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El Microscopio – Emisión 179

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Miércoles 04 de Noviembre de 2015

  • Entrevista con el Prof. Alessio Fasano (Estados Unidos), Director de Gastroenterología Pediátrica y Nutrición en el Hospital General de Pediatría de Massachusetts, sobre los avances en celiaquía en el 2015 y las conclusiones de la Conferencia en Salerno, Italia.
  • Entrevista con la Lic. María José Alcaide Martín (España), miembro del Grupo de Trabajo de Biología Hematológica de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular, manejo de las trombopenias desde el laboratorio de urgencias.
  • Entrevista con la Lic. Cecilia Brisson (Argentina), responsable Institucional del Programa de Formación Continua para Bioquímicos, nos comenta sobre el mencionado Programa de la Universidad Nacional del Litoral, Entre Ríos, Argentina.
  • Sección Reporte Epidemiológico.
  • Noticias, eventos y novedades relacionadas a la Bioquímica Clínica.


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Listado de emisiones anteriores

Reporte Epidemiológico 179

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04 de Noviembre de 2015

  • 54° Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud: planes y estrategias para extender los beneficios de la vacunación, reducir muertes y enfermedad por hepatitis, acelerar el combate contra la tuberculosis y fortalecer las leyes relacionadas con la salud.
  • El uso de vacunas orales está resultando una herramienta efectiva para controlar los brotes de cólera, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS).
  • El Plan ‘Ending the Epidemic Blueprint’, tiene la meta de reducir el número de infecciones anuales de VIH a 750 para el año 2020.
  • Según un informe del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) que recopila los logros y fija las prioridades para la lucha contra el VIH/sida en los próximos lustros, “la epidemia se ha detenido y revertido”.

Entrevista con la Lic. Cecilia Brissón (Argentina): Programa de Formación Continua para Bioquímicos

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La Licenciada Cecilia Brissón es Bioquímica por la Universidad Nacional del Litoral y Magister Scientiae en Metodología de la Investigación Científica y Técnica por la Universidad Nacional de Entre Ríos de Argentina.

Profesora del Departamento de Bioquímica Clínica y Cuantitativa de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral en Argentina. Es también responsable Institucional del Programa de Formación Continua para Bioquímicos.

En esta nota la Lic. Cecilia Brisson nos comenta sobre los Cursos a Distancia del Programa de Formación Continua para Bioquímicos Universidad Nacional del Litoral, Entre Ríos, Argentina.

Más Información:

Entrevista con la Lic. María José Alcaide Martín (España): El estudio de las trombocitopenias

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María José Alcaide Martín es Licenciada en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid. Facultativo Especialista en Análisis Clínicos, miembro del Grupo de Investigación Urgencias, Coordinadora del Programa de Formación Continuada en Laboratorio Clínico y Emergencias del Instituto de Investigación y miembro de la Comisión de Catástrofes, en el Hospital Universitario La Paz en Madrid, España. Es también Tutora de Residentes de Análisis Clínicos y Miembro del Comité Organizador del Congreso del Laboratorio Clínico y del Grupo de Trabajo de Biología Hematológica de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular.

Entrevista con el Prof. Alessio Fasano (Estados Unidos): Actualidad en Celiaquía

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Prof. Alessio Fasano
Prof. Alessio Fasano

El Profesor Alessio Fasano es Director de Gastroenterología Pediátrica y Nutrición en el Hospital General de Pediatría de Massachusetts, Boston en Estados Unidos. Es Director Asociado del Departamento de Pediatría y Director del Centro de Investigación Celíaca.

Curso “Writing in the Academic World. An introduction to papers”

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Tras el éxito de la primera edición, la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Litoral abre la inscripción para participar de un nuevo dictado del curso “Writing in the Academic World. An introduction to papers”, el 20 y 21 de noviembre y el 3 y 4 de diciembre.

Esta actividad se realiza en el marco del Plan de Mejoras para la función I+D+i de la Universidad Nacional del Litoral y está destinada a docentes, investigadores y estudiantes de posgrado que tengan escasa o nula experiencia en la publicación de trabajos científicos en idioma inglés.

El curso está a cargo de la Lic. Constanza Arriaga, de la Universidad Nacional del Sur y cuenta además con los profesores Luciana Cignetti, Soledad Guzmán, Federico Farias de la UNL como ayudantes.

Requisitos y fechas de cursada

El dictado se realiza bajo la modalidad de blended-learning (presencial y apoyo online), y tiene como objetivo proporcionar al estudiante conocimientos básicos sobre la estructura de un escrito académico en inglés orientado a la publicación en revistas científicas.

Al igual que la edición pasada, la cursada será en dos etapas, la primera el 20 y 21 de noviembre en el Aula Babini de la Facultad de ingeniería Química (FIQ), y la segunda el 3 y 4 de diciembre en el Aula 10 de la FIQ. Los horarios son de 8 a 12 hs los días viernes y de 9 a 13 hs los sábados.

Para poder inscribirse, los interesados deben cumplir con los siguientes requisitos:

  • Poseer nivel intermedio de inglés (B1/B1+ del Marco Común Europeo de Referencia).
  • Tener nula o escasa experiencia en publicar trabajos científicos en revistas internacionales en idioma inglés.
  • Ser docentes-investigadores, alumnos de posgrado y participar del Programa CAI+D de la UNL.

Los interesados deberán enviar formulario completo de inscripción al mail de contacto plandemejorascyt@unl.edu.ar hasta el día 9 de noviembre. Hay sólo 14 vacantes disponibles que serán otorgadas según el orden de inscripción.

Más Información: UNL

Las nuevas ‘súper bacterias’ resistentes a los antibióticos

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Unas bacterias resistentes a los antibióticos relativamente nuevas, las Enterobacterias Resistentes a los Carbapenemes, están avanzando en algunas ciudades estadounidenses importantes, según informan las autoridades sanitarias de EEUU.

Los servicios de vigilancia de siete áreas metropolitanas de EE. UU. hallaron unos niveles más altos de los anticipados de las ERC en Atlanta, Baltimore y la ciudad de Nueva York, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU.

Se encontraron niveles más bajos de lo esperado en Albuquerque, Denver y Portland (Oregón), y la tasa de Minneapolis fue la prevista por la agencia.

Pero los investigadores de los CDC se sintieron consternados al encontrar casos activos de infecciones con las ERC en todas las ciudades que examinaron, comentó el autor principal, el Dr. Alexander Kallen, funcionario médico de los CDC.

Los resultados respaldan la decisión de los CDC de fomentar la realización de esfuerzos coordinados para la prevención de la propagación de las ERC y otras bacterias resistentes a los antibióticos, dijo Kallen.

“Aquí tenemos la oportunidad de intervenir en uno de los organismos resistentes a múltiples medicamentos justo ahora que está a punto de extenderse y que todavía es relativamente poco frecuente”, dijo. “Es el momento en que se debe intervenir. Es mucho más sencillo controlar las cosas y evitar que el organismo se vuelva más habitual cuando su presencia es poco frecuente”.

Aproximadamente el 9 por ciento de las personas fallecieron a causa de su infección con las ERC, según los investigadores. Pero algunas estimaciones han propuesto que hasta el 50 por ciento de los casos de infección con las ERC contribuyen al fallecimiento si llevan a una infección del torrente sanguíneo, comentó Kallen.

Las ERC (Enterobacteriaceae resistentes a los carbapenemes) son una clase de bacteria común que han desarrollado una resistencia a algunos de los antibióticos que se usan más habitualmente, explicó Kallen. El primer informe sobre las ERC apareció en 2001.

Las enterobacterias más conocidas son la Escherichia coli, una causa común de Klebsiella pneumoniae, que puede provocar neumonía y potencialmente infecciones fatales del torrente sanguíneo, dijo Kallen.

Las bacterias ERC son capaces de producir una enzima que descomponen a los antibióticos, lo que fuerza a los médicos a recurrir a antibióticos más antiguos y más tóxicos para combatir las infecciones, dijo.

La mayoría de las infecciones con las ERC se producen en un hospital. De hecho, la hospitalización fue la exposición potencial más habitual de las ERC, halló el estudio. La edad media (el valor medio) de los pacientes fue de 66 años.

Pero a los expertos en la salud pública les preocupa que, dado que las enterobacterias son tan habituales en la vida cotidiana, si las ERC empiezan a transmitirse fuera de los ámbitos de la atención sanitaria podrían causar estragos.

“Estamos viendo a cada vez más pacientes en la comunidad con una infección renal por E. coli ante la cual no contamos con una terapia oral para su tratamiento”, dijo la Dra. Mary Hayden, profesora asociada de patología del Centro Médico de la Universidad de Rush en Chicago. “Si las ERC entran en la comunidad y empiezan a provocar infecciones comunes y corrientes en el tracto urinario en personas que por lo demás están sanas, tendrían un impacto significativo porque no tenemos agentes para tratar esas cosas”.

En el estudio, publicado el 5 octubre en la revista Journal of the American Medical Association, los CDC realizaron una vigilancia activa de las ERC en 2012 y 2013 en las personas que viven en las siete ciudades mencionadas anteriormente.

La tasa general de ERC en esas ciudades fue de 2.93 infecciones por cada 100,000 personas, hallaron los investigadores.

Es una cifra baja en comparación con el SARM, una bacteria resistente a los antibióticos, y la bacteria oportunista Clostridium difficile, que provoca una diarrea potencialmente letal en personas con un sistema digestivo al que se han administrado antibióticos fuertes.

Pero las ERC se han vuelto más habituales en un periodo corto de tiempo, dijo Hayden, que escribió un editorial acompañante en el revista.

“Creo que hemos aprendido a partir de esas situaciones que estos problemas se pueden propagar con mucha rapidez”, dijo. “Si observamos lo que ha ocurrido con otros organismos resistentes a los antibióticos parecidos, podemos ver lo que ocurrirá con este a menos que hagamos algo ahora”.

Para detener la propagación de las bacterias resistentes a los antibióticos, los CDC están promoviendo que se realicen esfuerzos regionales en los que los hospitales, los centros de atención médica a largo plazo y otros centros de atención médica se comuniquen regularmente sobre las infecciones, dijo Kallen.

Muchas bacterias resistentes a los antibióticos se propagan en una comunidad porque las portan los pacientes de un centro a otro. Una mejor coordinación puede prevenir esta propagación al identificar a los pacientes y aislarlos con un buen control de las infecciones, comentó.

Hayden elogió este estudio como un “paso inicial realmente bueno”, pero dijo que espera que se expanda hasta incluir a muchas otras áreas metropolitanas.

“Esto da una buena idea del panorama a nivel nacional, pero se puede mejorar”, dijo.

Fuente: IntraMed

Trombocitemia esencial y policitemia vera

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Las características morfológicas de la médula ósea son el pilar del diagnóstico en la trombocitemia esencial (TE) y la policitemia vera (PV). Las mutaciones descubiertas recientemente en JAK2, CALR y LMP son útiles para el diagnóstico. Estos pacientes tienen una mutación en JAK2 y su ausencia hace que el diagnóstico sea poco probable. La mayoría de los pacientes sin mutación en JAK2 expresan mutaciones en CALR o LMP.

Se considera que los pacientes <60 años sin antecedentes de trombosis son de bajo riesgo. El tratamiento en la PV de bajo riesgo es la flebotomía para lograr un hematocrito de 45% y la aspirina en dosis bajas. El tratamiento en la TE es la observación si no hay factores de riesgo para trombosis arterial o la aspirina en dosis bajas, una o dos veces por día, según los factores de riesgo. El tratamiento citorreductor se indica en pacientes de alto riesgo (>60 años o antecedentes de trombosis) en forma de hidroxiurea como primera línea e interferón alfa o busulfán como segunda línea.

Introducción

La trombocitemia esencial (TE) y la policitemia vera (PV) son neoplasias mieloproliferativas (NMP) caracterizadas por trombocitosis y eritrocitosis clonales, respectivamente. La mediana de edad al diagnóstico es de 71 años para ambas. La preponderancia es femenina para la TE y masculina para la PV.

Los pacientes con TE o PV también pueden tener leucocitosis, esplenomegalia y síntomas microvasculares, entre ellos cefaleas, trastornos visuales (ej, visión borrosa), mareos, palpitaciones, dolor torácico atípico, parestesias, eritromelalgia (eritema, calor y dolor en las extremidades distales), prurito (en general después de bañarse) y otros síntomas constitucionales, como cansancio.

La evolución clínica de ambas enfermedades se puede interrumpir por complicaciones trombohemorrágicas y transformación de la enfermedad en mielofibrosis (MF) o leucemia mieloide aguda (LMA). La expectativa de vida en pacientes con TE es inferior a la de controles emparejados para edad y sexo, con una mediana de supervivencia estimada en 20 años para la TE y 14 años para la PV; en pacientes más jóvenes, las medianas de supervivencia fueron 33 y 24 años. Las tasas de transformación leucémica o fibrótica a 20 años se estiman en el 10% – 20% para la PV y el 5% – 10% para la TE.

Los pacientes con PV o TE se caracterizan por la presencia de mutaciones somáticas específicas para NMP, como Janus cinasa 2 (JAK2), la calreticulina (CALR), y el oncogen del virus de la leucemia mieloproliferativa (LMP). Se cree que estas tres mutaciones son patogenéticamente esenciales y a menudo se producen de manera mutuamente exclusiva. La PV casi siempre se asocia con una mutación de JAK2. (98% JAK2 V617F).

En la TE, las frecuencias de mutaciones en JAK2V617F y CALR  son de aproximadamente el 60% y el 22%, respectivamente. Se están estudiando la incidencia y la importancia de otras mutaciones no específicas que podrían coexistir con las ya mencionadas específicas para NMP.

Asimismo, se hallaron mutaciones en JAK2 en otras neoplasias mieloides malignas, aunque con mucha menor frecuencia; siendo una excepción la enfermedad de superposición SMD/NMP, llamada anemia refractaria con sideroblastos en anillo asociados con importante trombocitosis (RARS-T), en la que la frecuencia de mutaciones es de hasta el 50%.En general, los pacientes con mutaciones en JAK2 con TE son de más edad que los que tienen mutaciones en CALR y tienen valores más altos de hemoglobina y leucocitos y valores menores de plaquetas, así como mayor riesgo de trombosis.

Diagnóstico

Además de la TE y la PV, la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye otra seis entidades dentro de las NPM y emplea las características morfológicas de la médula ósea (MO) (ahora reemplazadas por los estudios genéticos) para distinguir las NMP del SMD y las enfermedades de superposición SMD/NMP.

Un proceso similar de diagnóstico morfológico complementado por el análisis de la mutación se aplicó para formular los criterios diagnósticos basados sobre la OMS para la TE y la PV, que están siendo revisados según una propuesta reciente. Sin embargo, en la práctica clínica habitual es deseable un enfoque más práctico, que se verá a continuación.

Policitemia Vera La policitemia vera se sospecha cuando se comprueba el aumento de los valores del hematocrito o la hemoglobina. Este aumento puede ser real (asociado con aumento de la masa de eritrocitos) o aparente (no asociado con aumento de la masa de eritrocitos). Otros motivos para sospechar  PV son el prurito causado por el agua y la trombosis de una gran vena abdominal (por ejemplo, la vena hepática o la vena porta). Además de la PV, el diagnóstico diferencial del aumento de la hemoglobina/hematocrito incluye la eritrocitosis congénita y adquirida.

El primer paso en la evaluación de estos pacientes es la pesquisa de mutación de JAK2V617F; este primer paso diagnóstico identifica alrededor del 95% de los pacientes con PV. También se recomienda medir la eritropoyetina (Epo) porque los valores subnormales confirman el diagnóstico si está presente la mutación en JAK2V617F, pero también sugieren PV con JAK2V617F no mutado en ausencia de la mutación.

Este último caso justifica la pesquisa de otras mutaciones en JAK2 cuya presencia avala el diagnóstico de PV y en su ausencia es necesario el examen de MO para descartar una PV sin mutación de JAK2, que podría ser el caso en el 1% de los pacientes.

El examen de la médula ósea es especialmente útil para distinguir la TE con mutación en JAK2 de la PV “enmascarada”. En este caso el paciente tendrá características morfológicas medulares coincidentes con PV (es decir hiperplasia de las tres líneas celulares con desviación a la izquierda e hiperplasia megacariocítica y pleomórfica con características atípicas), pero no tiene el valor umbral de hemoglobina exigido por los criterios de 2008 de la OMS (>18,5 g/dl en hombres y >16,5 g/dl en mujeres).

Esa situación es uno de los fundamentos de la propuesta de una nueva revisión de los criterios diagnósticos de la OMS para PV, en la que se agregaron las características morfológicas de la MO como un criterio diagnóstico principal y se bajó el umbral de hemoglobina a 16,5 g/dl para os hombres y 16 g/dl para las mujeres.

La ausencia de mutación en JAK2 junto con un nivel plasmático normal o aumentado de Epo hacen que el diagnóstico de PV sea improbable y justifica investigar la eritrocitosis congénita o adquirida. Se recomienda la revisión de los registros anteriores de hemogramas completos para determinar si el aumento de los valores de hemoglobina/hematocrito es nuevo o crónico. Este último sugiere eritrocitosis congénita y el primero trastornos adquiridos que suelen producir hipoxia central o periférica.

El diagnóstico diferencial de eritrocitosis adquirida que no es PV incluye procesos causados por hipoxia y procesos independientes de la hipoxia. Entre los primeros se encuentran el hábitat a grandes alturas, la enfermedad pulmonar hipóxica, los shunts cardiopulmonares de derecha a izquierda, el tabaquismo intenso, la intoxicación por monóxido de carbono, la apnea del sueño y la estenosis de la arteria renal.

Las causas de eritrocitosis adquirida independiente de la hipoxia son algunos fármacos (por ejemplo estimulantes de la eritropoyesis, preparados con testosterona), tumores productores de Epo (carcinoma de células renales, carcinoma hepatocelular, hemangioblastoma cerebeloso, meningioma, feocromocitoma, leiomioma uterino, adenoma paratiroideo), quistes renales y trasplante renal.

Trombocitemia esencial

La trombocitosis es frecuente y en la mayoría de los casos representa un proceso reactivo.

Las causas de la trombocitosis reactiva (TR) son las infecciones, el daño tisular, las neoplasias malignas, la inflamación crónica, la hemólisis, ciertos fármacos, la anemia ferropénica y la esplenectomía.

La trombocitosis no reactiva adquirida a menudo indica un trastorno mielode maligno, entre ellos la TE. La trombocitosis congénita es muy rara.

Debido a que la TR es la causa más frecuente de trombocitosis hallada en la práctica médica, es importante usar el juicio clínico antes de comenzar con el análisis de mutaciones como primer paso de la evaluación. Los marcadores clonales empleados para una trombocitosis inexplicada y persistente son JAK2V617F (presente en alrededor del 60% de los pacientes con TE, mielofibrosis primaria [MFP] , o RARS-T y el 95% de los pacientes con PV), las mutaciones en CALR (presentes en el 20%-25% de pacientes con TE o MFP), mutaciones en LMP (en el 3%-7% de los pacientes con TE o MFP), BCR-ABL1 (en el 100% de los pacientes con leucemia mieloide crónica) y mutaciones en SF3B1 (en aproximadamente el 80% de los pacientes con RARS-T). Se recomienda comenzar con la pesquisa de JAK2V617F y BCR-ABL1. i los resultados son negativos, seguir con CALR y, si éste es negativo efectuar la pesquisa de LMP.

Se recomienda también el examen de la MO para evaluar la trombocitosis inexplicada, ya que la ausencia de mutaciones no descarta la posibilidad de TE (el 15% de los pacientes pueden ser de tipo salvaje para JAK2, CALR, o LMP- llamados casos triple negativos), y la presencia de JAK2, CALR o LMP no puede de por sí distinguir entre TE y MFP.

La médula ósea en pacientes con TE o NMP relacionada, a menudo muestra hipercelularidad y formación de agrupación de megacariocitos, ambos ausentes en la TR. Asimismo, la proliferación megacariocítica en la TE se asocia con características morfológicas grandes y maduras con formación de conglomerados sueltos, mientras que en la MFP se asocia con índice núcleocitoplasmático aberrante y núcleos hipercromáticos y plegados irregularmente, agrupamiento denso, proliferación granulocítica y disminución de la eritropoyesis. Además, la reticulina o la fibrosis del colágeno podrían no ser fácilmente aparentes en la MFP prefibrótica.

Pronóstico

Supervivencia

Un estudio reciente de la Mayo Clinic y de Italia con 1581 pacientes incluyó 826 pacientes de la Mayo Clinic, 292 con TE y 267 con PV. Al 58% de estos dos últimos grupos se les efectuó seguimiento hasta su muerte. La mediana de supervivencia fue significativamente mayor en la TE que en la PV (19,8 años y 13,5 años, respectivamente). La mediana de supervivencia para pacientes menores de 60 años fue de 32,7 años para la TE y 23,8 años para la PV. La expectativa de vida para los pacientes con TE fue inferior a la de la población de los EEUU emparejada para edad y sexo (P<=0,001). La ventaja de supervivencia de la TE sobre la PV no fue afectada por la edad, el sexo o las mutaciones (es decir, JAK2 vs CALR vs LMP mutados vs triple-negativo).

Transformación leucémica, fibrótica y policitémica

En la cohorte de la Mayo Clinic del estudio mencionado, se informó la transformación leucémica en 18 de los 267 pacientes con PV (6,7%) y en 12 de los 292 pacientes con TE (4,1%) y la transformación fibrótica en 34 pacientes con PV (12,7%) y en 29 pacientes con TE (9,9%).

En la cohorte italiana de 594 pacientes (310 con PV y 284 con TE), se informaron 91 transformaciones fibróticas, incluidos 65 en pacientes con PV (21,0%) y 26 en pacientes con TE (9,2%) (P<0,01). La conversión de TE a PV fue infrecuente tanto en la cohorte de la Mayo Clinic (3%) como en la italiana (2,1%).

Factores de riesgo para la supervivencia, la transformación leucémica, y la progresión fibrótica

Los factores de riesgo son similares para la TE y la PV: edad avanzada, leucocitosis y antecedentes de trombosis.

Además un cariotipo anormal se asoció con peor supervivencia en la PV, independientemente de los factores de riesgo antes mencionados. En un estudio de PV, la edad >70 años, el recuento de leucocitos <13X 109/l y la ausencia de trombosis se asociaron con supervivencia relativa a 10 años del 84% vs el 59% en presencia de 1 y del 26% en presencia de 2 o más de estos factores de riesgo.

En la TE, la edad < 60 años, los valores normales de hemoglobina y el recuento de leucocitos <15 X 109/l se asociaron con una mediana de supervivencia de más de 20 años vs 9 años en presencia de 2 o más de estos factores de riesgo. Los factores de riesgo para la transformación leucémica de la PV son la ancianidad, la leucocitosis y el cariotipo anormal. Los factores de riesgo para la transformación fibrótica son una carga de alelo JAK2V617F mayor del 50%.

En una población de estudio de pacientes con TE y MFP prefibrótico, la supervivencia fue significativamente menor en presencia de características morfológicas de MFP prefibrótico; edad avanzada; antecedentes de trombosis; leucocitosis y anemia. La supervivencia sin leucemia también fue afectada adversamente por las características morfológicas de la MFP prefibrótica y los antecedentes de trombosis, pero también por la trombocitosis extrema. Asimismo, las características morfológicas de la MFP prefibrótica, la ancianidad, la anemia y la ausencia de mutación de JAK2 se asociaron con aumento del riesgo de progresión fibrótica.

Factores de riesgo de trombosis

Estudios recientes señalaron la diferencia en la frecuencia y el perfil de factor de riesgo de la trombosis arterial vs la trombosis venosa en la PV y la TE. Es bien sabido que el principal factor de riesgo de trombosis arterial y venosa es el antecedente de estos episodios.

Otros factores de riesgo para la trombosis arterial en la PV son el antecedente de hipertensión y para la trombosis venosa, la edad avanzada. Otros factores de riesgo para la trombosis arterial en la TE son edad<60 años, presencia de factores de riesgo cardiovascular (CV), leucocitosis y JAK2V617F y para la trombosis venosa, el sexo masculino. Es importante observar que es la ausencia de mutación de JAK2V617F y no necesariamente la presencia de mutación CALR o de estado mutacional triple negativo lo que se asocia con menor riesgo de trombosis en relación con los casos de mutación de JAK2.

Discusión

Actualmente la pesquisa de mutaciones es parte integral del proceso diagnóstico de la PV y la TE. En ciertos casos, la detección de una mutación relativamente específica con un cuadro clínico evidente puede tornar innecesario el examen de la MO.

Asimismo, éste podría no ser esencial en pacientes ancianos para distinguir con exactitud la TE definida por la OMS de la mielofibrosis prefibrótica, ya que no afectaría demasiado el tratamiento específico. En todos los demás casos se recomienda el examen de MO para el diagnóstico exacto, el pronóstico y el tratamiento apropiados de la enfermedad.

El nuevo algoritmo (Figura) se basa sobre el hecho que el tratamiento actual para prevenir la trombosis es insatisfactorio así como sobre la nueva información acerca de la influencia significativa del estado mutacional y de los factores de riesgo CV sobre el riesgo de trombosis recurrente.

Los autores consideran que la flebotomía y el tratamiento con aspirina son las dos modalidades terapéuticas más importantes. Se basan en los resultados de estudios controlados y no controlados. Además, observaciones clínicas preliminares y estudios de laboratorio controlados revelaron el valor del tratamiento con aspirina dos veces al día en lugar de una vez y el posible valor de la aspirina para prevenir la trombosis venosa recidivante.

La flebotomía se indica en todos los pacientes con PV en quienes se desea que el hematocrito sea de 45%.

Con respecto al tratamiento farmacológico, quizás los pacientes “de muy bajo riesgo” con TE no necesiten ningún tratamiento, ni siquiera aspirina. En cambio, los pacientes “de bajo riesgo” con TE o PV necesitan aspirina (dosis de 81 mg), ya sea una o 2 veces al día, según la presencia respectiva de 1 o 2 o más de los factores mencionados recientemente para la trombosis arterial (JAK2V617F, factores de riesgo CV y edad >60 años).

En la enfermedad de alto riesgo, se emplea universalmente tratamiento citorreductor en pacientes con antecedentes de trombosis venosa o arterial. La hidroxiurea es el fármaco de primera línea y el interferón alfa o el busulfán los de segunda elección.

También se recomienda agregar aspirina una vez al día, con excepción de los pacientes que están recibiendo anticoagulantes sistémicos y no tienen factores de riesgo para trombosis arterial, excepto la edad avanzada. Además, la aspirina dos veces al día podría ser necesaria en pacientes de alto riesgo con antecedentes de trombosis arterial y un factor de riesgo más de trombosis arterial.

Otros aspectos del tratamiento de la PV y la TE son el síndrome de von Willebrand adquirido, que puede acompañar la trombocitosis extrema y así necesitar pesquisa de laboratorio para la actividad del cofactor de ristocetina; se debe evitar la aspirina cuando la actividad es menor del 20%.

El tratamiento para el prurito asociado con la PV comprende antihistamínicos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de JAK, interferón alfa, y fototerapia ultravioleta B de banda angosta. El tratamiento durante el embarazo incluye aspirina para las pacientes de bajo riesgo e interferón alfa para las de alto riesgo.

Conclusión

A pesar de varios descubrimientos importantes sobre las mutaciones en la TE y la PV, su patogénesis molecular aún no se conoce por completo. Es esencial tener mejor información a fin de crear fármacos que puedan modificar la evolución natural de estas enfermedades. Son necesarios estudios prospectivos para aclarar la importancia del tratamiento con aspirina dos veces al día y si el tratamiento citorreductor es verdaderamente esencial para los pacientes ancianos que no tienen mutación JAK2 ni antecedentes de trombosis.

Continuar leyendo al artículo completo haciendo click aquí.

Abreviaturas

  • LMA Leucemia mieloide aguda
  • LMP Leucemia mieloproliferativa
  • MFP Mielofibrosis primaria
  • MO Médula ósea
  • NMP Neoplasias mieloproliferativas
  • PV Policitemia vera
  • SMD Síndrome mielodisplásico
  • TE Trombocitemia esencial
  • TR Trombocitosis reactiva

Fuente: IntraMed

Nivel bajo de TSH: causas y diagnósticos diferenciales

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Frente a un nivel bajo de TSH sérica los médicos no deben apresurarse a diagnosticar hipertiroidismo ya que también puede estar ocasionado por otras condiciones y algunos medicamentos.

Presentación de un caso

Una mujer de 34 años se presenta a la consulta externa de la clínica de endocrinología, 4 meses después del parto. Ella dice que desde hace 2 meses siente palpitaciones, intolerancia al calor y dificultad para dormir. Su médico de atención primaria le diagnosticó tiroiditis posparto, después que los análisis de laboratorio revelaron un marcadísimo descenso del nivel de tirotrofina (hormona estimulante del tiroides, TSH) de 0,005 µUI/ml (rango de referencia 0,4-5,5), y que su nivel de tiroxina libre (T4) era elevado, 2,4 ng/dl (rango de referencia 0,7-1,8).

Se le prescribió atenolol como tratamiento sintomático. A las 6 semanas, las pruebas de seguimiento mostraron que su nivel de TSH había aumentado, pero aún así seguía siendo bajo, 0,085 µUI/ml, y su nivel de T4 libre había descendido a 0,6 ng/dL.  La paciente fue derivada a un endocrinólogo para su posterior gestión. ¿Cómo se debe continuar la evaluación de esta paciente y cuál es su tratamiento?

Puntos clave

  • Un valor de TSH bajo siempre debe dar lugar a la medición de las hormonas tiroideas, es decir, tiroxina (T4) y triiodotironina (T3).
  • Los niveles séricos de hormonas tiroideas libres deben utilizarse para interpretar el hallazgo de un nivel de TSH anormal, especialmente en el contexto agudo y de hospitalización.
  • Un nivel de TSH bajo no siempre es el resultado de la supresión debida a las elevaciones de las hormonas tiroideas circulantes.
  • Un nivel de TSH bajo con niveles normales de hormonas tiroideas libres siempre debe ser reevaluado en 4 a 6 semanas, antes de hacer un diagnóstico.
  • El hipertiroidismo manifiesto se asocia generalmente con una TSH francamente suprimida (<0,1 µUI/ml).

La TSH baja tiene muchas causas

Un nivel bajo de TSH sérica, es decir <0,4 µUI/ml (µUI/ml = mU/ml = mUI/l = mU/l) puede resultar de diversas condiciones, las que deben estar incluidas dentro del diagnóstico diferencial, y no solo del hipertiroidismo manifiesto o el hipertiroidismo subclínico. Para hacer el diagnóstico etiológico correcto, la paciencia es una virtud.

Seguimiento del hallazgo de TSH baja mediante la medición de la T4 libre y la T3 libre

El hallazgo de un nivel de TSH bajo siempre debe ser objeto de un seguimiento mediante la medición de las hormonas tiroideas, es decir, T4 y triiodotironina (T3).

Para interpretar un valor de TSH anormal se deben utilizar los niveles de T4 libre y T3 libre y nolos niveles totales. Esto se aplica especialmente en los pacientes agudos e internados, entre quienes hay muchos que están desnutridos y en consecuencia tienen niveles bajos séricos de tiroglobulina unida a la albúmina.

En esta situación, los niveles totales de T4 y T3 pueden estar bajos y no representar precisamente el estado tiroideo verdadero. Del mismo modo, en las mujeres embarazadas o que están tomando anticonceptivos con estrógenos, los niveles de T4 y T3 total pueden estar elevados, secundariamente al aumento de la síntesis de tiroglobulina, pero la T4 libre y la T3 libre son normales (en ausencia de un proceso patológico).

Sin embargo, dependiendo del método analítico, las mediciones de las hormonas libres pueden verse afectadas por los cambios en las proteínas que se producen durante las enfermedades graves o el embarazo. Por otra parte, algunos medicamentos pueden afectar los niveles de hormonas libres, por el desplazamiento que sufren las hormonas en su unión a las proteínas.

La mayoría de los laboratorios comerciales calcula los niveles de las hormonas tiroideas libres mediante métodos indirectos. A falta de una medición directa de las hormonas tiroideas mediante diálisis de equilibrio y ultrafiltración (patrón oro), ninguna prueba o ensayo posee un 100% de confiabilidad. Incluso la determinación de los niveles de las hormonas libres puede ser defectuosa si el ensayo es poco fiable. Algunos médicos todavía prefieren el índice tiroideo libre y la captación por resina de T3 o T4 para evaluar la T4 libre, y la T3 total para evaluar el estado de T3.

También se debe tener en cuenta el grado de supresión de la TSH. Un nivel de TSH francamente suprimido (<0,1 µUI/ml) favorecería la tirotoxicosis manifiesta en un contexto clínico correcto (es decir, si los niveles de T4 libre, T3 libre o ambos son normales o elevados).

Abordaje para el hallazgo de unja TSH baja

cuadroTSHbaja

 

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Para el diagnóstico y el tratamiento es importante considerar la historia del paciente, observar los signos o síntomas de la enfermedad tiroidea (hipertiroidismo o hipotiroidismo) y preguntar acerca de la exposición a medicamentos. Por otra parte, para confirmar al diagnóstico es  muy útil repetir las pruebas de la función tiroidea (y comparar sus resultados con los anteriores) para observar la evolución con el tratamiento al arribar a un diagnóstico.

TSH, T4 libre y T3 libre bajas

La historia de la enfermedad actual (especialmente si se prolonga y es crítica), la revisión de las pruebas de la función tiroidea anteriores y, a veces, la evaluación completa del resto del eje hipotálamo-hipófisis son esenciales para la interpretación correcta de esta combinación de pruebas de la función tiroidea. Se requiere criterio clínico y se justifica la derivación a un endocrinólogo. Los diagnósticos posibles son:

Hipotiroidismo central. Un nivel bajo de TSH no siempre se debe a la supresión causada por los niveles elevados de la hormona tiroidea u otras condiciones. Si el nivel de la hormona tiroidea es bajo, un valor bajo de TSH puede ser el resultado de un proceso central (hipotalámico o hipofisario, o ambos).

Síndrome de enfermedad eutiroidea grave (también denominada “enfermedad no tiroidea” o “síndrome de T3 baja”). En esta condición, el nivel de T3 libre suele ser bajo, y en los casos graves, el nivel de T4 libre también puede estar bajo.

Estado de desequilibrio: se ve en la fase hipotiroidea de la resolución de la tiroiditis.

TSH y T4 libre bajas, T3 libre elevada

Toxicosis, T3 de origen exógeno. La combinación de niveles de TSH, y T4 libre bajos con niveles de T3 libre elevados coincide con la ingestión de dosis supraterapéuticas de T3 exógena, es decir, liotironina. Rara vez se utiliza la terapia con T3 sola para tratar el hipotiroidismo. Una excepción es en los pacientes que suspenden la hormona tiroidea antes del tratamiento con iodo radiactivo, después de haber sido sometidos a la tiroidectomía total por cáncer diferenciado de tiroides.

Cuando se hace tratamiento con T3, a menudo se administra en combinación con T4, ya sea como levotiroxina o como parte de una preparación de tiroides natural T4-T3 derivada del tejido tiroideo porcino. Las preparaciones de tiroides natural pueden contener grandes cantidades de T3, y cuando se administra en dosis supraterapéuticas dar lugar a un perfil similar (TSH baja, T4 libre baja y T3 libre elevada). Sin embargo, el nivel de T4 libre está generalmente en el rango normal porque las preparaciones también contienen T4.

Toxicosis, T3 de origen endógeno

A veces, la glándula tiroides produce grandes y desproporcionadas cantidades de T3, usualmente en un nódulo autónomo. Aunque en esta situación el nivel de T4 libre puede ser bajo, por lo general está en el rango normal. Para ayudar a determinar el origen del exceso de T3 se puede analizar la tiroglobulina sérica exógena (en cuyo caso el nivel de tiroglobulina es bajo) o endógeno (donde el nivel de tiroglobulina es elevado). Si es endógeno, el paciente debe ser derivado a un endocrinólogo para su posterior evaluación.

TSH baja, T4 libre normal y T3 libre normal

Hipertiroidismo subclínico. El hipertiroidismo subclínico se define por un nivel de TSH bajo, T4 libre normal y niveles normales de T3 libre. Los síntomas del hipertiroidismo (fatiga, insomnio, pérdida de peso, palpitaciones, temblor, o intolerancia al calor) generalmente influyen en la decisión de tratar, pero no en el diagnóstico de hipertiroidismo subclínico. Para hacer el diagnóstico correcto es importante confirmar que los resultados de las pruebas en los meses siguientes persisten con el patrón mencionado.

Tirotoxicosis exógena. Esta afección es por lejos la forma más común de hipertiroidismo subclínico y resulta de la ingestión de levotiroxina (T4) o liotironina (T3), o ambas, ya sea por un exceso terapéutico involuntario en pacientes con hipotiroidismo o en dosis intencionalmente elevadas para suprimir la TSH en pacientes con el antecedente de cáncer diferenciado de tiroides.

Tirotoxicosis endógena. El hipertiroidismo subclínico de origen endógeno es el resultado de un proceso fisiopatológico subyacente, que también es responsable del estado de hipertiroidismo manifiesto (por ej., enfermedad de Graves, enfermedad tiroidea nodular tóxica).

La evolución del hipertiroidismo subclínico endógeno depende de la causa subyacente y del grado de supresión de la TSH. Se calcula que anualmente el 5% de los casos de hipertiroidismo subclínico secundario a un bocio multinodular progresa al hipertiroidismo manifiesto, pero un estudio informó que en los pacientes con enfermedad nodular tiroidea y niveles de TSH ≤0,1 µUI/ml, la progresión al hipertiroidismo manifiesto fue aproximadamente el 10% de pacientes por año.

El riesgo de progresión de la enfermedad de Graves subclínica al hipertiroidismo manifiesto ha sido difícil de estimar, dada la naturaleza recurrente y remitente de la enfermedad. Rosario reportó que en 15 (40%) pacientes que tenían niveles de TSH <0,1µUI/ml, la enfermedad de Graves subclínica progresó al hipertiroidismo manifiesto en 2 años, pero no así en los pacientes con niveles de TSH de 0,1 a 0,4 µUI/ml. Estos pacientes fueron <65 años.

En un grupo de pacientes de ≥60 años con hipertiroidismo subclínico endógeno y un nivel de TSH entre 0,1 y 0,4 µUI/ml, Rosario halló que la progresión al hipertiroidismo manifiesto fue poco frecuente (aproximadamente el 1% de pacientes por año). Por lo tanto, para controlar la progresión de la enfermedad, es importante volver a evaluar periódicamente la función tiroidea. Las pruebas de la función tiroidea en los pacientes con hipertiroidismo subclínico son importantes, especialmente en aquellos con valores de TSH francamente suprimidos (<0,1 µUI/ml).

Los resultados adversos asociados al hipertiroidismo subclínico son las arritmias cardiacas, principalmente la fibrilación auricular, y la pérdida acelerado de la densidad mineral ósea. Cooper señala que el tratamiento definitivo (ablación con iodo radiactivo, medicamentos antitiroideos o cirugía) “parece razonable” para los pacientes >60 años con un nivel de TSH <0,1 µUI/ml y para ciertos pacientes de alto riesgo con niveles de TSH de 0,1 a 0,4, por ejemplo, aquellos con antecedentes de enfermedad cardíaca, osteoporosis o síntomas de hipertiroidismo.

Variantes normales

El rango normal de TSH se define como el valor medio en la población general +/- 2 desviaciones estándar. Esta gama incluye al 95% de la población, por lo que el 2,5% de las personas tiene un nivel superior a este rango, y otro 2,5% tienen un nivel inferior. Pero algunas personas con niveles más bajos de TSH, especialmente en el intervalo de 0,1 a ,4 µUI/ml (3 desviaciones estándar por debajo de la media), en realidad son eutiroideos.

Estas personas históricamente han sido catalogadas como portadoras de hipertiroidismo subclínico, ya que no hay modo de diferenciar a estas personas eutiroideos “normales” de las personas con hipertiroidismo subclínico asintomático. Necesitan estar bajo un seguimiento ya que pueden tener un hipertiroidismo subclínico verdadera, y la posibilidad de presentar síntomas en el futuro, que deberán ser tratados.

Síndrome del enfermo eutiroideo

El síndrome del enfermo eutiroideo es común durante las enfermedades críticas. Sin embargo, la enfermedad tiroidea es común en la población general y, a menudo, el médico no cuenta con los resultados de las pruebas funcionales previas a la aparición de una enfermedad crítica, que los ayuden a diferenciar la enfermedad tiroidea manifiesta del síndrome del enfermo eutiroideo.

Por otra parte, a menudo los pacientes no pueden proporcionar una historia (o relacionar sus síntomas) de enfermedad tiroidea manifiesta, lo que torna difícil interpretar las pruebas anormales de la función tiroidea durante su internación hospitalaria. Para interpretar correctamente los resultados anormales que aparecen es muy valioso conocer los valores anteriores.

Los valores de las pruebas de función tiroidea en el síndrome del enfermo eutiroideo pueden variar, dependiendo de la gravedad de la enfermedad. Una T3 libre baja con T4 libre normal y TSH normal-baja son las anormalidades más comunes que se observan en el síndrome del enfermo eutiroideo. El nivel de T3 libre es bajo debido a la disminución de la conversión periférica de T4 a T3 durante la enfermedad crítica. Sin embargo, el síndrome del enfermo eutiroideo se puede presentar con un espectro de pruebas de la función tiroidea anormal, que complica la interpretación y el diagnóstico.

Los niveles séricos de la TSH son normales en aproximadamente el 50% de los pacientes con enfermedad no tiroidea, bajos en el 30% y elevados en el 12%. No obstante, la franca supresión de la TSH sérica (<0,1 µUI/ml) solo se observó en casi el 7% de los pacientes, principalmente en aquellos cuyo cuadro clínico fue confundido por la acción de los medicamentos (dopamina o corticosteroides, o ambos) cuyos efectos son independientes de los efectos de la TSH baja.

Medicamentos que suprimen la TSH

Muchos fármacos usados en el hospital y las unidades de terapia intensiva pueden alterar las pruebas de la función tiroidea, independientemente de la enfermedad sistémica que complica el cuadro clínico.

  • Glucocorticoides. Se ha demostrado que en dosis elevadas, los corticosteroides  suprimen la TSH sérica en forma transitoria.
  • Octreotida. Este fármaco, como así otros análogos de la somatostatina, también suprimen transitoriamente la TSH. Sin embargo, estos medicamentos (y los glucocorticoides) no parecen provocar hipotiroidismo central.
  • Dopamina. Administrada en dosis farmacológicas durante un tiempo prolongado disminuyen el nivel de la TSH sérica, tanto en las personas enfermas como en las sanas.
  • Dobutamina. En dosis farmacológicas reducen los niveles de TSH, aunque se observó que en aquellos con un valor basal de TSH normal, el nivel de TSH sérica permaneció dentro de los límites normales.
  • Amiodarona. Aunque la mayoría de los pacientes que toman amiodarona permanecen eutiroideos, el fármaco puede causar hipotiroidismo o hipertiroidismo. Al principio, la amiodarona generalmente provoca una disminución del nivel de T3 mediante la inhibición de la 5′-deiodinasa, con el aumento recíproco transitorio de la TSH. Cuando la amiodarona induce la tirotoxicosis, la condición puede ser subclínica, manifestada por un nivel bajo de TSH en presencia de niveles normales de hormonas tiroideas o, tirotoxicosis, manifestada por una TSH baja y niveles elevados de hormonas tiroideas. A menudo, los pacientes que toman medicamentos que disminuyen la TSH suelen estar críticamente enfermos y pueden tener un componente del síndrome del enfermo eutiroideo, lo que resulta en un panorama mixto.

Gonadotrofina coriónica humana elevada

La subunidad α de la gonadotrofina coriónica humana (hCG) es homóloga a la subunidad α de la TSH. Por lo tanto, la concentración elevada de hCG estimula levemente la actividad de la glándula tiroides. La concentración de hCG sérica es más elevada en el primer trimestre del embarazo y la actividad estimulante de la glándula tiroides de la hCG puede suprimir el nivel de TSH sérica, pero en la mayoría de los casos, ese nivel se mantiene dentro del “rango normal” del embarazo.

Los niveles de hCG observados durante el primer trimestre del embarazo suelen asociarse a un nivel bajo de TSH y niveles de hormonas tiroideas libres normales. En las embarazadas que no están en tratamiento con T4 para el hipotiroidismo, una TSH persistentemente suprimida (<0,1 µUI/ml) después del primer trimestre o elevaciones de las hormonas tiroideas libres en cualquier momento del embarazo indican que la TSH está suprimida secundariamente por una función tiroidea autónoma, como sucede en la enfermedad de Graves y el bocio nodular tóxico, lo que requiere mayor investigación.

Durante el embarazo están prohibidos los estudios de imágenes con radioisótopos. Si la concentración de hCG es marcadamente elevada y prolongada, como sucede en la hiperémesis gravídica y la enfermedad trofoblástica gestacional (mola hidatiforme, una condición benigna y, el coriocarcinoma, una condición maligna), se puede desarrollar un hipertiroidismo manifiesto, con T4 y T3 libres elevadas.

TSH baja, T4 libre normal, T3 libre baja

Síndrome del enfermo eutiroideo y/o el efecto medicamentoso. Cuando el nivel de TSH es bajo, secundario al síndrome del enfermo eutiroideo o a un medicamento, o ambas cosas, el nivel de T3 libre generalmente también está bajo, y puede estar exclusivamente relacionado con un componente del síndrome del enfermo eutiroideo, o ser secundario a medicamentos, como los corticosteroides y la amiodarona, que  inhiben la conversión de T4 a T3.

TSH baja, T4 libre normal, T3 libre elevada

Bocio nodular tóxico vs. enfermedad de Graves temprana. Si la T3 libre está elevada y la TSH es baja (suprimida), incluso en ausencia de síntomas, estaría descartado el hipertiroidismo subclínico, ya que, por definición, para arribar a tal diagnóstico la T4 libre y los niveles de T3 libre deben ser normales.

Las posibilidades diagnósticas son el bocio nodular tóxico y la enfermedad de Graves temprana. La combinación de T3 elevada, TSH suprimida y T4 normal se asocia generalmente al bocio nodular tóxico, mientras que en la enfermedad de Graves la T3 y la T4 están típicamente tanto elevadas (aunque la T3 suele estar más elevada que la T4).

Se deben tomar imágenes con I123 (“scan y análisis de la captación del iodo “). La absorción difusa del I123 apoya el diagnóstico de enfermedad de Graves; la presencia de áreas irregulares y nodulares con aumento de la captación de I123 avala el diagnóstico de bocio nodular tóxico. También se deben investigar ambos anticuerpos del receptor de TSH (TRAB), estimulantes y bloqueantes, que son muy específicos de la enfermedad de Graves.

Preparaciones tiroideas naturales

Las preparaciones de tiroides natural, que pueden contener grandes cantidades de T3, también pueden dar lugar a la combinación de T4 libre normal y T3 libre elevada. Dado que estas preparaciones contienen T4 y T3, al ser administradas en dosis supraterapéuticas suelen dar como resultado una TSH baja, T4 libre normal y niveles de T3 libre elevados. Sin embargo, si estos preparados se toman en cantidades suficientemente grandes, tanto la T4 libre como la T3 libre pueden estar elevadas. Esto contrasta con la monoterapia supraterapéutica con T3 (liotironina), que por lo general da como resultado TSH baja, T4 libre baja y T3 libre elevada.

TSH baja, T4 libre elevada, T3 libre normal o elevada

Si el nivel de T4 libre es elevado, el nivel de T3 libre generalmente también está elevado. Se deben tomar imágenes con I123.

Si la captación de I123 es elevada

Enfermedad de Graves vs. bocio nodular tóxico. Si la absorción de I123 es elevada, y el nivel de TSH es bajo (suprimida) junto con la elevación de las hormonas tiroideas libres. Esta combinación aparece en el hipertiroidismo manifiesto secundario a la función autónoma de la glándula tiroides (TSH-independiente). Los pacientes con enfermedad de Graves suelen tener TRAB positivos y pueden tener la oftalmopatía relacionada mientras que los pacientes con bocio nodular tóxico son-TRAB negativos y no sufren la oftalmopatía de Graves.

Los pacientes con enfermedad de Graves o bocio nodular tóxico tienen mayor captación de I123; Sin embargo, el patrón de captación en la enfermedad de Graves es difuso mientras que en el bocio nodular tóxico es irregular o nodular. Si hay complicaciones, el patrón de captación en la enfermedad de Graves puede ser irregular, por ej., cuando el paciente ha sido tratado con fármacos antitiroideos como el propiltiouracilo o el metimazol. Es importante constatar si el paciente ha recibido una carga de iodo (por ej., un medio de contraste intravenoso iodado) ya que puede empeorar transitoriamente la tirotoxicosis al mismo tiempo que ocasiona una absorción baja del I123.

La razón de la captación baja es que la glándula se satura con el “iodo frío” (no radioactivo) del medio de contraste y no puede ocupar más iodo (radiomarcado) para la gammagrafía. Por esta razón, no se deben realizar imágenes con I123 si no han pasado 6 a 8 semanas de una carga exógena de iodo. En estas circunstancias se deben utilizar la historia y el examen físico así como las pruebas de laboratorio (TRAB).

Gonadotrofina coriónica humana elevada. Está contraindicado realizar imágenes con I123 a las embarazadas. Por lo tanto, todas las mujeres en edad fértil deben hacerse un test de embarazo antes de someterse a la realización  de imágenes con radioisótopo. Si se sospecha la tirotoxicosis de de la hCG (por ej., en los casos de mola hidatiforme o coriocarcinoma), antes de indicar la realización de imágenes con radioisótopo se debe hacer una ecografía uterina para descartar un embarazo viable.

Opciones terapéuticas. Para las causas habituales de hipertiroidismo (bocio nodular tóxico o enfermedad de Graves) se utiliza la ablación con iodo radiactivo (a menos que el paciente haya estado expuesto a una reciente carga de iodo frío), medicamentos antitiroideos (metimazol o propiltiouracilo) o resección quirúrgica (parcial o tiroidectomía total).

Los pacientes con hipertiroidismo manifiesto deben ser derivados a un endocrinólogo para una completa evaluación diagnóstica y el tratamiento disponible. Los bloqueantes ß pueden ser utilizados para mejorar los síntomas de tirotoxicosis como las palpitaciones, la ansiedad y el temblor.

Si la absorción de I123 es baja

Un nivel bajo de TSH (suprimida) junto con elevaciones de las hormonas tiroideas libres y una absorción baja de I123 es consistente con el hipertiroidismo manifiesto secundario a:

  • Tiroiditis
  • Hipertiroidismo ectópico debido al tratamiento conT4-T3, estroma ovárico (muy raro) o, grandes depósitos de metástasis de cáncer de tiroides funcionantes (muy raro).
  • Hipertiroidismo inducido por iodo (efecto Jod-Basedow)
  • Tirotoxicosis inducida por amiodarona

Tiroiditis. Es la destrucción o la inflamación del tejido tiroideo con la posterior liberación a la circulación de las hormonas de tiroides preformadas, dando como resultado la tirotoxicosis. La gravedad y la duración de la tirotoxicosis no dependen solo del tamaño de la glándula tiroidea dañada y del almacenamiento de las hormonas tiroideas preformadas sino también de la extensión y duración de la destrucción y los daños tiroideos. La tiroiditis subaguda suele durar varias semanas a algunos meses, y por lo general sigue un patrón de:

  • Hipertiroidismo transitorio debido a la liberación de las hormonas tiroideas almacenadas.
  • Un breve período de eutiroidismo.
  • Hipotiroidismo, dado que el depósito de hormonas tiroideas preformadas está agotado y la inflamación y la destrucción se atenúan para después producirse la recuperación (en general, a menos que la tiroides no sea capaz de recuperarse), durante la cual el nivel de TSH se eleva en respuesta a los niveles bajos de las hormonas tiroideas en la circulación; en la recuperación, la tiroides comienza a reanudar la síntesis de hormonas tiroideas. Hay un breve período durante la fase hipotiroidea de la tiroiditis durante el cual el nivel de TSH se mantiene bajo (o inapropiadamente normal) a pesar de que los niveles de las hormonas tiroideas libres también están bajos; este período es comúnmente denominado “estado de desequilibrio”). Este estado se debe a la lenta recuperación de los tirotrofos hipofisarios, ya que ellos escapan a la supresión tónica por exceso de hormonas tiroideas.

La entidad clásica tiroiditis De Quervain (tiroiditis granulomatosa subaguda) es dolorosa mientras que otras formas son indoloras (por ej., tiroiditis linfocítica autoinmune, tiroiditis post-parto o, tiroiditis relacionada con las citocinas [interferón] o la terapia con litio). Otras formas de tiroiditis que pueden o no ser dolorosas son las tiroiditis inducidas por la amiodarona, la radiación o el trauma.

Independientemente de la causa, se hace una espera vigilante mientras se monitorea la función tiroidea, con el fin de asegurar que se produce la recuperación. Los bloqueantes ß se utilizan a menudo para disminuir los síntomas durante el estado de hipertiroidismo transitorio observado en la evolución de la tiroiditis.

Hipertiroidismo ectópico

La ingestión exógena de T4, T3, o ambas puede suprimir la función tiroidea. Esto puede ocurrir con dosis supraterapéuticas de T4 y T3 (por lo general para el hipotiroidismo) y también artificialmente o en pacientes que abusan de los medicamentos para bajar de peso. Una forma útil para diferenciar las causas exógenas de la tirotoxicosis de las causas endógenas es medir la tiroglobulina sérica, que estaría disminuida en la primera y elevada en esta última.

La producción ectópica de T4 y T3 puede ocurrir, aunque raramente, como en los casos de estroma ovárico o en los pacientes con grandes depósitos de metástasis de cáncer de tiroides funcionantes. El estroma ovárico es un teratoma de ovario muy raro (1% de todos los tumores de ovario) que incluso, cuando está presente, no suele provocar tirotoxicosis. Sin embargo, el diagnóstico debe ser considerado en el contexto clínico adecuado, es decir, en el contexto de tirotoxicosis y tumor pélvico; en estos casos, la captación de iodo radiactivo debería estar elevada en la pelvis.

Del mismo modo, la tirotoxicosis secundaria a las metástasis del cáncer de tiroides funcionantes es también poco frecuente pero debe tenerse en cuenta en el contexto clínico adecuado (tejido- ávido de iodo en las imágenes nucleares con iodo radiactivo de todo el cuerpo).

Hipertiroidismo inducida por iodo. Se desarrolla en pacientes con enfermedad tiroidea subyacente (bocio nodular tóxico o enfermedad de Graves) y está causado por una exacerbación autónoma (TSH-independiente) de la función tiroidea por una carga de iodo (por ej., un medio de contraste iodado por vía intravenosa o, tratamiento con amiodarona).

Tirotoxicosis inducida por amiodarona. En diversos informes, la incidencia de esta tirotoxicosis varió entre el 1% y el 23%; existen dos tipos.

El tipo 1 es una forma de hipertiroidismo inducido por iodo. Puede ocurrir en pacientes con función tiroidea autónoma, cuando están expuestos a la amiodarona, la cual contiene 37% de su peso en iodo.

El tipo 2 se produce en pacientes sin enfermedad tiroidea subyacente y es probablemente una consecuencia de una tiroiditis destructiva inducida por fármacos. También se pueden observar formas mixtas o indeterminadas de tirotoxicosis inducida por amiodarona, las que abarcan varias características de los tipos 1 y 2.

El tratamiento varía según el tipo: fármacos antitiroideos (tionamidas) en el tipo 1 y corticosteroides en el tipo 2. Puede ser difícil discernir entre las dos entidades, y a veces es necesario hacer un tratamiento combinado con fármacos, antitiroideos y prednisona. Luego se retira uno de los fármacos y se supervisa el efecto sobre los niveles de las hormonas tiroideas libres, lo que ayuda a determinar cuál es el medicamento que está actuando, señalando el diagnóstico y el tratamiento correcto.

Comentarios sobre el caso presentado

Se repitieron las pruebas de la función tiroidea cuando se hizo la consulta endocrinológica, 2 semanas después de haberse hallado un nivel de TSH bajo junto con un nivel de T4 libre bajo, lo que sugiere un hipotiroidismo central. El nivel de TSH en ese momento fue 3,5 µUI/ml, y el nivel de T4 libre 0,8. Por lo tanto, su TSH baja con un nivel bajo de T4 libre observado 2 semanas antes reflejaron un estado de desequilibrio producido durante la fase hipotiroidea de la tiroiditis.

La repetición de las pruebas tiroideas verifica la recuperación completa y la resolución de su tiroiditis. No requirió terapia con levotiroxina y no se realizaron otras investigaciones.

Fuente: IntraMed

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