Se
trata del médico investigador Oriol Mitjà, especializado en
enfermedades infecciosas y en la erradicación de enfermedades
tropicales del Hospital Universitari Germans Trias I Pujol, en
Barcelona, España. En diálogo con Infobae explicó de qué se trata
el primer ensayo clínico del mundo para frenar la transmisión de
COVID -19. “Es una propuesta pionera que no busca la curación de
los pacientes, sino evitar el contagio”
En
plena pandemia global por COVID-19 y con uno de los epicentros en su
país natal – España- hicieron que la voz del médico catalán Oriol
Mitjà no solo adquiriera relevancia por su contenido, sino también
por el asertividad de sus aportes.
Mitjá
es profesor asociado en el Instituto de Investigación Germans Trias
i Pujol de Badalona, es jefe de la unidad de ITS del hospital Germans
Trias i Pujol e investigador asociado en ISGlobal. Tal vez sin
quererlo -o sí- se ha configurado es un líder activo de
comunicación positiva de la pandemia en España, y a la vez que no
ha dejado de dedicar equipo y esfuerzos a encontrar una salida lo más
veloz posible a la situación.
Realizó
su investigación pre y postdoctoral en Papúa Nueva Guinea y ha
centrado su programa de investigación clínica en el desarrollo de
herramientas diagnósticas y terapéuticas para el tratamiento de
enfermedades tropicales desatendidas de la piel. Es asesor de la
Organización Mundial de la Salud y ha sido miembro del comité
organizador de seis reuniones internacionales sobre pian, una
infección bacteriana crónica que afecta la piel, los huesos y los
cartílagos de niños de zonas tropicales de África, Asia y América
Latina.
El
COVID-19 lo sorprendió investigando sobre enfermedades de
transmisión sexual (ITS) con foco en la sífilis. Con la velocidad
que ameritaba, se puso al hombro un ensayo clínico con el objetivo
de obtener los primeros resultados en un tiempo récord de 21 días.
Ya anteriormente había solicitado la dimisión del comité de
emergencia español por considerar que no tomaba decisiones
adecuadas. En un artículo firmado por él y publicado en “El
Periódico” de Barcelona a mediados de marzo advirtió que “no
tomar medidas drásticas” se iba a traducir en “una situación
dantesca”.
En
la rueda de prensa online de presentación del estudio clínico
explicó que “estamos diseñando una estrategia preventiva para
detener la transmisión del coronavirus a la comunidad. Según la
estadística acumulada que contamos, cada caso infecta durante 14
días una media del 15% de sus contactos. Es decir, de cada 20
contactos con una persona infectada, salen entre 2 y 3 nuevos
infectados. El objetivo es reducir esta cifra”. El médico Oriol
Mitjá habló con Infobae desde Barcelona sobre el disruptivo estudio
que está llevando adelante.
–
¿En qué consiste este estudio que usted junto a su equipo inició
este 1 de abril pasado para frenar el avance de la pandemia por
coronavirus?
–
En el estudio participarán casos positivos y personas que hayan
estado en contacto con ellos, de la zona metropolitana norte de
Barcelona (Maresme y Vallès Oriental) y de áreas con mucha
incidencia como Igualada y alrededores. A los afectados por COVID-19
se les administrará Darunavir, un antiviral utilizado como fármaco
contra el VIH, con el objetivo de reducir la carga viral (la cantidad
de virus en la sangre) y, por tanto, la capacidad de transmitir el
virus a otras personas. Por otra parte, a las personas que hayan
estado en contacto cercano con la persona afectada por COVID-19 se
les dará, como tratamiento profiláctico, un fármaco usado contra
la malaria llamado hidroxicloroquina. Con esta estrategia la persona
con COVID-19 sería infecciosa durante menos días y los contactos
estarían más protegidos. De la misma manera, ofrecería protección
al personal sanitario, el más expuesto al contagio.
–
Ha hecho un llamamiento para encontrar voluntarios que quieran
participar en su ensayo clínico, ¿cómo ha sido esa respuesta?
–
Concretamente, buscamos a ciudadanos que hayan estado en contacto con
alguien que haya sufrido la enfermedad. En caso de que sea así, se
pide que se complete un formulario o que nos contacte.
–
¿Qué cree usted que tiene de diferencial este estudio respecto de
otros que se están llevando adelante en estos momentos en el mundo
también?
–
La propuesta es pionera y se diferencia de la mayoría de los ensayos
clínicos que se están llevando a cabo en todo el mundo porque no
persigue la curación de los pacientes, sino que pone el foco en
cortar la transmisión: pretende prevenir que los contactos de una
persona infectada no se contagien con el coronavirus.
El
estudio ha recibido el aval de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), entidad que ha destacado el modo en que se ha planificado y lo
reducido de su costo de implementación. A la par ha creado interés
en la fundación que lidera el creador de Microsoft, Bill Gates y su
esposa Melinda. El atractivo que despertó el estudio científico
generará encuentros entre dichas entidades y los directivos del
estudio. Se prevé que el Departamento de Salud de Cataluña
centralizará los datos obtenidos. Todos los trámites implicados han
tenido una bajísima burocratización, con un fuerte compromiso del
estado. “Lo que habitualmente tarda un año se ha acortado a poco
más de una semana”, indicó Mitjà.
–
¿Qué nuevo escenario permitiría este estudio si funciona?
–
Esencialmente podría reducir la transmisión comunitaria y plantear
cambios en las medidas preventivas de aislamiento y movilidad.
–
Los sujetos asintomáticos son el gran dilema en este escenario…
–
Sabemos que, por ejemplo, entre un 10 y un 15% de los catalanes, casi
medio millón de personas, han sido infectadas por el coronavirus, no
todos con síntomas. No está garantizado que todos ellos sean
inmunes, pero si pasaran la enfermedad una segunda vez no sería tan
grave como el primer contagio. El riesgo de desconfinar será la
aparición de nuevos rebrotes y por tanto será necesario encontrar
los casos positivos y aislarlos de forma rápida.
–
Usted ha elaborado un informe junto a un colega que ha sido dirigido
a las autoridades de salud para programar una salida ordenada de la
cuarentena, una temática que tiene en alerta a los gobiernos de los
países que han entrado en ella. ¿Cuáles son sus puntos más
relevantes?
–
Planteamos una salida escalonada, empezando por las personas más
jóvenes y sanas y dejando para el final los mayores, la apertura de
escuelas y los acontecimientos de más de 50 personas. También
remarcamos que habrá que hacer muchas pruebas para determinar quién
ha pasado ya el virus, y también para detectar a los nuevos
positivos. En función de eso, la persona común sana podría hacer
una vida más o menos normal.
–
¿Esto supone que conviviremos con el coronavirus por un tiempo
largo?
–
El escenario de futuro más probable es que la transmisión del nuevo
coronavirus no se pueda eliminar a corto plazo y se originen brotes
recurrentes en los próximos meses. Tenemos una baja proporción de
población inmunizada, un 15%, así que serán necesarias ciertas
medidas coordinadas para salir del confinamiento.
–
¿Cuáles concretamente?
–
Primero las personas jóvenes y sanas serán las que primero dejen el
confinamiento, sin dejar de monitorear el impacto que su accionar
pueda implicar al sistema de salud. Las personas de riesgo y todavía
no infectadas tendrán que quedarse en casa más tiempo, mientras que
la apertura de las escuelas y los grandes acontecimientos también
tendrán que esperar. Como primera medida debería indicarse la
apertura de los negocios que no son servicios básicos. En una
segunda fase la suma a la actividad de bares y restaurantes y el
permiso para que los menores de 70 años puedan salir a la calle. En
este momento debería propiciarse la reapertura de escuelas.
Finalmente, se levantaría la recomendación de quedarse en casa para
las personas de más 70 años y se permitiría la celebración de
acontecimientos de más de 50 personas.
–
Una de las alertas más fuertes en los países occidentales es el
escaso testeo de portadores sanos…
–
En el informe indicamos que es importante realizar la prueba rápida
serológica para determinar cuál es el “estado epidemiológico
real” de la población.
–
¿Qué alternativas consideran apropiadas para llevarlo adelante?
–
Sería ideal habilitar diferentes puntos, como farmacias,
universidades o consultorios médicos. El resultado se obtiene en 15
minutos. Los que ya hubieran tenido el virus tendrían un certificado
de inmunidad, lo que les permitiría no estar confinados. Los que
tuvieran el virus en el momento del testeo tendrían que estar
confinados 14 días, y se tendría que hacer un seguimiento de los
que no lo hubieran tenido.
Inspirados
en el control impuesto en Wuham, el epicentro en China de la
aparición del virus, los especialistas señalan en su informe que
sería adecuado contemplar un seguimiento de movilidad a través de
tecnología GPS. “Cuando un ciudadano sea diagnosticado positivo,
sus datos de movilidad y sus contactos durante el período de
potencial contagio se capturarían de forma automática, y se podrían
aislar. Cada persona tendría asociado un riesgo de infectividad con
un código de colores: verde, naranja o rojo”, señaló el informe.
Las aplicaciones móviles -sugiere Mitjá- permitirían identificar
grupos de casos, zonas calientes con muchos enfermos detectados, lo
que permitiría hacer confinamientos parciales en zonas geográficas
delimitadas. “Si no hacemos las cosas bien habrá rebrotes”,
advirtió.
–
¿Considera que no se hicieron las cosas bien en España?
– En España era factible anticipar el escenario y si la comunicación hubiera sido adecuada, la crisis actual se podría haber evitado en gran medida con el uso precoz de protocolos de control, o en el peor de los casos se podría haber mitigado si nuestros gestores sanitarios hubieran tenido la información para prepararse y planificar la gestión de los recursos con tiempo suficiente. Tal vez frenar la entrada del virus era imposible, porque implicaba confinar a un país sin casos, pero se podrían haber comprado equipos y diseñado protocolos que no pusieran a nuestro personal de la salud en la primera línea de una batalla que ahora mismo libran a destajo y sin las armas adecuadas.
Autora: Flavia Tomaello
Fuente: Infobae