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Un análisis de orina para diagnosticar la malaria

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Este nuevo método reducirá los costos de la prueba y se podrá utilizar en zonas remotas donde no existen laboratorios para analizar muestras de sangre.

El test está indicado para utilizar con personas que presenten los síntomas característicos de la malaria, como fiebre alta. La prueba, llamada Urina Malaria Test y desarrollada por Fyodor Biotechonologies Corporation y la Universidad John Hopkins de Baltimore (Maryland, Estados Unidos), incorpora una nueva tecnología de tira reactiva que permite realizar un diagnóstico rápido y ofrece ventajas significativas sobre la microscopía, ya que no es necesario acudir a un laboratorio para analizar la muestra.

El test detecta las proteínas de Plasmodium eliminadas en la orina por el paciente y puede ser realizado e interpretado por personas con poca o ninguna formación. Para llevarla a cabo, tan solo hay que depositar la tira reactiva en un recipiente limpio con un mínimo de cinco gotas de orina, dejar que esta absorba el líquido durante un par de minutos, y dejarla a temperatura ambiente durante otros 20 minutos. Si pasado este tiempo aparecen dos líneas en la tira, la prueba es positiva; si aparece una línea, la prueba es negativa.
400.000 muertes en 2015

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en un informe publicado el 25 de abril de 2016, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Malaria, de que casi la mitad de la población está en riesgo de padecer esta enfermedad. En 2015 se produjeron 214 millones de nuevos casos y más de 400.000 muertes a pesar de que el año pasado ningún país de la Región Europea de la OMS registró casos autóctonos de malaria, al igual que ocurrió en 2014 en otros países como Argentina, Costa Rica, Irak, Marruecos, Omán, Paraguay, Sri Lanka y Emiratos Árabes Unidos.

Además, el organismo estima que 21 países ya están en condiciones de erradicar la enfermedad, de los cuales seis son de África, el continente con la mayor carga de esta enfermedad. Del mismo modo, desde el año 2000 las tasas de mortalidad han disminuido a nivel mundial 60% y, en los países africanos 66% entre todos los grupos de edad y 71% entre los menores de cinco años.

Fuente: REC

Listado de emisiones anteriores

El Microscopio – Emisión 208

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Miércoles 25 de Mayo de 2016

  • Entrevista con el Dr. Xavier Filella (España), miembro de la Comisión de Laboratorio Basado en la Evidencia de la SEQC, nos hablará sobre Cáncer de próstata.
  • Entrevista con la Dra. Ana Delgado (Ecuador), Gestora de Relaciones Nacionales e Internacionales de la Facultad de Ciencias Químicas en la Universidad de Guayaquil, nos hablará sobre el proyecto para establecer intervalos de referencia de dicha Universidad.
  • Historia de Wallace H. Coulter.
  • Curso – Taller de Prácticas Avanzadas en Calidad Analítica.
  • Libros de James O. Westgard en la Biblioteca Académica Virtual, donados por la Fundación Wallace H. Coulter.
  • Fundación Wallace H. Coulter.
  • Sección Reporte Epidemiológico.
  • Noticias, eventos y novedades relacionadas a la Bioquímica Clínica.

–> Descargar programa completo <–

Entrevista con el Dr. Xavier Filella (España): Cáncer de próstata

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Xavier Filella es Licenciado y Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona. Especialista en Bioquímica Clínica, desempeñándose en el Servicio de Bioquímica y Genética Molecular del Hospital Clínico de Barcelona. Es Consultor Sénior de la Sección de Hormonas, Oncobiología y Citocinas. Miembro del grupo de Genética del IDIBAPS. Coordina la Sección de Biomarcadores Oncológicos de la ACCLC. Miembro del European Group on Tumor Markers

Es Miembro de la Comisión de Marcadores Biológicos de Cáncer de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), también es miembro de la Comisión de Laboratorio Basado en la Evidencia de la SEQC.

Entrevista con la Dra. Ana Delgado (Ecuador): Obtención de Intervalos de Referencia

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La Dra. Ana Delgado es Máster en Bioquímica Clínica, Docente Investigadora y Jefa de Área Bioquímica Clínica de Coordinación Académica, Gestora de Relaciones Nacionales e Internacionales de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Guayaquil, Ecuador.

Ha sido Vicepresidente de la Sociedad de Bioquímica Clínica del Núcleo Guayas, Ecuador, desde año 2010 al 2013. Fue Miembro de la Comisión Científica del Congreso COLABIOCLI 2015, evento realizado en Octubre de dicho año, en Quito, Ecuador.

Reporte Epidemiológico 208

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Miércoles 25 de Mayo de 2016

  • El aumento de las tasas de diagnóstico, atención y tratamiento de las personas con VIH podría traducirse en un gran descenso en el número de nuevas infecciones, llegando a evitar unos 168.000 nuevos casos para el año 2020, según un análisis realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
  • Diez años de vacunación contra el virus del papiloma humano han reducido las infecciones con el virus, que provoca cáncer, en 64% entre las chicas adolescentes, informan las autoridades sanitarias de Estados Unidos.
  • Una investigación internacional muestra como el fenómeno climático de El Niño puede ayudar a que algunas enfermedades bacterianas de transmisión hídrica, como el cólera, se propaguen miles de kilómetros, a través de los océanos, con consecuencias negativas para la salud pública.

Historia de Wallace H. Coulter

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En febrero de 1913, Wallace Henry Coulter nació en Little Rock, Arkansas, Estados Unidos. Era hijo de una maestra jardinera y un despachante de tren.

Coulter incursionó en el mundo de la medicina y tecnología y se ha convertido en uno de los descubridores más importantes, ya que ha cambiado la forma de trabajar en medicina de laboratorio.

El estudio sobre epidemias ‘beneficiosas’ que se hizo en 72 horas

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Este gráfico muestra, de arriba a abajo: la proporción de individuos infectados, el número de conversiones acumuladas, la frecuencia y los nodos de los tres tipos de propagación de epidemias definidos por el trabajo del grupo del Instituto Santa Fe.

Las epidemias dañinas incluyen la influenza y el dengue en humanos o la marchitez bacteriana en las plantas. Pero las epidemias, en su sentido más amplio, no siempre causan daños y algunas son beneficiosas. Los ejemplos incluyen los virus que protegen a sus huéspedes, pero también fenómenos sociales como nuevas técnicas de alimentación entre pájaros y la adopción de la nueva tecnología agrícola en humanos. No obstante, se conoce poco sobre cómo se propagan este tipo de avances que se podrían considerar epidemias beneficiosas.

Hoy, eso cambia gracias a un grupo de investigadores del Instituto Santa Fe en New México (Estados Unidos) que han estudiado en profundidad la naturaleza de epidemias beneficiosas por primera vez. Su trabajo podría tener importantes implicaciones para individuos y organizaciones que quieran explotar las epidemias beneficiosas y, por supuesto, a los que puedan querer impedirlas.

El grupo de Santa Fe empezó por definir la unidad de transmisión de las epidemias beneficiosas como el bene. Un bene puede ser un virus, un gen, una tecnología, un comportamiento, una idea, y así sucesivamente; cualquier cosa que confiera una ventaja y se pueda propagar dentro de una población.

“Al nivel más básico, los benes tienen dos elementos característicos:

  1. Se transmiten horizontalmente; y
  2. Ofrecen ciertos beneficios al huésped”, explica el grupo de Santa Fe.

Está claro que algunos beneficios pueden transmitirse de una generación a la siguiente, como los genes. Este tipo de transmisión vertical se lleva a cabo en escalas de tiempo medidas a lo largo de muchas generaciones. Sin embargo, el grupo de Santa Fe sólo está interesado en los beneficios que se transmiten de forma horizontal. Estos incluyen ideas, comportamientos, virus, etcétera. Todas estas cosas se propagan en escalas de tiempo que son más cortas que una generación.

En particular, el grupo investiga las dinámicas de las epidemias provocadas por benes con beneficios sociales.

Estos beneficios pueden tener varias consecuencias. Por ejemplo, un individuo emocionado con un nuevo bene podría empezar a compartirlo y un virus beneficioso podría aumentar el nivel de energía o alegría de un individuo. Esto aumentaría el número de contactos sociales y la energía dedicada a estos contactos. En ambos casos el bene aumenta el número de contactos que realiza el individuo dentro de la comunidad. Esto tiene importantes implicaciones para la manera en la que surgen las epidemias beneficiosas.

Tres maneras de expandirse

Para explorar estas implicaciones, el grupo creó un modelo computacional de las maneras en que se puede propagar un bene por una población hipotética de 1.000 personas que o se han infectado o son susceptibles de hacerlo. Este modelo estudia específicamente el impacto de la conectividad en la manera en que se propagan los benes.

Los resultados representan una lectura muy interesante. El grupo dice que el modelo revela que las epidemias beneficiosas se propagan de tres maneras distintas en función de la estructura social y las múltiples ventajas y desventajas para los individuos involucrados.

Denominan ‘evangélico’ al primer patrón de propagación, y se produce cuando los individuos intentan propagar el bene tan ampliamente como sea posible por la población. Esto es análogo a la propagación de las religiones, que a veces pueden propagarse de forma explosiva por todo el mundo. Un elemento clave de la expansión religiosa es la conversión de individuos susceptibles por otros “infectados”, el trabajo de los misioneros. Cuando sucede esto, los misioneros buscan activamente individuos para convertirlos. Esto representa un comportamiento contrario al emparejamiento selectivo, puesto que los individuos buscan a otros que no se parezcan a ellos mismos. Este comportamiento genera un importante impacto. Es bien conocido que la propagación estándar de las epidemias sigue un camino exponencial que da paso a un crecimiento explosivo. Pero en el evangélico, la propagación del crecimiento es aún más rápida. Y continúa hasta que la población al completo esté infectada. Eso se debe a que mientras se empequeñece el número de individuos susceptibles, el de individuos que intentan infectarlos aumenta. El resultado es un crecimiento superexponencial.

Pero no todos los benes se propagan de esta manera. El grupo de Santa Fe también ha identificado un patrón al que denominan la propagación de los ‘chicos cool’, en la que todos intentan conectarse a tantos individuos infectados como sea posible y con tan pocos individuos no infectados como sea posible. Esto representa un comportamiento asortativo en el que los individuos infectados buscan otros similares. Sin embargo, los individuos susceptibles también buscan a los infectados, que intentan rehuirles. El resultado es bastante distinto en este caso. “El resultado es una red compuesta por dos bloques: uno incluye a los susceptibles como ‘solteros’ desconectados, mientras el otro incluye a los individuos infectados e interconectados”, explica el grupo de Santa Fe. En otras palabras, este tipo de comportamiento da paso a grupos que acaban excluyendo a algunos individuos.

El último tipo de epidemia se propaga de forma aún menos eficaz. En este caso, los individuos infectados buscan otros que estén infectados. Sin embargo, los susceptibles se comportan de modo diferente, buscando o a individuos infectados u otros susceptibles. “Esto también produce un proceso de propagación de epidemias incompleto que no puede avanzar más”, afirman. El grupo denomina esto como el escenario de los ‘esnob’. “El resultado de estas estrategias de conversión es que la red se divide en dos comunidades completamente desconectadas, y esto impide que la epidemia llegue a la población al completo”, escriben.

Todo esto tiene unas profundas implicaciones para la manera en la que los benes se propagan por la sociedad. Algunos deberían propagarse de forma superexponencial, infectando a todos en un abrir y cerrar de ojos. Otros están destinados a propagarse sólo por pequeños círculos que se comportan de maneras que impiden que se produzcan más contagios.

La condición epidémica de los neologismos

Pero, mientras que los modelos proporcionan un sostén interesante para esta idea, una pregunta importante es si esto realmente sucede en el mundo real. Para averiguarlo, el grupo de Santa Fe estudió la propagación de nuevas palabras con el paso del tiempo. Los neologismos se pueden considerar como benes porque generan varias ventajas para los individuos que los emplean, como comunicar nuevos conceptos o los antiguos de forma nueva. Pero también los emplean para afirmar su identidad; en este sentido, las nuevas palabras representan manifestaciones del estilo personal.

“Por ejemplo, el uso de la frase ‘ordenador personal’ podría reflejar que una persona se mantiene al tanto de la tecnología, y también puede representar una señal intencionada por su parte para demostrar conocimientos del cambio tecnológico”, explica el equipo de Santa Fe.

Es posible estudiar la aparición de nuevas palabras gracias al corpus linguístico Ngram de Google, que registra el número de veces que las palabras han sido empleadas cada año en libros publicados entre 1500 y 2008. Así que resulta sencillo observar que la frase ‘ordenador personal’ (o PC, por sus siglas en inglés), por ejemplo, emergió hacia finales de la década de 1970, llegó a niveles máximos de uso a finales de la década de 1980 y que ha decaído su popularidad desde entonces.

El equipo estudió la trayectoria del uso de 48 palabras y frases como aspirina, cervecería artesanal, moderador, genómica, ligue de una noche, etc. Y encontraron ejemplos de los tres tipos de propagación. Por ejemplo, la palabra ‘moderador’ sigue la trayectoria evangélica al propagarse por la sociedad, mientras que ‘genómica’ ha seguido la trayectoria de los chicos cool y su uso está limitado a determinados círculos.

Eso demuestra cómo las palabras que son ampliamente útiles y populares se propagan de forma más amplia y rápida que las palabras de uso limitado. “Este patrón podría proporcionar pistas acerca del proceso por el que se producen las epidemias beneficiosas de nuevas palabras”, sugieren. Claramente las palabras que tienen potencial para ser más populares y sean intrínsecamente “pegadizas” salen mejor paradas.

El patrón también sugiere la respuesta a una pregunta importante: ¿por qué parecen abundar mucho más las epidemias dañinas, como las enfermedades, que las beneficiosas? La respuesta, según el equipo de Santa Fe, es que la propagación superexponencal implica que los benes se propagan mucho más rápido, por lo que sólo existe un instante fugaz durante el cual se puede observar su propagación. Y una vez que han arraigado, resulta difícil distinguirlos.

Por supuesto, un aspecto importante de esto es la naturaleza “pegadiza” de los nuevos benes cuando surgen. Es un tema de importancia primordial para los gobiernos, las empresas y los equipos de marketing. Si pueden identificar benes que se propaguen superexponencialmente, dispondrán de una potente herramienta. También puede que sean capaces de identificar benes de aparición probable dentro de los círculos exclusivos (la ‘nimbyzación’ puede ser un ejemplo de esto).1

Sin duda, esos grupos estarán muy interesados en este trabajo. Un interesante corolario de todo esto es la manera en la que se realizó esta investigación. Este trabajo es el resultado de un extraordinario proceso científico llamado ‘72 horas de ciencia’. Una docena de investigadores del Instituto de Santa Fe se encerró en una sala con pizzas y gaseosas y se propusieron generar un trabajo científico en 72 horas.

El único criterio para elegir el tema era que la mayoría de los miembros no debían haber escuchado hablar del problema antes. El grupo al completo comparte la autoría de forma equitativa. El resultado fue este estudio sobre las epidemias beneficiosas. ¿Cuán rápido se propagará?2

  1. NIMBY son unas siglas inglesas que significan Not In My Back Yard (no en mi patio trasero). Consiste en la reacción que se produce entre ciudadanos que se organizan para enfrentarse a los riesgos que supone la instalación en su entorno inmediato de ciertas actividades o instalaciones que son percibidas como peligrosas o debido a sus externalidades, pero sin oponerse a las actividades en sí mismas. La palabra NIMBY es usada con connotaciones peyorativas, aunque desde diferentes ángulos, por aquellos que acusan a quienes defienden el ‘no en mi patio trasero’ de insolidarios o hipócritas, según los ecologistas o los partidarios del desarrollo, respectivamente. Esta acepción negativa resulta más clara si se utiliza el término SPAN, versión castellanizada de las siglas inglesas y que significan ‘Sí, Pero Aquí No’. Es decir, el efecto NIMBY o SPAN, como se prefiera, sería la oposición de los ciudadanos sólo cuando un problema les afecta directamente, de ahí que se los acuse de insolidarios por sectores ambientalistas. El caso extremo de ‘nimbyzación’ se produce cuando los ciudadanos ‘afectados’ se oponen a instalaciones y actividades que ellos mismos consideran necesarias, no importándoles por tanto que se ubiquen lejos de su entorno. Así, por ejemplo, aunque los ciudadanos quieran tener buena cobertura de telefonía móvil y sepan que para ello se necesitan antenas, en general se oponen a la instalación de las mismas cerca de sus viviendas, lo que es visto como hipocresía por los gestores de tales proyectos. Como contraparte, los sectores ciudadanos denominados NIMBY o SPAN pueden sostener que no necesariamente se oponen a la actividad o instalación per se sino a lo que se oponen es a una inadecuada ubicación (ej. zonas residenciales, zonas escolares, etc.) El NIMBY ha logrado que políticos, organizaciones y empresas adopten medidas de responsabilidad social como compensación.
  2. Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC

IMC y la expresión de genes en 44 tipos de tejidos diferentes

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Un equipo internacional de científicos ha dado un paso importante para entender los vínculos entre la obesidad y las enfermedades físicamente distantes que provoca. Los investigadores presentan este domingo sus resultados en la Conferencia Anual de la Sociedad Europea de Genética Humana, que se celebra en Barcelona.

La obesidad está en aumento en todo el mundo y en algunos países desarrollados dos tercios de la población adulta tiene sobrepeso o es obesa, lo que lleva consigo mayor riesgo de enfermedades graves como enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular, cáncer y osteoartritis. Muchas de estas patologías no parecen afectar a las partes del cuerpo donde se acumula el exceso de grasa sino que afectan a sistemas del cuerpo alejados de las zonas con depósitos de grasa.

La doctora Taru Tukiainen, investigadora postdoctoral que trabaja en el Instituto de Medicina Molecular de Finlandia (FIMM, por sus siglas en inglés), en Helsinki, Finlandia, y colegas de Reino Unido y Estados Unidos, se propusieron estudiar la relación entre el índice de masa corporal (IMC), una -manera común que se utiliza para medir la obesidad, y la expresión de genes en 44 tipos de tejidos diferentes, incluyendo algunos que son raramente accesibles en muestras de gran tamaño, por ejemplo, el cerebro y los órganos internos.

“El muestreo de grandes cantidades de tejido es invasivo, pero hemos sido capaces de utilizar el conjunto de datos Gtex de tejidos de autopsias de donantes y, por lo tanto, una gama de muestras mucho más amplia de lo que normalmente es posible –explica Tukiainen–. Es la primera vez que se exploran estos cambios en la función del tejido humano en respuesta a las alteraciones en el IMC entre tantos sistemas del cuerpo al mismo tiempo”.

Los investigadores encontraron cambios simultáneos en respuesta a la obesidad en casi todos los tejidos estudiados. “Estos resultados muestran que la obesidad es en realidad una condición sistémica y particularmente un estado de inflamación sistémico. Sin embargo, curiosamente, los cambios en la función del tejido parecían ser compartidos sólo parcialmente entre diferentes tipos de tejidos”, subraya esta investigadora.

En este sentido, Tukiainen explica que, por ejemplo, el tejido adiposo y las glándulas suprarrenales, que son ambos órganos que secretan hormonas esenciales para el metabolismo, a menudo reaccionan a los cambios en el IMC de maneras completamente opuestas, como una disminución en la actividad metabólica del primero y un aumento en el segundo

Cambios digestivos por IMC y genes patológicos, vinculados

A pesar de que los cambios de estilo de vida son la forma más eficaz para combatir la obesidad, puede ser un trabajo duro y difícil de mantener. Por lo tanto, los procesos biológicos identificados por los científicos pueden ayudar al tratamiento de la obesidad mediante la identificación de potenciales dianas farmacológicas y los objetivos específicos de cada tejido particular. Los resultados también pueden ayudar a distinguir grupos de particulares que están en mayor riesgo de desarrollar complicaciones y llevar a la atención personalizada.

“Nuestra investigación pone de relieve la carga del sobrepeso y la obesidad en el sistema digestivo. Aunque esto no es sorprendente, dado el papel de los tejidos del sistema digestivo en el procesamiento de alimentos, encontramos enlaces alarmantes entre los cambios relacionados con el IMC en diferentes partes del tracto digestivo y los genes implicados en algunas enfermedades, por ejemplo la enfermedad de Crohn”, revela esta experta.

“Una asociación entre dos variables no implica necesariamente que existe una relación de causalidad y a partir de los resultados de la expresión genética por sí sola, no podemos decir que está impulsando cuál. ¿Son primero los cambios en el IMC o cambios en la expresión génica? Sin embargo, podemos dirigirnos a las causas posibles mediante el uso de variantes genéticas conocidas por estar asociadas con el IMC en combinación con nuestros datos sobre la expresión genética”, propone Tukiainen.

Los estudios de asociación del genoma a gran escala ya han identificado cerca de cien variantes genéticas que influyen en el IMC. Además, análisis de este equipo que interpretaron esta información han demostrado que muchos de estos cambios de expresión génica, en particular en el tejido adiposo, parecen estar causados por el aumento de IMC.

Fuente: jano.es

La creciente amenaza de la enfermedad de Lyme

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La típica escarapela roja que aparece alrededor de la picadura de la garrapata.

Es una enfermedad infecciosa que afecta todos los órganos del ser humano. Es causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, que es transmitida sobre todo por la garrapata Ixodes ricinus, una de las más de 800 especies de este arácnido.

Se estima que más de 300.000 personas son diagnosticadas cada año en Estados Unidos y 65.000 en Europa, pero la enfermedad se está extendiendo rápidamente por todo el mundo, según dijo Kenneth B. Liegner, experto y autor del libro In the Crucible of Chronic Lyme Disease.

Además, probablemente el número de personas afectadas es subestimado debido al bajo índice de informes y limitaciones de las pruebas de diagnóstico actuales. El nombre se debe a que la enfermedad fue reconocida oficialmente por primera vez en los pacientes de la localidad de Lyme, en Connecticut, en la década de 1970, aunque hubo casos antes que se conocían por otro nombre.

Imitadora

La enfermedad es causada por la bacteria B. burgdorferi, que puede reproducirse dentro de la garrapata y pasar de su intestino a sus glándulas salivales. De esta manera, cuando la garrapata pica a una persona, la bacteria penetra la piel y se difunde a través de la sangre hacía otros tejidos.

Uno de los problemas de esta enfermedad es que imita los síntomas de otros males. “Los síntomas de la enfermedad son comunes a muchas otras. Por algo B. burgdorferi es conocida como la gran imitadora de otras enfermedades”, dijo Pedro Anda, del Centro Nacional de Microbiología.

El cuadro de síntomas incluye dolores musculares y articulares, fatiga, fiebre, afectación visual, mareos, náuseas, problemas motrices, migrañas y un largo etcétera de males que dificultan seriamente el día a día de los afectados.

De hecho, según Anda, lo único “típico y exclusivo” que puede dar pistas de que se trata de la enfermedad de Lyme es la escarapela roja que aparece alrededor de la picadura de la garrapata. El problema es que no todos los afectados desarrollan esta erupción con forma de escarapela.

Difícil diagnóstico

La clave para que la bacteria no se vuelva crónica es un diagnóstico temprano y un tratamiento con antibióticos. “Pero en la mayoría de los casos la picadura pasa desapercibida y, ante la aparición de las complicaciones, muchos pacientes no trasladan esta información al médico porque no la relacionan con lo que les sucede”, explicó Liegner.

Muchos afectados por la enfermedad de Lyme deben enfrentarse a diagnósticos erróneos como fatiga crónica (es el caso de la cantante Avril Lavinge que tuvo que dejar los escenarios durante un año por los síntomas de la enfermedad), esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson o incluso enfermedad mental.

“Hay personas que tienen esta enfermedad y pasan días, semanas, meses, años e incluso décadas antes de que se les diagnostique y sufriendo un amplio rango de síntomas que son tratados con tratamientos sintomáticos que no atajan el problema o simplemente el diagnóstico que reciben es erróneo”, dijo Liegner. La cantante internacional de origen mexicano Thalía también padeció esta enfermedad y estuvo al borde de la muerte por la misma en 2008. Se recuperó en 2012, pero este año anunció una recaída.

“Es una enfermedad compleja que no es siempre predecible y puede tener graves consecuencias para la salud”, dijo Liegner. “El hombre está empezando ahora a entender un poco más sobre esta enfermedad”. Pero según el experto todavía queda mucho camino por recorrer.

Fuente: REC

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