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La importancia de la carga viral en la propagación del SARS-CoV-2

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Autores: Joshua D. Rabinowitz y Caroline R. Bartman

Li Wenliang1, el médico en China que advirtió sobre el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, murió a causa del virus en febrero, a los 34 años. Su muerte fue impactante no solo por su papel al dar a conocer la epidemia emergente, sino también debido a su edad, pues los jóvenes no tienen un gran riesgo de morir por la COVID-19.

¿Es posible que Li muriera porque, como médico que pasaba mucho tiempo cerca de pacientes enfermos graves que habían contraído el COVID-19, se infectó con una carga tan alta? Después de todo, aunque fue uno de los primeros médicos jóvenes que murió tras estar expuesto de cerca y con frecuencia al virus, desafortunadamente no fue el último.

La importancia de la carga viral está siendo ignorada en el diálogo del coronavirus. Como con cualquier otro veneno, los virus generalmente son más peligrosos en grandes cantidades. Las pequeñas exposiciones iniciales suelen llevar a infecciones ligeras o asintomáticas, mientras que dosis más grandes pueden ser letales.

Desde una perspectiva de políticas, se debe considerar que quizá no todas las exposiciones al coronavirus son las mismas. Entrar a un edificio donde alguna vez estuvo una persona infectada no es tan peligroso como sentarse al lado de esa persona infectada durante un trayecto de una hora en tren.

Eso podría parecer evidente, pero muchas personas no están haciendo esa distinción. Debemos enfocarnos más en evitar las infecciones con grandes cargas virales.

Tanto las cantidades grandes como pequeñas del virus pueden reproducirse dentro de nuestras células y provocar enfermedad grave en las personas vulnerables, como las inmunocomprometidas. Sin embargo, en las personas sanas, el sistema inmunitario responde en cuanto percibe un virus que crece adentro. La recuperación depende de lo que sea más veloz: la propagación viral o la activación inmunitaria.

Los expertos en virus saben que la carga viral afecta en cuán grave será la enfermedad. En los laboratorios, los ratones que reciben una carga viral baja, la eliminan y se recuperan, mientras que el mismo virus en una carga más alta termina por matarlos. Se ha observado sensibilidad a la carga viral en todas las infecciones virales agudas comunes que se han estudiado en animales de laboratorio, incluyendo los coronavirus.

Los seres humanos también muestran una sensibilidad a la carga viral. Hay voluntarios que han permitido exponerse a dosis bajas o altas de virus relativamente benignos que provocan resfríos o diarrea. Quienes reciben dosis bajas rara vez desarrollan señales visibles de la infección, mientras que quienes reciben dosis altas generalmente sufren infecciones y síntomas más graves.

Sería poco ético manipular las cargas virales de manera experimental en humanos para el estudio de un patógeno tan grave como el coronavirus, pero hay pruebas de que el tamaño de la carga también es importante en el coronavirus humano. Por ejemplo, durante el brote de síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2003 en Hong Kong, un paciente infectó a muchos otros que vivían en la misma unidad de apartamentos, por lo que murieron 19 personas. Se cree que la propagación de la infección fue causada por partículas virales en el aire que se esparcieron por toda la unidad desde el edificio donde se encontraba el apartamento del primer paciente. Como resultado de una mayor exposición viral, los vecinos que vivían en el mismo edificio no solo se infectaron con más frecuencia, sino que también tuvieron más probabilidades de morir. En contraste, los vecinos más alejados, aún infectados, sufrieron menos.

Las infecciones con bajas cargas incluso pueden ayudar a activar el sistema inmunitario, pues lo protegen de exposiciones con cargas más altas en el futuro. Antes de la invención de las vacunas, los médicos con frecuencia infectaban a personas sanas de manera intencional con el fluido de pústulas de sarampión. Las infecciones con baja carga resultantes eran desagradables, pero generalmente podían sobrevivir, y eso evitaba peores infecciones cuando esas personas estuvieran expuestas más tarde a cantidades descontroladas de sarampión.

A pesar de la evidencia de la importancia de la carga viral, muchos de los modelos epidemiológicos que se usan para fundamentar las políticas durante esta pandemia la han ignorado. Eso es un error.

La gente debe tener mucho cuidado con las exposiciones a cargas virales altas, que con más probabilidad pueden ocurrir durante interacciones cercanas con una persona infectada –como en reuniones para tomar café, bares concurridos o al visitar a la abuela en su habitación–, y con tocarse el rostro después de estar en contacto con grandes cantidades de virus. Las interacciones con personas infectadas son más peligrosas en espacios cerrados y a poca distancia, y la dosis aumenta con el tiempo de exposición. Las interacciones rápidas que no cumplen con la regla de mantener dos metros entre ambas personas, como al pagarle a un cajero en el supermercado, deben ser breves, y hay que procurar estar a dos metros durante solo seis segundos.

Debido a que la carga importa, el personal médico enfrenta un riesgo extremo, pues lidian con los pacientes más enfermos y con las cargas virales más altas. Se debe dar prioridad al suministro de equipo de protección para ellos.

Para todos los demás, se vuelve más importante el distanciamiento social, usar barbijos y la buena higiene, pues estas prácticas no solo disminuyen la propagación infecciosa, sino que también disminuyen la carga y, por lo tanto, la letalidad de las infecciones que ocurren. Aunque evitar la propagación viral es un bien social, evitar las infecciones con cargas altas es un imperativo personal, incluso para los jóvenes sanos.

Al mismo tiempo, se deben evitar las reacciones exageradas de pánico a las exposiciones en dosis bajas. La ropa y los empaques de los alimentos que han estado expuestos a una persona infectada parecen representar un riesgo bajo. Las personas sanas que están juntas en un supermercado o una oficina experimentan un riesgo tolerable, siempre y cuando tomen precauciones como usar barbijos y distanciarse de las personas.

Un confinamiento total de la sociedad es la manera más eficaz de detener la propagación del virus, pero es una medida costosa tanto en términos económicos como psicológicos. Cuando la sociedad vuelva a la normalidad, las medidas de reducción de riesgos, como mantener el espacio personal y lavarse las manos, serán esenciales para reducir las infecciones con altas cargas virales. Los lugares de alto riesgo para la exposición en cargas altas, como los estadios y los recintos de convenciones, deben permanecer cerrados. Los servicios esenciales pero riesgosos, como el transporte público, deben seguir operando, pero las personas deben tomar medidas de seguridad como usar barbijos, mantener su distancia y no viajar si se tiene fiebre.

Ahora es el momento de quedarse en casa. Esperemos que sea un periodo breve. Cuando comencemos a salir de nuevo, hagámoslo con conciencia, ahora que conocemos la importancia de la carga viral.

Referencia:

  1. Joshua D. Rabinowitz es profesor de Química y Genómica en Princeton, donde Caroline R. Bartman es académica investigadora.

Fuente: Reporte Epidemiológico de Córdoba


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IVERMECTINA: El posible fármaco que podría inhibir la replicación del COVID-19

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Dr. Lanusse - Foto: gentileza del investigador

Un equipo de investigadores australianos descubrió en pruebas “in vitro” que la ivermectina, un medicamento antiparasitario, puede matar el coronavirus en 48 horas, según un estudio que publica Antiviral Research.

Los expertos de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia) advierten que las pruebas se han realizado en cultivos celulares y que aún es necesario realizar ensayos en personas.

Científicos del Biomedicine Discovery Institute (BDI) han demostrado que una sola dosis del medicamento Ivermectina, podría detener el crecimiento del virus SARS-CoV-2 en condiciones de laboratorio. Los siguientes pasos son determinar la dosis correcta para garantizar que la misma pueda tratar eficazmente el virus y que sean niveles seguros para los humanos.

El Doctor Carlos Lanusse, Director del Centro de Investigaciones Veterinarias de Tandil (CIVETAN, CONICET, UNCPBA, CICPBA) y Profesor titular de Farmacología Veterinaria de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNCPBA explica la importancia de la ivermectina, su uso en medicina veterinaria, la proyección de este fármaco en medicina humana y el desafío científico que enfrenta la sociedad en tiempos de pandemia.

¿Qué es la ivermectina y para qué se usa habitualmente?

CL: La ivermectina fue desarrollada para su uso en medicina veterinaria y fue lanzada al mercado en la década de los ’80. Desde entonces se ha convertido en la droga más vendida en la historia de la medicina veterinaria dado su potente acción contra parásitos internos, como los gusanos redondos; y externos, como garrapatas, piojos y ácaros de sarna. La introducción de este fármaco fue un punto de inflexión en la historia de la terapéutica en salud animal, por su condición para neutralizar las diferentes variantes de parásitos. En el CIVETAN, el Dr. Adrián Lifschitz, investigador principal del CONICET, es quien ha realizado una importante contribución en la disciplina de la Farmacología Veterinaria específicamente en el campo de las drogas antiparasitarias.

¿El fármaco Ivermectina se está posicionando como un viejo medicamente para un nuevo problema?

CL: A nivel mundial se trabaja en el reposicionamiento de viejas drogas para nuevos usos. Esto se debe a los altos costos que implica el desarrollo y la aprobación de nuevas moléculas para introducir en el mercado, tanto en el mundo veterinario, agrónomo o humano. En este contexto, se empezó a estudiar el potencial de la ivermectina en otros usos, más precisamente en la medicina humana. Este fármaco contribuyó a combatir la oncocercosis, también conocida como “ceguera de los ríos”, y la filariasis linfática, que afectan a millones de personas en diferentes regiones del mundo. Cabe destacar, además, que en los últimos diez años se estudió el potencial de la ivermectina como antiviral. Hay varios trabajos previos que la posicionan como un fármaco capaz de inhibir la replicación de varios virus a concentraciones elevadas. A partir de estos trabajos preliminares, un grupo de científicos australianos, han demostrado que una sola dosis del medicamento Ivermectina podría inhibir rápidamente el crecimiento COVID en condiciones de laboratorio, esto es sin un animal de por medio.

En medicina humana, ¿cómo sería el uso de este fármaco?

CL: La ivermectina tiene la particularidad de que se puede preparar bajo la forma farmacéutica que uno requiera, se puede hacer por vía oral, administrar por vía inyectable, o administrar por vía tópica. En medicina humana, por una cuestión de practicidad se utiliza en forma de comprimidos, esto ya está disponible en el mercado. Esto sería una ventaja para intentar un tratamiento sobre el COVID-19 porque ya está formulada y aprobada, lo que tenemos que descubrir es que cantidad de dosis y por cuántos días habría que suministrarla para tener un efecto al menos similar al que se dio en condiciones de laboratorio.

¿Cuál es el gran desafío científico en este momento?

CL: Desde el CIVETAN trabajamos en fármacos de uso veterinario y el potencial que tiene para usarse en distintos aspectos de la medicina humana. Tenemos muchos años de trabajo con la ivermectina y todos los agentes químicos cercanos. Conocemos de la ivermectina cómo ingresa al organismo, cómo pasa de la sangre a los tejidos, cómo se concentran en algunos tejidos, cómo la elimina el hígado, y por que vía se elimina.  La conocemos muchísimo a la droga enfrentando parásitos, pero no la conocemos enfrentando un virus en el organismo. El desafío es poder encontrar una dosis para tratar un paciente enfermo con COVID-19 que sea capaz de lograr concentraciones en el tracto respiratorio para que puede inhibir esa replicación del virus, sin que eso sea tóxico para el paciente que recibe el tratamiento. Además, el investigador aclaró: Tenemos una ventaja relativa muy importante que es que la droga ya existe y tiene una formulación para uso humano.

¿Cómo enfrentan este desafío desde nuestro país?

CL: Hemos conformado un consorcio multidisciplinario con investigadores del CIVETAN, de la Fundación Mundo Sano y la Universidad Nacional de Salta. Tanto la fundación anteriormente mencionada como los investigadores del CONICET Alejandro Krolewiecki y Ruben Cimino, pertenecientes al Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional de Salta, aportan un antecedente clave ya que han trabajado en la aplicación de la ivermectina para el control de parásitos en adultos y niños. Entre todos los colegas comenzamos a analizar la posibilidad de trabajar en el diseño y aprobación de ensayos que permitan evaluar el efecto de este fármaco en pacientes infectados con coronavirus.

Autora: Yesica Etcheverry, CCT Tandil

Fuente: Conicet Tandil

IFCC eNews: N 4 – Edición abril 2020

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EDITORIAL

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THE VOICE OF IFCC

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  • New dates for the IFCC WorldLab Congress in Seoul: January 6-10, 2021
  • Voting trends in IFCC member countries – by the IFCC TF-YS
  • Voting trends in IFCC member countries – response from Dr Graham Beastall
  • A pandemic crisis and globalization: a long-term fight

IFCC: THE PEOPLE

  • Welcome and Thanks to the Chairs

IFCC: THE YOUNG SCIENTISTS

  • The 6th Congress of the African Federation of Clinical Chemistry

CONTRIBUTE TO IFCC eNEWS

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  • Ten tips for achieving global recognition with the 2020 UNIVANTS of Healthcare Excellence Award Program

  • Leading healthcare organizations unite to offer 2020 UNIVANTS of Healthcare Excellence Awards

NEWS FROM REGIONAL FEDERATIONS AND MEMBER SOCIETIES

  • News from the Japan Society of Clinical Chemistry (JSCC)
  • News from the Hong Kong Society of Clinical Chemistry (HKSCC)
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Una vacuna COVID-19 se muestra prometedora en la primera investigación revisada por pares

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PITTSBURGH, 2 de abril de 2020 – Los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh anunciaron hoy una posible vacuna contra el SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que causa la pandemia de COVID-19. Cuando se prueba en ratones, la vacuna, administrada a través de un parche del tamaño de la punta de un dedo, produce anticuerpos específicos para el SARS-CoV-2 en cantidades que se consideran suficientes para neutralizar el virus.

El artículo apareció en EBioMedicine, publicado por The Lancet, y es el primer estudio publicado después de la crítica de otros científicos de instituciones externas que describe una vacuna candidata para COVID-19. Los investigadores pudieron actuar rápidamente porque ya habían sentado las bases durante las primeras epidemias de coronavirus.

“Teníamos experiencia previa en SARS-CoV en 2003 y MERS-CoV en 2014. Estos dos virus, que están estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2, nos enseñan que una proteína en particular, llamada proteína de pico, es importante para inducir inmunidad. contra el virus. Sabíamos exactamente dónde combatir este nuevo virus “, dijo el coautor principal Andrea Gambotto, MD, profesor asociado de cirugía en la Facultad de Medicina de Pitt. “Por eso es importante financiar la investigación de vacunas. Nunca se sabe de dónde vendrá la próxima pandemia”.

“Nuestra capacidad para desarrollar rápidamente esta vacuna fue el resultado de científicos con experiencia en diversas áreas de investigación que trabajan juntos con un objetivo común”, dijo el coautor principal Louis Falo, MD, Ph.D., profesor y presidente de dermatología en Pitt’s de la Facultad de Medicina.

En comparación con el candidato experimental a la vacuna de ARNm que acaba de ingresar a los ensayos clínicos, la vacuna descripta en este documento, que los autores llaman PittCoVacc, abreviatura de Pittsburgh Coronavirus Vaccine, sigue un enfoque más establecido, utilizando piezas de proteína viral hechas en laboratorio para construir inmunidad. Es la misma forma en que funcionan las vacunas contra la gripe actuales.

Los investigadores también utilizaron un enfoque novedoso en la administrar el medicamento, llamado matriz de micro agujas, para aumentar la potencia. Esta matriz es un parche del tamaño de la punta de los dedos de 400 agujas diminutas que administran las piezas de proteína de la espiga en la piel, donde la reacción inmune es más fuerte. El parche continúa como una tirita y luego las agujas, que están hechas completamente de azúcar y las piezas de proteína, simplemente se disuelven en la piel.

“Desarrollamos esto para aprovechar el método de rascado original utilizado para administrar la vacuna contra la viruela, pero como una versión de alta tecnología que es más eficiente y reproducible de paciente a paciente”, dijo Falo. “Y en realidad es bastante indoloro”.

El sistema también es altamente escalable. Las piezas de proteínas son fabricadas por una “fábrica de células” -capas sobre capas de células cultivadas diseñadas para expresar la proteína de la punta SARS-CoV-2- que se pueden apilar aún más para multiplicar el rendimiento. La purificación de la proteína también se puede hacer a escala industrial. La producción en masa de la matriz de microagujas implica hacer girar la mezcla de proteína y azúcar en un molde usando una centrífuga. Una vez fabricada, la vacuna puede permanecer a temperatura ambiente hasta que sea necesaria, eliminando la necesidad de refrigeración durante el transporte o almacenamiento.

“Para la mayoría de las vacunas, no es necesario abordar la escalabilidad para comenzar”, dijo Gambotto. “Pero cuando intentas desarrollar una vacuna rápidamente contra una pandemia, ese es el primer requisito”.

Cuando se probó en ratones, PittCoVacc generó una oleada de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 dentro de las dos semanas posteriores al pinchazo de la microaguja.

Esos animales aún no han sido rastreados a largo plazo, pero los investigadores señalan que los ratones que recibieron su vacuna MERS-CoV produjeron un nivel suficiente de anticuerpos para neutralizar el virus durante al menos un año, y hasta ahora los niveles de anticuerpos del SARS Los animales vacunados con CoV-2 parecen estar siguiendo la misma tendencia.

Es importante destacar que la vacuna de microagujas SARS-CoV-2 mantiene su potencia incluso después de haber sido completamente esterilizada con radiación gamma, un paso clave para hacer un producto que sea adecuado para su uso en humanos.

Los autores ahora están en el proceso de solicitar una aprobación de un nuevo medicamento en investigación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. En anticipación de comenzar un ensayo clínico en fase I en humanos en los próximos meses.

“Las pruebas en pacientes generalmente requerirían al menos un año y probablemente más”, dijo Falo. “Esta situación particular es diferente de cualquier cosa que hayamos visto, por lo que no sabemos cuánto tiempo llevará el proceso de desarrollo clínico. Las revisiones recientemente anunciadas de los procesos normales sugieren que podríamos avanzar más rápido”.

Otros autores del estudio son Eun Kim, Geza Erdos, Ph.D., Shaohua Huang, Thomas Kenniston, Stephen Balmert, Ph.D., Cara Donahue Carey, Michael Epperly, Ph.D., William Klimstra, Ph.D. y Emrullah Korkmaz, Ph.D., todos de Pitt; y Bart Haagmans, del Centro Médico Erasmus.

Ph: CDC on Unsplash

Demanda de cuidados críticos para el brote de COVID-19

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Un reciente estudio sugiere que la capacidad de cuidados críticos existente en los Estados Unidos puede ser insuficiente para satisfacer la demanda creada por COVID-19. Se espera que la transmisión comunitaria de COVID-19 en los Estados Unidos aumente drásticamente la demanda de instalaciones de cuidados críticos. Al utilizar un modelo de transmisión de COVID-19 que incorpora la demografía de la población de EE. UU., Alison Galvani, Burton Singer y sus colegas proyectaron una futura demanda de camas de unidades de cuidados intensivos (UCI) asociada a COVID-19 en los Estados Unidos. Suponiendo un número de reproducción básico R0 de 2.5, los autores proyectaron que, en ausencia de autoaislamiento, el tratamiento de todos los casos críticos a la altura del brote requeriría casi 300,000 camas en UCI, o tres veces el número de camas existentes en UCI en el país. Para un R0 menor de 2, se requerirían aproximadamente 150,000 camas de UCI en ausencia de autoaislamiento, 1.5 veces el número existente de camas de UCI. El autoaislamiento del 20% de los casos dentro de las 24 horas posteriores al inicio de los síntomas reduciría la demanda pico semanal de camas en la UCI en casi un 50% para un R0 de 2.5 y en casi un 75% para un R0 de 2, aunque la demanda aún excedería la capacidad existente en El primer escenario. Los resultados sugieren que COVID-19 probablemente abrumará la capacidad de cuidados críticos existente en el país y que se necesitan urgentemente políticas para expandir la capacidad de la UCI y alentar el autoaislamiento, según los autores.

Article #20-04064: “Projecting hospital utilization during the COVID-19 outbreaks in the United States,” by Seyed M. Moghadas et al.

Photo by Ashkan Forouzani on Unsplash

El riesgo de subestimar los casos de niños con la COVID-19

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La percepción de que los niños no se infectan con el coronavirus SARS-CoV-2 o que la enfermedad no progresa en ellos ha llevado a que se hayan sometido a menos testeos y a una subestimación de las tasas de infección real. Esto puede transformar a los niños en un riesgo silencioso para los grupos vulnerables.

Entre el 26 de enero y el 28 de febrero de 2020, el Hospital de Niños de Wuhan examinó a 1.391 niños sintomáticos y asintomáticos con contacto conocido con pacientes confirmados o sospechosos de la enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19). Entre ellos, 171 (12,3%) –con una edad media de 6,7 años– estaban infectados por el coronavirus.1

Cuatro de cada 10 tuvieron fiebre y 15,8% no tenía síntomas de neumonía. Tres pacientes (1,8%) requirieron apoyo de cuidados intensivos y ventilación mecánica durante la hospitalización, y un paciente, un bebé de 10 meses con afecciones coexistentes, murió.

Otro estudio analizó 2.143 niños con COVID-19 reportados al Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades entre el 16 de enero y el 8 de febrero. Aunque solo un tercio de ellos fueron casos confirmados por laboratorio, más de 90% eran asintomáticos o mostraban síntomas leves o moderados. Solo murió un paciente, un niño de 14 años.

A nivel mundial, las cifras por país también muestran el alcance de la enfermedad entre los niños: en China, 1% del total de casos confirmados eran menores de 10 años; en Italia hasta ahora, 1,2% de los casos se encuentra entre el grupo de edad comprendido entre 0 y 18 años, y en Estados Unidos, este grupo de edad representa 5%.

Sin embargo, debido a que la mayoría de los niños presentan síntomas leves o son asintomáticos, solo los casos graves llegan al hospital. Esta puede ser una de las razones por las que parece que la mayoría de los niños no se infectan.

Pero dado que las personas infectadas pueden transmitir el virus antes de enfermarse, los niños asintomáticos o con síntomas leves son una fuente de infección. Se sabe que los niños pueden infectar, pero lo que no se sabe es cuán importantes han sido en la dinámica de transmisión de la enfermedad.

Hasta ahora, la creciente implementación de medidas de distanciamiento social, como el cierre de escuelas, por ejemplo, ha creado conciencia sobre el papel potencial que tienen los niños en la transmisión del virus. Sin embargo, debido a que hay mucho que aprender sobre el SARS-CoV-2 en general, la investigación en niños se ha quedado atrás.

Por ejemplo, los científicos aún no tienen una explicación de por qué la mayoría de los niños que se infectan y desarrollan la COVID-19 tienen síntomas leves o moderados. Sin embargo, la respuesta puede estar en sus sistemas inmunes aún inmaduros.

Cuando las personas se enferman, el sistema inmunitario envía un ejército de células inmunes para combatir la enfermedad. Pero en pacientes con COVID-19 este ejército no ataca solo al patógeno en el pulmón; también destruye tejidos sanos. Debido a que el sistema inmunitario de los niños todavía se está desarrollando, su ‘ejército’ no es tan fuerte como el de los adultos. No obstante, esto es solo una teoría aún no confirmada.

Los estudios han generado otra preocupación: se descubrió que cuanto más joven es el paciente pediátrico, mayor es el riesgo de desarrollar síntomas graves o críticos.

Este fue el caso de 10,6% de los niños menores de 1 año, mientras que las posibilidades disminuyeron a 7,3% en el grupo de 1 a 5 años y a 4,2% en los que tenían entre 6 y 10 años.

Esto muestra que los bebés parecen ser más vulnerables que los niños pequeños y los en edad escolar, y este es otro aspecto a considerar para mantener medidas de aislamiento social que reduzcan el riesgo y aplanen la curva de infecciones por coronavirus.

Los nuevos datos de la investigación en niños aún no son suficientes para modificar las medidas de salud pública que los países ya están tomando. Como en la mayoría de los aspectos de esta epidemia, de cierta manera todavía se está trabajando “a ciegas”.

Referencias

  1. Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC

Islandia Las pruebas de laboratorio sugieren que 50% de los casos de COVID-19 son asintomáticos

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Hay mucho de Islandia que otros países podrían envidiar: su espectacular entorno natural, su lugar entre los países más felices del mundo y, ahora, sus pruebas a gran escala para el coronavirus SARS-CoV-2, lo que podría influir en cómo el mundo entiende el brote.

Los expertos han dicho que las pruebas exhaustivas son clave para controlar el coronavirus y crear una imagen más precisa de la propagación de la COVID-19. Esta isla-nación de 360.000 habitantes está haciendo exactamente eso.

Hasta el 31 de marzo, Islandia había hecho pruebas de coronavirus a más de 17.900 personas, casi 5% de su población. Y aunque el Hospital de la Universidad Nacional evalúa a las personas de alto riesgo o que muestran síntomas, casi la mitad de las pruebas de Islandia han sido realizadas por la compañía biofarmacéutica Íslensk erfðagreining (deCODE Genetics), que se enfoca en la población en general.

De manera crucial, “el programa de detección de Íslensk erfðagreining acepta a todos los que no muestran síntomas y que actualmente no están en cuarentena”, dijo la Dirección de Salud de Islandia en un comunicado, agregando que la compañía con sede en Islandia lo estaba haciendo en nombre del epidemiólogo en jefe y la agencia de salud.

¿Cuáles han sido los principales hallazgos?

Íslensk erfðagreining, una subsidiaria de la compañía estadounidense de biotecnología Amgen, hasta ahora ha evaluado a unas 9.000 personas autoseleccionadas.

“Los resultados de las pruebas adicionales realizadas por Íslensk erfðagreining han dado una indicación de que los esfuerzos para limitar la propagación del virus han sido efectivos hasta ahora”, escribió el gobierno la semana pasada, y agregó que “las pruebas en la población general continuarán provocando una imagen mucho más clara de la propagación real del virus SARS-CoV-2 en Islandia”.

Algunas de las revelaciones han sido crudas. Aunque menos de 1% de las pruebas dieron positivo para el virus, el fundador de la compañía, el Dr. Kári Stefánsson, dijo que alrededor de 50% de las personas que dieron positivo dijeron que eran asintomáticas, lo que confirma múltiples estudios que muestran que las personas que han jugado un papel importante en la propagación del virus son asintomáticos o que sus síntomas son muy leves.

“Lo que esto significa es que debido a que estamos evaluando a la población general, estamos identificando de manera temprana qué personas tienen la infección antes de que comiencen a mostrar síntomas”, dijo Stefánsson.

“Hay que tener en cuenta que el examen ahora es aleatorio, pero voluntario, por lo que hay un sesgo en los datos”, dijo la Dirección de Salud en un comunicado, y agregó que “se inició un programa de examen aleatorio y se realizó un examen de suero en sangre planeado para detectar anticuerpos”.

El trabajo también ayudó a los investigadores a visualizar la propagación del virus. “Podemos determinar el origen geográfico del virus en cada caso en Islandia”, dijo, y agregó que hay mutaciones menores específicas para el virus que provienen de Italia, Austria y Reino Unido. “Hubo uno que es específico de la costa oeste de los Estados Unidos”, agregó.

Stefánsson se pregunta si las mutaciones en el virus son “responsables, de alguna manera, de la forma diferente en que las personas responden a él: algunos simplemente desarrollan un resfrío leve, mientras que otras necesitan un respirador”, o si la genética de una persona dicta su condición.

“¿O es una combinación de estos dos?”, se preguntó el experto.

Su compañía está en una mejor posición que la mayoría para responder a esa pregunta, ya que tiene los datos médicos y de genotipos de casi la mitad de la población de Islandia.

¿Por qué Islandia optó por no implementar órdenes de aislamiento?

Islandia aún no ha tomado muchas de las medidas draconianas observadas en Europa y Asia, como cierres generales en todo el estado, aunque el país insular ha prohibido las reuniones de 100 personas o más y ha cerrado las escuelas secundarias y terciarias.

Los funcionarios dicen que no se han necesitado medidas más restrictivas porque estaban mejor preparados y armados con datos para rastrear el virus.

“Las pruebas y el rastreo de contactos son una de las razones clave por las cuales un bloqueo no se ha considerado necesario hasta este momento”, dijo la Dirección de Salud de Islandia.

“También hay otra razón, no menos importante: hemos seguido una política de cuarentena muy agresiva para las personas –de las que se tiene sospecha que corren el riesgo de contraer el virus– durante mucho más tiempo y a mayor escala que en la mayoría de los países”.

“Islandia comenzó a evaluar a su población a principios de febrero, semanas antes de la primera muerte en el país relacionada con el coronavirus, y los funcionarios de salud han rastreado agresivamente los casos confirmados y sospechosos de COVID-19”, dijo Stefánsson.

Los datos del gobierno muestran que hay 1.086 contagios confirmados en Islandia y 927 personas actualmente en aislamiento, mientras que más de 5.000 han dejado la cuarentena.

“La única razón por la que lo estamos haciendo mejor es porque estábamos aún más vigilantes. Nos tomamos en serio la noticia de una epidemia que comenzó en China. No nos encogimos de hombros y dijimos, ‘esto no será nada extraordinario’”, dijo.

Stefánsson espera que la compañía evalúe al menos a 50.000 personas (alrededor de 13% de la población) antes de que el virus haya seguido su curso.

“Es extraordinariamente importante saber cuál es la distribución en la sociedad en general, porque cuando se diseñan medidas para contener el virus, los funcionarios de salud necesitan saber si el virus se está extendiendo por la comunidad o circulando entre grupos”, dijo Stefánsson.

Islandia no ha sido inmune a la escasez de suministros. Stefánsson dijo que hubo problemas para obtener hisopos para las pruebas, pero que desde entonces se han rectificado.

¿Podrían proporcionar una hoja de ruta para otros países?

Stefánsson dijo que Islandia podría ayudar a los países a desarrollar modelos para la propagación de la enfermedad, o ayudar a los investigadores a comprender las transmisiones en la comunidad.

Muchos han observado que la pequeña población de Islandia lo ayuda a realizar pruebas a gran escala, pero Stefánsson no está de acuerdo. “No tiene nada que ver con el tamaño de la población, esto tiene que ver con lo bien preparada que estaba para la pandemia”, dijo.

Agregó que “muchos países desarrollados tienen una increíble colección de talentos que podrían haber realizado pruebas industriales como esta hace mucho tiempo, pero se comportaron como si nada estuviera pasando”.

Fuente: REC

Informe de situación COVID-19 en Chile

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Chile está hoy en la lista de los países que están soportando la pandemia de Covid-19. El primer caso diagnosticado fue el 3 de marzo 2020, y a la fecha (30 de marzo) se han reportado 2449 casos confirmados y ocho fallecidos. La evolución de los contagios sigue la tendencia similar a los de los otros países, pero con una velocidad de crecimiento un poco menor a lo esperado.

La autoridad sanitaria ha solicitado evitar el contacto social y ha decretado toque de queda para todo el país, para limitar los desplazamientos. El cierre de fronteras, cuarentena en algunas comunas del gran Santiago y también en otras comunas del país, la instalación de aduanas sanitarias, están entre otras medidas para evitarla rápida propagación del virus.

Los profesionales del laboratorio clínico están preparados para realizar los diagnósticos confirmatorios, y los laboratorios clínicos tienen implementada las técnicas de biología molecular recomendada por la OMS (RT-PCR), como también, las pruebas rápidas o de tamizaje. Entre las dificultades que se ha encontrado es la falta de equipamiento. Muchos hospitales y centros de referencia no cuentan con equipamiento para extracción, haciendo más lento el proceso. Las universidades y centros de investigación están traspasando sus equipos a los hospitales, y se está contratando profesionales de laboratorio para apoyar en este periodo de pandemia. Otra inquietud entre los profesionales es la pertinencia de hacer las pruebas rápidas, en relación con la sensibilidad y la oportunidad de dichos ensayos.

Los colegios profesionales han manifestado sus reparos en relación con las políticas implementadas por la autoridad sanitaria y el gobierno. Unas tienen que ver con respecto a la seguridad hacia los profesionales que están en contacto con los pacientes, los profesionales que realizan exámenes de diagnóstico para Covid-19, o los alto precios que están cobrando algunos laboratorios por los ensayos, a pesar de que el Ministerio de Salud fijó un valor máximo de $25.000 (US$30)

Agradecemos la todos los tecnólogos médicos, bioquímicos, químicos farmacéuticos y médicos que estás trabajando arduamente para asegurar la calidad de los resultados y bioseguridad del proceso. Estos profesionales no son visibilizados por la gran mayoría de la población, pero tienen una gran importancia dentro del equipo de salud, y los cuales son la primera línea para detener el avance de esta pandemia.

Eduardo Aranda, Miembro del Directorio de la Sociedad Chilena de Química Clínica (SChQC)

COVID-19: Proteger a los hospitales de lo invisible

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Cada vez es más evidente que el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) tiene la capacidad de propagarse ampliamente. Causa una enfermedad leve pero prolongada, las personas infectadas son contagiosas incluso cuando son mínimamente sintomáticas o asintomáticas, el período de incubación puede extenderse más allá de los 14 días y algunos pacientes parecen susceptibles de reinfección. Estos factores hacen inevitable que los pacientes con síndromes virales respiratorios leves o inespecíficos introduzcan el virus en los hospitales, dando lugar a clústeres de infecciones nosocomiales. Los signos y síntomas de la enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19) son en gran medida indistinguibles de los de otras infecciones por virus respiratorios. Menos de la mitad de los pacientes con enfermedad confirmada tienen fiebre en su presentación inicial. La sensibilidad de un solo hisopo nasofaríngeo temprano en el curso de la enfermedad es solo de 70%. Ya existen múltiples informes de retrasos en los diagnósticos que han conducido a transmisiones nosocomiales.

¿Qué tan malo será?

Caracterizar la tasa de morbilidad de la COVID-19 es un desafío, porque la detección de casos en las primeras etapas de un brote está sesgada hacia una enfermedad grave. Una serie inicial informó una tasa de letalidad de 15%. Un análisis posterior que incluyó pacientes que estaban menos enfermos informó una tasa de letalidad de 2,3%, pero es probable que esto sea una sobreestimación. Las tasas de letalidad son sustancialmente más bajas fuera que dentro de la provincia de Hubei, donde comenzó el brote: 114 muertes entre 13.152 pacientes (0,9%) frente a 2.986 muertes entre 67.707 pacientes (4,4%) al 8 de marzo de 2020. Presumiblemente, esto se debe al enfoque inicial de Hubei en pacientes con enfermedades graves, limitaciones en la capacidad de pruebas y atención de la provincia, y el paso de más tiempo desde que comenzó el brote en Hubei en comparación con otras provincias, lo que permite más tiempo para que los pacientes se declaren. Más aún, las estimaciones actuales de letalidad representan mínimamente a los pacientes con infecciones leves o asintomáticas, un aspecto importante de esta epidemia. La detección de casos todavía se centra principalmente en identificar pacientes con fiebre, tos o dificultad para respirar; este enfoque conduce a la subestimación del número de personas infectadas, la sobreestimación de la tasa de letalidad y la propagación continua de la enfermedad.

¿Qué podemos hacer para prevenir una mayor propagación?

Debemos ser más agresivos en la detección de casos. La evaluación actual todavía se enfoca en identificar pacientes con viajes al extranjero o contactos con casos conocidos. Ambos enfoques ya no reflejan el estado actual de esta epidemia, dada la creciente evidencia de propagación comunitaria. Es necesario evaluar a pacientes con síndromes más leves, independientemente del historial de viaje o contactos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han actualizado sus criterios de “persona bajo investigación” para permitir esto, pero aún existe una severa escasez de pruebas disponibles.

Sin embargo, en términos más generales, la mejor manera de proteger a los hospitales contra la COVID-19 es reforzar el enfoque de los virus respiratorios de rutina: influenza, virus sincicial respiratorio, parainfluenza, adenovirus, metapneumovirus humano y coronavirus “convencionales”. Esto mejorará simultáneamente la atención a los pacientes actuales, hará que el trabajo sea más seguro para los médicos y ayudará a prevenir el ingreso de la COVID-19 oculta en los hospitales. Se subestima el contagio y la seriedad de los virus respiratorios de rutina. Se subestima que de 30% a 50% de los casos de neumonía adquirida en la comunidad son causados por virus, que la transmisión nosocomial de virus respiratorios es común, y que los virus respiratorios “de rutina” causan una morbilidad y mortalidad sustanciales que pueden no diferir mucho de las causadas por el SARS-CoV-2 una vez que se tengan en cuenta los casos de COVID-19 mínimamente sintomáticos. Los virus respiratorios infectan a millones de personas cada año (alrededor de 10% de la población) y causan decenas de miles de muertes solo en Estados Unidos. Pueden causar neumonía grave, predisponer a los pacientes a la sobreinfección bacteriana y exacerbar las afecciones cardíacas y pulmonares hasta la muerte.

Sin embargo, la mayoría de los hospitales manejan los virus respiratorios de forma pasiva. Se confía solo en los signos para disuadir a los visitantes con infecciones del tracto respiratorio superior, se aísla a los pacientes en habitaciones privadas solo si dan positivo para el virus de la influenza (aunque muchos otros virus pueden causar síndromes similares a la influenza que son igualmente mórbidos), se descontinúan las precauciones en pacientes con síndromes agudos del tracto respiratorio si dan negativo para virus (a pesar de que las pruebas virales tienen una sensibilidad variable e imperfecta), se considera que los barbijos por sí solos son una protección adecuada (aunque los virus pueden transmitirse a través de fómites y contacto ocular, así como a través del contacto con la nariz y la boca), y se tolera que los trabajadores de la salud vayan a trabajar con infecciones del tracto respiratorio superior, siempre que no estén febriles.

Este descuidado enfoque para los virus respiratorios endémicos es una fuente de perjuicio para nuestros pacientes y aumenta el riesgo de una infiltración de la COVID-19. Para provocar un brote nosocomial, solo se necesita un paciente hospitalizado con COVID-19 asintomática que resulte negativo para el virus de la influenza y no se tomen las precauciones a pesar de los síntomas respiratorios persistentes. O solo un visitante con COVID-19 y síntomas respiratorios leves que tenga libre acceso al hospital, porque no tiene una política de detección y exclusión activa para visitantes con síntomas del tracto respiratorio. O solo un trabajador de la salud infectado que decida cumplir con su turno a pesar de tener dolor de garganta y goteo nasal.
Es necesario ser más agresivos con respecto a la higiene respiratoria y poner restricciones a los pacientes, visitantes y trabajadores de la salud con síntomas leves de infección del tracto respiratorio superior. Las posibles políticas a considerar incluyen lo siguiente:

1) evaluar a todos los visitantes con cualquier síntoma respiratorio que pueda estar relacionados con un virus, como fiebre, mialgias, faringitis, rinorrea y tos, y excluirlos de la visita hasta que mejoren;

2) restringir la presencia de los trabajadores de la salud que tengan síntomas de las vías respiratorias superiores, incluso en ausencia de fiebre; y

3) evaluación de todos los pacientes, para todos los virus respiratorios (incluido el SARS-CoV-2) en aquellos con resultados positivos, independientemente de la gravedad de la enfermedad, y el uso de precauciones (habitaciones individuales, precauciones de contacto, precauciones de aerosoles y protección ocular) para los pacientes con síndromes respiratorios durante la duración de sus síntomas, independientemente de los resultados de la prueba viral. Un beneficio colateral es que si un paciente es diagnosticado posteriormente con COVID-19, el personal que utilizó estas precauciones se considerará mínimamente expuesto y podrá continuar trabajando.

Ninguna de estas medidas será fácil. Restringir a los visitantes será psicológicamente difícil para los pacientes y seres queridos, mantener las precauciones respiratorias durante la duración de los síntomas de los pacientes agotará los suministros en todos los hospitales y la capacidad de camas en los hospitales que dependen de habitaciones compartidas, y evitar que los proveedores de atención médica con enfermedades leves trabajen compromete la dotación de personal. Pero para reducir la morbilidad y la mortalidad de todos los virus respiratorios, incluido el SARS-CoV-2, esto es lo mejor que se puede hacer por los pacientes y los trabajadores sanitarios, independientemente de la COVID-19.1

Autor: Michael Klompas se desempeña en el Departamento de Medicina de la Población, Harvard Medical School y Harvard Pilgrim Health Care Institute.

Referencias

  1. Puede consultar el artículo completo, en inglés, haciendo clic aquí.

Fuente: REC

Photo: Martha Dominguez de Gouveia on Unsplash

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