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Reporte Epidemiológico 411

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Miércoles 17 de junio de 2020

  • OMS. La Organización Mundial de la Salud publicó una lista de 13 desafíos que amenazan la sanidad en el planeta para la nueva década.
  • Sifilis. La sífilis congénita es la segunda causa más frecuente de muerte fetal en el mundo, pero las pruebas y el tratamiento de esta infección de transmisión sexual (ITS) entre las mujeres embarazadas son exiguas en muchos países y mucho menos habituales en la atención prenatal que las pruebas y el tratamiento del VIH.
  • VSR. El virus sincicial respiratorio puede afectar a la placenta de una madre y luego contagiarse al feto, según un reciente estudio.

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Espacio COLABIOCLI – Entrevista con el Dr. Gonzalo Claros (España): bioinformática y biomarcadores del cáncer de pulmón

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Gonzalo Claros es doctor en Ciencias Biológicas con especialidad en Bioquímica y Biología Molecular, por la Universidad Autónoma de Madrid, España, donde es profesor titular.

Ha hecho su posdoctorado en el Laboratorio de Genética Molecular de la Escuela Normal Superior de París. Es investigador en el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea, del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Raras. Docente de biología molecular, bioinformática y escritura científica para biólogos, ingenieros de la salud y bioquímicos y participa en varios másteres de ciencias y de traducción. Desde la Plataforma Andaluza de Bioinformática se dedica a la aplicación de la bioinformática en el ámbito de la genómica y la transcriptómica de organismos no modelo, con recientes incursiones en el cáncer de pulmón.

El Dr. Claros aboradará el uso de la bioinformática y la investigación de biomarcadores del cáncer de pulmón.

Entrevista con la Dra. Ana Belén Pacheco (Argentina): Guía para elaboración de documentos para el laboratorio

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La Dra Ana Belén Pacheco es Especialista en Gestión de Calidad en el laboratorio de Bioquímica Clínica, Especialista en Perinatología y Magíster en Ingeniería en Calidad.

Es Bioquímica responsable del Sistema de Gestión de Calidad del Hospital Materno Provincial Córdoba, laboratorio certificado bajo norma ISO 9001: 2015. Miembro del Comité Regional de Estandarización de Laboratorios Bioquímicos CRELAB-CORDOBA y Miembro de la Subcomisión de la especialidad en Gestión de calidad en el laboratorio de Bioquímica Clínica.

Nos hablará sobre el curso organizado por COBICO “Guías para la elaboración de documentos para el laboratorio”.

El medicamento aprobado puede ayudar a calmar la tormenta de citoquinas en COVID-19

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El medicamento acalabrutinib, aprobado por la FDA para el tratamiento de varios tipos de cánceres de células B, mejoró los niveles de oxigenación y disminuyó los marcadores moleculares de inflamación en la mayoría de los 19 pacientes hospitalizados para el tratamiento de COVID-19 grave, según un nuevo estudio realizado por Mark Roschewski y colegas. El medicamento se administró a 11 pacientes con oxígeno suplementario y 8 pacientes con ventilación mecánica durante un ciclo de tratamiento de 10 a 14 días. Al final del tratamiento, 8 de 11 pacientes con oxígeno suplementario respiraban aire de la sala y 4 de 8 pacientes con ventilación se extubaron, con 2 de los 8 de aire de la sala de respiración. Las mediciones de dos proteínas relacionadas con la inflamación disminuyeron en la mayoría de los pacientes, sin signos de toxicidad por el medicamento.

El estudio no es un ensayo clínico, sino más bien un estudio observacional fuera de etiqueta para ver si acalabrutinib podría ayudar a amortiguar la respuesta inmune masiva, a veces llamada “tormenta de citoquinas”, que se asocia con los casos más graves de COVID-19. Acalabrutinib inhibe la proteína Bruton tirosina quinasa (BTK), que ayuda a las células inmunes llamadas macrófagos a activar una variedad de otras proteínas en la respuesta inmune innata del cuerpo. Los pacientes con COVID-19 grave tienen una respuesta inmune hiperinflamatoria que parece ser impulsada por la activación de macrófagos, lo que lleva al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) y, a menudo, a la muerte. Roschewski que ayuda a las células inmunes llamadas macrófagos a activar una variedad de otras proteínas en la respuesta inmune innata del cuerpo. Los pacientes con COVID-19 grave tienen una respuesta inmune hiperinflamatoria que parece ser impulsada por la activación de macrófagos, lo que lleva al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) y, a menudo, a la muerte.

Roschewski que ayuda a las células inmunes llamadas macrófagos a activar una variedad de otras proteínas en la respuesta inmune innata del cuerpo. Los pacientes con COVID-19 grave tienen una respuesta inmune hiperinflamatoria que parece ser impulsada por la activación de macrófagos, lo que lleva al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) y, a menudo, a la muerte. Roschewskiet al. También estudió la activación de BTK y los marcadores inmunes en sangre completa de 4 pacientes con COVID-19 y 5 individuos sanos. Los niveles de activación de BTK y la presencia de la proteína inflamatoria IL-6 fueron mayores en los pacientes con COVID-19, lo que sugiere que BTK puede desempeñar un papel crítico en la progresión de la enfermedad. Los autores señalan que se está llevando a cabo un ensayo clínico aleatorizado prospectivo internacional controlado para confirmar la seguridad y la eficacia de este inhibidor de BTK como estrategia terapéutica contra COVID-19.

Source:scitechdaily.com

Hidroxicloroquina ¿sí o no?: una cadena de errores que despierta muchas suspicacias

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Todo el asunto es un gran escándalo. Y, lamentablemente, produce una gran confusión entre quienes más y mejor informados deberían estar al respecto: la población general. El 4 de junio The Lancet, una de las principales revistas médicas del mundo, retiró un estudio que generó alarmas sobre la seguridad de los tratamientos experimentales para la COVID-19 que se están realizando en diversos países con dos medicamentos: la hidroxicloroquina y la cloroquina, originalmente utilizados contra la malaria y hoy en tratamientos contra el lupus y la artritis reumatoidea.

Según The Lancet, la retractación del documento Hydroxychloroquine or chloroquine with or without a macrolide for treatment of COVID-19: a multinational registry analysis (Hidroxicloroquina o cloroquina con o sin macrólido para el tratamiento de la COVID-19: un análisis de registro multinacional), publicado el 22 de mayo se produjo a pedido de los autores del estudio. ¿La razón esbozada? “No pudieron completar una auditoría independiente de los datos que sustentan su análisis”. Como resultado, los investigadores Mandeep Mehra, del Hospital Brigham and Women (Estados Unidos), Frank Ruschitzka, del Hospital Universitario de Zürich (Suiza) y Amit Patel, de la Universidad de Utah (Estados Unidos), concluyeron que “ya no podemos responder por la veracidad de las fuentes de datos primarias”.

La publicación inglesa informa en un breve comunicado que “The Lancet se toma muy en serio los problemas de integridad científica, y hay muchas preguntas pendientes sobre Surgisphere y los datos que supuestamente se incluyeron en este estudio. Siguiendo las pautas del Comité de Ética de Publicaciones (COPE) y el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (ICMJE), se necesitan con urgencia revisiones institucionales de las colaboraciones de investigación de Surgisphere. El aviso de retractación se publicó el 4 de junio de 2020. El artículo se actualizará para reflejar esta retractación en breve”. Surgisphere es la empresa que compiló y analizó los datos para el estudio publicado el 22 de mayo. ¿Cómo es que los revisores científicos de la revista no notaron ninguna irregularidad antes de publicar el documento del 22 de mayo?

El punto es que esta retractación se relaciona nada más y nada menos que con dos drogas hermanas que han despertado enormes controversias en los últimos tres meses. Habrá seguramente quienes verán en toda la situación intereses comerciales, mientras que otros intentarán explicar la situación en base a argumentos políticos. Y es que Donald John Trump le está dando impulso al consumo de este remedio aún sin orden médica y hasta dijo que él mismo lo estaría consumiendo de manera preventiva; mientras que el presidente del Brasil, Jair Messías Bolsonaro, también salió en defensa del uso del medicamento, admitiendo que lo hace fuera de la evidencia científica, al punto de permitir la venta de la droga sin receta siempre y cuando la persona que la adquiera firme un documento a modo de consentimiento informado, en el que conste que el fármaco tiene efectos secundarios potencialmente riesgosos.

Muchos esperaban que la hidroxicloroquina, una droga relativamente barata y ampliamente disponible, pudiera ofrecer algunos beneficios. Los primeros estudios de laboratorio sugirieron que el medicamento, así como su relacionado, la cloroquina, podría interferir con la replicación del SARS-CoV-2, pero los ensayos en seres humanos no han sido concluyentes hasta ahora. De hecho, el 3 de junio un grupo de investigadores informó los resultados del primer ensayo clínico estándar acerca del uso de hidroxicloroquina para la COVID-19: el resultado es que la droga no ayudó a prevenir las infecciones mejor que el placebo. Otros ensayos clínicos, incluidos algunos que analizan los medicamentos como tratamientos, están en curso.

El punto es que el estudio publicado en The Lancet tuvo tanta repercusión por la cantidad de hospitales y enfermos involucrados, y porque luego de dadas a conocer sus conclusiones, la Organización Mundial de la Salud (OMS) suspendió temporalmente el brazo de su mega ensayo clínico Solidarity, que incluye la hidroxicloroquina. Solidarity tiene ya 3.500 voluntarios participando en él, en 35 países. La Agencia Reguladora de Medicamentos y Atención Médica (MHRA) del Reino Unido también frenó la mayoría de los ensayos en el país de hidroxicloroquina para tratar la COVID-19, hasta tanto se realizarán nuevas evaluaciones de seguridad. Y en Francia, donde se detuvo la inscripción a los ensayos clínicos, se les prohibió a los médicos recetar el medicamento fuera de los ensayos clínicos a personas con COVID-19.

En teoría, el estudio original de The Lancet se basó en datos de 96.000 pacientes de 671 hospitales en todos los continentes, y los resultados fueron claramente malos. Según la investigación, ni la hidroxicloroquina por sí sola, ni acompañada por un antibiótico, ni la cloroquina administrada de manera individual ni con otro antibiótico, tendrían efectos beneficiosos sino todo lo contrario. De acuerdo con el informe, la tasa de mortalidad era más alta entre quienes habían recibido esos medicamentos: 18%, en comparación con 9% entre los enfermos a los que no se les habían administrado. Además, aumentaba el riesgo de sufrir arritmias severas entre los primeros.

Pero algo a tener muy en cuenta sobre este trabajo publicado en The Lancet, más allá de la cantidad de pacientes y de instituciones de salud involucradas, es que se trató de un estudio de tipo observacional, no de uno experimental y aleatorizado. Y allí es donde entra a jugar la empresa encargada de recolectar y analizar la información.

Tal vez por lo concluyentes que eran las afirmaciones, el 28 de mayo, 120 investigadores firmaron una carta a The Lancet explicando ciertos aspectos del trabajo publicado que les generaban preocupación, justamente, temas relacionados con la calidad de los datos y su análisis. Los expertos externos le pidieron a la compañía que compiló y analizó los datos, Surgisphere, que explicara cómo había obtenido la información. Con el paso de los días, dijeron que la empresa no estaba cooperando y que no proporcionaba los datos que le pedían los auditores independientes.

Otros expertos externos plantearon preocupaciones similares sobre otro estudio, publicado en The New England Journal of Medicine el 1 de mayo, y que también se había basado en datos de Surgisphere que analizaron la seguridad de los medicamentos para la presión arterial en pacientes con COVID-19. A principios de esta semana, The New England Journal of Medicine emitió una “expresión de preocupación” sobre el documento, y también se comenzó a hacer una revisión independiente.

Las preocupaciones sobre los riesgos para la salud de la cloroquina y la hidroxicloroquina se basaron en pruebas más allá del documento de The Lancet. Anteriormente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos advirtió que los medicamentos no deben usarse para el tratamiento de la COVID-19 fuera de un ensayo clínico o más allá de pacientes hospitalizados debido a los riesgos para la salud cardíaca. Un estudio observacional llevado a cabo en Brasil informó acerca del mayor riesgo de muerte por arritmias cardíacas severas, si las dosis de hidroxicloroquina administradas no eran bien controladas. Hay que admitir que, en este último caso, se les administraron a los pacientes dosis muy elevadas.

En medio de esta tormenta, la OMS anunció que retomará los ensayos de Solidarity vinculados con hidroxicloroquina y cloroquina, siempre teniendo en cuenta la seguridad de los mismos, la combinación con otros fármacos y las dosis a administrar.

Mucho ruido en un momento en el que la desesperación por dar con un tratamiento es mucha, y también la impaciencia. Pero si hay algo que caracteriza a la investigación científica y a los estudios clínicos de medicamentos y terapias, son el ensayo controlado, la búsqueda de la seguridad primero, de la eficacia después, y la incertidumbre. Es por eso que los estudios clínicos suelen tener cuatro y hasta cinco fases, y dar opiniones demasiado altisonantes antes de, al menos, llegar a la fase tres, es riesgoso. Nadie debería hacerlo. Ni los científicos que confiaron en los datos de una empresa, ni la reputada publicación cuyos revisores no parecen haber prestado mucha atención, ni la organización sanitaria mundial que no esperó a sus propios revisores para analizar los datos publicados.

Fuente: Perfil

Informe especial COVID-19: 12 de junio de 2020

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El Microscopio te presenta este informe especial:

Foto: CDC from Pexels

Los investigadores instan a utilizar la pérdida del gusto y el olfato como herramienta de detección clave para COVID-19

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Los investigadores de King’s College London han pedido el uso inmediato de síntomas adicionales de COVID-19 para detectar nuevos casos, reducir infecciones y salvar vidas.

En una carta publicada en The Lancet, el equipo discutió cómo la pérdida de sabor y olfato, la anosmia, debería formar parte de las medidas de detección del virus.

Dijeron: “A medida que los países emergen lentamente de las medidas de bloqueo, es imprescindible contactar correctamente a los individuos infectados. Creemos que haber agregado pérdida de olfato y sabor a la lista de síntomas de COVID-19 es de gran valor ya que ayudará a rastrear casi el 16% de los casos que de otro modo se habrían perdido”.

El equipo, dirigido por el profesor Tim Spector, informó anteriormente que la pérdida del olfato y el gusto es un predictor clave de COVID-19, además de los síntomas más establecidos de una temperatura alta y una tos nueva y continua. Sin embargo, la importancia relativa del síntoma adicional fue disputada por secciones del gobierno del Reino Unido cuando anunció que estaba incluyendo el síntoma adicional. Este análisis adicional de los datos de la aplicación COVID Symptom Study y sus 3.7 millones de usuarios buscaron cuantificar el valor clínico de registrar la pérdida del olfato en la población.

De 76,260 personas con síntomas que dieron positivo para COVID-19 hasta el 19 de mayo, el 28.5% nunca informó fiebre o tos y el 16% informó pérdida de olfato, pero no fiebre o tos. La prevalencia de la pérdida del olfato y el gusto fue tres veces mayor en las personas que dieron positivo (65%) que en las que dieron negativo (22%), el predictor único más fuerte de infección, lo que sugiere que las personas con pérdida de olfato y gusto deberían -aislar durante al menos siete días o hasta que puedan analizarse.

El profesor Tim Spector del King’s College London dijo: “Creemos que la pérdida del olfato y el gusto es un síntoma muy común de COVID-19 y, de hecho, ocurre con más frecuencia que la fiebre y dura más (5 días en promedio en comparación con solo 2 para la fiebre) “Las infecciones podrían reducirse y salvar vidas ahora que este síntoma no similar a la gripe es ampliamente reconocido y se toman medidas”.

Los investigadores sugieren que los formuladores de políticas deberían considerar estos hallazgos y sus implicaciones para la detección masiva como parte de otras medidas de salud pública en áreas clave como escuelas, hospitales, aeropuertos y residencias.

El profesor Spector dijo: “Nuestros datos sugieren que las llamadas pruebas de detección de ‘oler la diferencia’ de bajo costo, que ya se están utilizando en algunos lugares de trabajo para evaluar a las personas si ingresan a los edificios, capturarían una mayor cantidad de casos positivos que los sensores de temperatura, por lo tanto, creemos que debería formar parte de un enfoque más amplio de salud pública para reducir la tasa de infección “.

Source: kcl.ac.uk

Photo: unsplash.com

Vencer a COVID-19 a través de la investigación genómica

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La secuenciación de próxima generación del virus COVID-19 proporciona datos metagenómicos potentes que, combinados con datos clínicos, informarán la búsqueda de tratamientos efectivos, como se informó en la revista revisada por pares. Alergia, inmunología y neumología pediátrica. Haga clic aquí para leer el artículo ahora.

“El análisis genómico y epigenómico continuo del SARS-CoV-2 es crítico”, dicen los Dres. Dehority y Dinwiddie, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo México, “ya que puede usarse para determinar la cantidad de cepas de virus, cómo se introduce el virus en nuevas regiones, la cantidad de introducciones del virus, si hay una propagación comunitaria de virus, si los brotes están vinculados y cómo está evolucionando el virus “.

El análisis genético también guiará e informará los esfuerzos para desarrollar vacunas y agentes terapéuticos nuevos y reutilizados, mediante la prueba de susceptibilidad viral o resistencia a estas intervenciones.

La editora en jefe de alergia, inmunología y neumología pediátrica Mary Cataletto, MD, profesora de pediatría clínica, Facultad de medicina de la Universidad de Stony Brook, afirma que: “Hasta el 25 de mayo de 2020, 1,637,456 casos de COVID-19 han sido reportados a los Centros para el Control de Enfermedades con 97,669 muertes. El uso de estas nuevas técnicas no solo para la identificación sino también para la vigilancia continua de nuevos patógenos virales puede contribuir a las respuestas estratégicas tempranas de salud pública “.

Fuente: medicalexpress.com

Identifican la “huella metabólica” de la dieta mediterránea

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Miguel Ángel Martínez, autor principal del estudio 'Predimed'.

Investigadores de la Universitat Rovira i Virgili-IISPV de Tarragona y de la Universidad de Navarra, en colaboración con la Universidad de Harvard y el Instituto Broad de Estados Unidos, han identificado por primera vez una huella metabolómica –consistente en varios metabolitos que circulan por la sangre– relacionada con la adherencia a la dieta mediterránea.

El trabajo, publicado en la revista de la Sociedad Europea de Cardiología, determinó más de 300 metabolitos en muestras de sangre de 1.859 participantes del estudio multicéntrico español ‘Predimed’ y que recibieron seguimiento durante una media de cinco años, y 6.868 participantes de tres grandes estudios en Estados Unidos realizados en población sanitaria, con un seguimiento de más de 15 años, ha informado la URV este jueves en un comunicado.

En estos participantes se conocía, a través de cuestionarios dietéticos, su nivel de cumplimiento con el patrón dietético tradicional mediterráneo, y la innovación del estudio consistió en identificar un conjunto de metabolitos, denominados “huella metabólica” que se asociaron con la escala de adherencia a la dieta mediterránea.

Inteligencia artificial para seguir la dieta mediterránea

Para esta identificación se utilizaron algoritmos de inteligencia artificial que identificaron 67 metabolitos, y esta huella metabolómica –que incluye tanto metabolitos marcados de ingesta como de efecto de la misma– se identificó en población española del estudio ‘Predimed’ y se validó en población de Estados Unidos.

Esta huella metabolómica es un indicador más objetivo de la dieta mediterránea, y cuando se comparó con la escala de adherencia a la dieta mediterránea obtenida solo mediante cuestionario, la huella metabolómica en sangre predecía mucho mejor la presencia de diabetes o los niveles de algunos factores de riesgo cardiovascular, en comparación a la adherencia determinada a través de cuestionarios dietéticos.

Lo más relevante es que esta huella metabolómica de la dieta mediterránea predijo en gran medida la posibilidad de que un individuo desarrollara con el paso del tiempo un infarto de miocardio o un ictus, tanto en los participantes del estudio ‘Predimed’ como en los participantes de los tres estudios americanos.

Huella metabolómica de la dieta mediterránea

Es la primera vez que se determina la huella de metabolitos relacionada con la adherencia a un patrón dietético como el mediterráneo, y abre grandes puertas a la hora de vislumbrar posibles vías metabólicas que expliquen los beneficios observados de la dieta mediterránea sobre la salud y la enfermedad en muchos estudios.

Además, la huella metabolómica identificada promete evaluar de forma más objetiva y comprensible la adherencia y respuesta metabólica a la dieta, pudiendo ser útil en el futuro para individualizar mejor la dieta a seguir para la prevención de la enfermedad.

Fuente: Redacción Médica

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