aguja?

Gabriella De Carli: La Directiva se ha comenzado a desarrollar, especialmente, porque la Organización de Enfermeros ha presentado y ha tratado el problema. Lo ha llevado a nivel político y profesional en toda Europa. Todos los que se han infectado o lastimado con agujas en el trabajo apoyaron la idea de implementar una legislación obligatoria con el fin de definir la estrategia de trabajo en los hospitales y centros de salud para prevenir lesiones por punción de agujas, para tratar de minimizar los riesgos biológicos a los que los trabajadores de salud están expuestos.

Según la información que manejamos, la magnitud del problema es bastante importante. Podemos decir que estamos hablando de un millón de trabajadores de la salud que sufren, al menos una herida por aguja al año en Europa; por tanto, es algo que ocurre con frecuencia e implica, por supuesto, un costo para la estructura hospitalaria, porque, cada exposición demanda requisitos como investigación epidemiológica, identificación y seguimiento del paciente a quien se le realizó la punción y un seguimiento al trabajador de la salud que sufrió la herida para poder indicarle profilaxis, si llegase a ser necesario. Todo esto es una pérdida de tiempo que podría evitarse si el trabajador de la salud siguiera determinadas pautas de cuidado para no exponerse a situaciones potencialmente riesgosas. También se evitarían los trámites administrativos innecesarios en el hospital, en el laboratorio, servicio de salud, etc. Además, obviamente las lesiones con agujas causan estrés psicológico para el personal; ya que la persona lastimada debe recibir los cuidados adecuados, debe reportar su estado de salud. Sabemos que esto implica pérdida de tiempo y desgaste personal; por tanto, debemos evitar este estrés en los trabajadores de la salud.
Ya existían recomendaciones de apoyo a la intervención preventiva, educación y capacitación, pero no era obligatorio por el momento. La Comisión Europea trató de evaluar y decidir sobre la prevención. Se estudió si era mejor hacer una legislación de adhesión obligatoria en todos los estados miembro o si era mejor hacer Guías de Recomendación. Finalmente, se decidió hacer una Legislación obligatoria y unificadora porque la situación en Europa era muy diferente en cada uno de los países. Mejorará la situación de trabajo para todos los profesionales de la salud de Europa.

REM: ¿Qué son los dispositivos para la prevención de lesiones por punción de aguja?

GDC: Estos dispositivos consisten en una solución de ingeniería para un problema existente. Se desarrollaron en respuesta a las lastimaduras producidas inmediatamente después de usar una aguja. En muchas situaciones relacionadas con las actividades en salud, no es posible descartar rápidamente la aguja.

Los nuevos dispositivos fueron desarrollados para proteger la aguja luego del uso, ya sea mediante cápsulas, tapas, recipientes especiales para descartarla, según sea el caso. Estos dispositivos están siendo mejorados constantemente. Hoy en día se está hablando de la cuarta generación de dispositivos para prevención de lesiones por punción de aguja, los cuales al ser pasivos no requieren que el trabajador de la salud active el mecanismo de seguridad. Este es un proceso que lleva tiempo porque se deben activar y actualizar todos los mecanismos de prevención. Se busca que todos los procedimientos funcionen satisfactoriamente. Estos dispositivos reducen el riesgo de lesión en un 80%. Es muy importante que todos los profesionales de salud estén involucrados en la elección del mejor dispositivo para la situación de cada uno, que sean capacitados y entrenados sobre el correcto funcionamiento para usar y desechar las agujas.

REM: ¿Cuál fue el objetivo de la reunión donde se trataron las directivas europeas para estos casos?

GDC: Se planteó la reunión porque había temas que abordar para implementar todas las medidas de seguridad posibles de la legislación anterior sobre seguridad en el trabajo. La Directiva Europea anterior, de 1999, renovada en el año 2000, hizo hincapié en la seguridad del trabajador de la salud en la necesidad de adoptar las mejores soluciones de ingeniería para reducir riesgos. Sin embargo, no dejó nada explícito con respecto al uso de agujas con sistema de seguridad. Es por esto, que los trabajadores de la salud europeos manifestaron que era necesario dejar explícito el requisito. Como se ha hecho en los Estados Unidos en el año 2000 con el Acta de Prevención y Seguridad de Punción con Agujas, donde se establece claramente los dispositivos de seguridad que deben utilizarse.
Por esto motivo es que se ha hecho la legislación europea. Al mismo tiempo, todos los profesionales de la salud acordaron que se debían incluir la siguiente serie de acciones para prevenir la exposición: educación, entrenamiento, correcto desecho del material, vacunación, prevención, reporte de exposición, seguimiento y monitoreo de la situación, además de la implementación de dispositivos de seguridad. Además en la legislación, hay un requisito claro para tratar en un enfoque global de la seguridad, en lugar de solo hablar de dispositivos de seguridad. Al final esto tendrá un impacto positivo en la seguridad del paciente.

REM: ¿Cuál es el impacto actual y cuál será el impacto futuro de esta nueva Directiva en Europa?

GDC: La legislación actual tiene que ser dinámica y está activa desde 2013. Muchos países han comenzado a tratar los requisitos obligatorios y de control para la ley. Otros países están comenzando desde niveles muy básicos, porque, es evidente que para muchos, involucra un gasto económico y un gran proceso de organización. De todos modos, esta legislación es muy extensa para ser aplicada toda al mismo tiempo. Recientemente, la Federación de Profesionales de Salud Europeos formuló un cuestionario para unos siete mil profesionales de la salud de los 28 países de Europa. Esta encuesta mostró que recién se está comenzando a aplicar la legislación. Se ha brindado capacitación básica con respecto a posibles riesgos biológicos y prevención de heridas con agujas. Hay disponibilidad moderada de dispositivos de seguridad, la situación es subóptima; porque, aproximadamente menos del 40% de los profesionales tienen o manejan los dispositivos de seguridad necesarios. Se necesita brindar capacitación específica sobre profilaxis luego de la lesión, sobre cuáles son los mejores seguimientos y procesos que deben cumplirse luego de una lesión. Al menos, un 40%, de los 7000 trabajadores, manifestaron que han sufrido al menos una herida con una aguja en algún momento de la vida profesional. El problema, aún, necesita ser abordado adecuadamente.

En el futuro, esperamos tener un punto de referencia entre los países de Europa para lograr una forma de trabajo más uniforme y comparable. Esto tendrá un gran impacto y será difundido ampliamente. Podremos decir que habrá más disponibilidad de dispositivos y será posible establecer un mejor control para prevenir riesgos. El uso masivo permitirá el abaratamiento de los costos de los materiales, ya que en la actualidad son bastante altos. Los dispositivos tienen que ser accesibles también para los pequeños centros de salud, no solo para los grandes hospitales. En Italia por ejemplo, el 40% de los hospitales utilizan un registro de enfermedades infecciosas. Esto marca una diferencia en la vida del profesional de la salud, sea cual fuere el área de trabajo de cada uno. También debe estar claro para los administradores de salud, ya que son quienes deben hacer un esfuerzo en la compra de dispositivos para hacer y garantizar la prevención completa.

REM: ¿Hay algún otro enfoque más amplio?

GDC: Esperamos que la legislación beneficie a todos los países de Europa. En la legislación de Estados Unidos se trató la disponibilidad de recursos. La legislación en Europa apoya un programa donde la educación y la prevención son prioritarias. Según lo que se puede ver en otros países, la legislación está aún ausente. Por ejemplo, en Brasil la legislación está bastante avanzada, muy similar a la situación en Europa. Sin embargo, hay diferencias significativas entre países. Los derechos y obligaciones de los trabajadores de salud deben conocerse. Voy a recordar un ejemplo muy reciente: quienes fueron a África para tratar pacientes con Ébola salieron de una realidad en la cual las medidas de seguridad son habituales y, de pronto, se encontraron con que tienen que trabajar con agujas convencionales, recursos y materiales escasos; incluso en lugares donde las medidas de prevención son implementadas en una manera paupérrima. Tiene que haber estándares. La desigualdad de las condiciones de trabajo de los profesionales de la salud en África es la causante de la pérdida de muchas vidas, como en Sierra Leona, Guinea y Nigeria. Deseamos que en todo el mundo se realice un esfuerzo para mejorar y regular las condiciones de trabajo de los profesionales de salud.

Traducción: Trad. María Belén Landi

Revisión y resumen objetivo: Dr. Hernán Fares Taie

Acceda desde aquí a la entrevista completa a la Dra. Gabriella de Carli (25/03/2015)

La entrevista con la Prof. Gabriella De Carli (Italia), miembro del Instituto Nacional para Enfermedades Infecciosas ‘Lazzaro Spallanzani’ (INMI), fue emitida el Miércoles 25 de Marzo de 2015, en la Emisión 147 de la Radio El Microscopio.

El Microscopio es un programa de radio que se transmite a través de Internet, organizado por el Grupo de Trabajo de Traducciones y Nomenclatura Iberoamericana y el Comité de Medicina de Laboratorio Basada en la Evidencia de la IFCC. Se difunden temas de interés científicos, estratégicos y de actualidad, y así disponer de un espacio para informarnos y conocernos, debatir nuestros problemas y encontrar soluciones. El programa, de una hora de duración, se emite todos los miércoles a partir de las 13:00 hs., hora de Argentina (GMT – 03). Puede ser escuchado en cualquier momento.

Agenda

     

Radio El Microscopio

Últimas notas publicadas